Hace poco, los directores de las startups que el gobierno japonés envió a desarrollar aplicaciones en Estados Unidos comentaban sobre la posibilidad de que en los venideros meses grandes compañías desplacen del mercado bitcoin y blockchain a las pequeñas startups, cuando la nueva legislación japonesa sobre criptomonedas entre en vigencia en abril.
Makoto Takemiya, CEO de Soramitsu, reconoce que será “un gran cambio en el juego” y que le abrirá el paso a todas las grandes instituciones, mientras que Mike Kayamori, CEO de la casa de cambio bitcoin Quoine, ya se encuentra desplazando su compañía del mercado de consumidores por esta razón.
Parece que los directores de las startups, a pesar de atinar en su predicción, han errado con la fecha, pues la ola de inversión ya ha comenzado. El día de ayer, la mayor casa de cambio de Japón, bitFlyer, emitió una nota de prensa en la que revela que ha vendido nuevas acciones de la compañía al gigante bancario Mizuho Bank, al grupo bancario Sumitomo Mitsui Banking Corporation y a la tercera aseguradora más grande de Japón, Dai-ichi Life Insurance. Según establece el diario asiático Nikkei, la ronda de inversión le proveyó a bitFlyer 200 millones de yenes, lo que equivaldría a 1.75 millones de dólares.
Previamente, ya otras grandes corporaciones habían invertido en la casa de cambio y poseían acciones en ella: empresas de la talla de Mitsubishi UFJ Capital, GMO Venture Partners, y SBI Investment, todas participantes en la ronda de inversión de bitFlyer en la que recaudó 27 millones de dólares en mayo de 2016.
Según establecen en la nota de prensa, esta reciente venta de acciones tiene por finalidad fortalecer la base financiera de la compañía de divisas digitales y blockchain, y acelerar sus esfuerzos en el ecosistema con asociaciones estratégicas. Por esta razón, parece que bitFlyer no se encontrará entre las compañías destinadas a desaparecer tras el advenimiento de grandes compañías en el ecosistema blockchain vaticinado por los CEO de las startups antes mencionadas.
Concentradas en bitFlyer, las grandes compañías japonesas tienen un amplio espectro de aplicaciones y servicios a proveer. Aparte de sus servicios de cambio y de pago con divisas digitales, bitFlyer anunció su propia blockchain, bautizada “miyabi”, y ofrece esta tecnología para las pruebas de viabilidad realizadas por Sumitomo Mitsui Banking y Mizuho Financial Group. Además, apunta a diseñar sistemas centrales que utilicen blockchain para más industrias.
Conscientes de que entre abril y junio de este año entra en vigencia la Directriz de Pagos Revisada en japón, bitFlyer ha calificado al 2017 como el “primer año para las divisas digitales”, por lo que todo su empeño está colocado en no quedar rezagado en la carrera por la adopción y la prestación de los mejores servicios.
Adopción y competencia de Fintech en ascenso
La inversión en la casa de cambio se realiza precisamente al tiempo que Japón se convierte en el nuevo líder mundial de transacciones en bitcoins. Esto supone un crecimiento de la adopción de criptomonedas en el archipiélago asiático cuya tendencia alcista no parece que vaya a detenerse por lo pronto. Para finales de 2016, alrededor de 4.200 comercios en Japón aceptaban bitcoin, cifra que cuadriplica el total del año 2015. Para finales de 2017, la casa de cambio CoinCheck estima que este número se quintuplicará hasta rondar los 20.000 comercios usuarios de bitcoin.
Con el aumento de la adopción en Japón, los grandes bancos necesitarán ganar conocimiento en el área para cubrir las nuevas demandas de sus clientes. Seguramente por esto han escogido a bitFlyer, quienes en enero revelaron volúmenes de intercambio que sobrepasaban los 320 billones de yenes ($2.81 billones) y alrededor de 400.000 usuarios para el primer mes de año.
La experiencia de bitFlyer ayudará a los bancos a proveer transferencias internacionales más seguras, más rápidas y menos costosas, transferencias que en la actualidad cuestan varios miles de yenes para envío de remesas que ronden los 100.000 yenes, sin contar el tiempo que demoran en concretarse dichos envíos.
Con todo, varias de las instituciones que participan con acciones en bitFlyer ya se encuentran realizando sus investigaciones en el área para lanzar sus propios servicios de manera independiente: el GMO Internet Group ya anunció su casa de cambio y cartera de criptomonedas a finales de enero y el Bank of Tokyo-Mitsubishi UFJ se asoció con IBM para desarrollar sus aplicaciones basadas en blockchain.
Estos son tan solo dos ejemplos de la miríada de investigaciones que están realizando en el área los gigantes financieros y tecnológicos de Japón; investigaciones que las pequeñas startups tanto temen. Sin embargo, la nueva legislación japonesa establece un límite de 5% de acciones en compañías no financieras para los bancos, mientras que las sociedades de participación bancarias están restringidas a un 15%.
Esta es una medida del gobierno para alentar la asociación entre las instituciones financieras del país y las startups fintech, por lo que quizás la desaparición de ciertas startups dependa de ser seleccionadas para inversión por parte de las instituciones financieras. Esto pues, al menos en el caso de las casas de cambio, ya que la legislación exige un mínimo de 10 millones de yenes en capital para que puedan operar, sin mencionar que el servicio debe estar registrado con el Primer Ministro, debe tener un robusto sistema de defensa contra robos y pérdidas y debe proveer cierta información a los usuarios respecto a sus direcciones de intercambio, número de registro y lista de aranceles.
Hasta las casas de cambio extranjeras que operen en el país deberán someterse a la legislación. Y con dichas condiciones, es probable que a nuevas startups sin presupuesto se les trunque la posibilidad de incursionar en el área en caso de no estar financiadas.
No obstante, la legislación aún no ha sido publicada y aún podrían hacérsele enmiendas. Lo cierto es que los meses venideros serán sumamente movidos para el ecosistema bitcoin en Japón, quienes ahora dominan el mercado, y, en consecuencia, para el resto del mundo.