La casa de cambio estadounidense Coinbase ha obtenido la autorización por parte de las autoridades financieras del estado de Nueva York para poder operar en dicha jurisdicción con sus servicios relacionados a la compraventa de criptomonedas. Esta autorización es popularmente conocida como «BitLicense», por ser específica para empresas que operen con bitcoin y otras divisas virtuales.
El anuncio fue realizado por la casa de cambio en su blog corporativo, donde especificó que el Departamento de Servicios Financieros de Nueva York autorizaba a la casa de cambio para continuar operando en el estado. La noticia es para Coinbase un paso más en sus objetivos de operar de forma segura y legal de alcance global.
Coinbase obtains the Bitlicense https://t.co/gKesOWOaaO
— Coinbase (@coinbase) 17 de enero de 2017
La obtención de la BitLicense por parte de Coinbase no es la primera, ya que otras como Circle (la primera en obtenerla) y más recientemente Ripple, hasta ahora habían sido las dos únicas empresas autorizadas para operar en el estado de Nueva York. Coinbase se une a esta diminuta lista de compañías que ha obtenido esta licencia que hasta ahora ha despertado más críticas que apoyo.
El tema de la BitLicense ha sido uno de los más polémicos en el ecosistema de las criptomonedas puesto que se trata de la primera ley de «línea dura» que afecta específicamente a las empresas que operan con Bitcoin, ya sea como casas de cambio o como pasarelas de pagos. El estado de Nueva York ha sido el primero en todo el territorio de los Estados Unidos en aprobar dicha legislación que les exige una serie de requisitos bastante difícil de consignar, entre los que se incluyen altas sumas de dinero para lograr la autorización, tal como ya han denunciado numerosas startups.
Coinbase, quien inicialmente había liderado una pequeña cruzada en contra de esta legislación, posteriormente terminó dando un paso al costado para luego solicitar la BitLicense y así garantizar la continuidad de sus operaciones en el estado neoyorquino. Suerte contraria a la de muchas pequeñas startups, que se vieron obligadas a cerrar sus operaciones en Nueva York ya que no contaban con el capital y/o los recursos suficientes como para invertir tiempo y dinero necesarios para lograr la autorización de las autoridades financieras pertinentes.
Los efectos inmediatos de la BitLicense en el estado de Nueva York se resumen en un éxodo marcado de empresas de Bitcoin y criptomonedas de esta jurisdicción, así como diversas protestas tanto por los altos costos de comisiones como por los largos tiempos de respuesta que las autoridades financieras del estado han ofreciendo durante el proceso de evaluación de recaudos.