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La comparación se aplica para ilustrar los rasgos de varias redes.
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Ethereum es la segunda blockchain más valiosa y Nueva York es la ciudad emblema de Estados Unidos.
«Las comparaciones son odiosas», dice un refrán popular. Aunque seguramente esto tiene algo de cierto (o mucho), también es verdad que a menudo las comparaciones sirven para entender las características de algo o alguien contrastándolo con aquello que tenemos más presente o conocemos mejor. Así, por ejemplo, nace la comparación entre Ethereum y Nueva York.
Esta analogía fue propuesta en un documento publicado por Grayscale, una compañía de gestión de inversiones que es referencia en el mundo de los negocios digitales y las criptomonedas. El título de la publicación es Get Smart on Smart Contracts Platforms o «Vuélvase inteligente en plataformas de contratos inteligentes».
En ese escrito, se compara a varias redes especializadas en contratos inteligentes con diversas ciudades del mundo. Ethereum, la segunda red con mayor capitalización de mercado detrás de Bitcoin, es contrastada con Nueva York, la ciudad más poblada de Estados Unidos, con más de 8,5 millones de habitantes.
¿Por qué Ethereum es como Nueva York?
«Ethereum es como la ciudad de Nueva York: es vasta, cara y congestionada en ciertas áreas», afirma Grayscale en la octava página de su texto, bajo el subtítulo Digital Cities o «Ciudades digitales». En este apartado, se comparte una teoría propuesta por los investigadores de Dragonfly Research para comprender mejor a las blockchains y sus funciones.
La tesis se basa en que las cadenas de bloques pueden escoger en qué aspecto enfocarse, ya sea en la infraestructura, velocidad, seguridad, entre otros. Lo mismo pasa con las ciudades: algunas están mejor organizadas, otras tienen un transporte más eficiente, y están también las que son más ecológicas.
La primera cualidad que se señala, la del tamaño, tiene que ver con que Ethereum posee el ecosistema de aplicaciones más grande, con más de 500 desarrollos que suman un valor total de USD 100.000 millones. Esto es diez veces más que cualquier red que pueda competirle, asegura el documento.
No es ninguna novedad que Nueva York también es enorme. La parte continental de la ciudad posee 785 km2, y si se tiene en cuenta la superficie acuática, esta llega a 1214 km2. Aunque no es la urbe más grande en cuanto a extensión, sí es la ciudad más poblada de ese país.
Fuente: Google Maps.
La segunda característica señalada tiene que ver con la parte económica. Ethereum es una red cara para operar. Según el índice de precios de CriptoNoticias, al momento de redacción de este artículo la tarifa mínima para transacciones con ether (ETH), la criptomoneda de la red, es de USD 1,87; la de otras redes, como Bitcoin, es de USD 0,64 en este momento según mempool.space. Para contratos inteligentes y tokens, las tarifas de Ethereum suelen ser mucho más altas.
De manera similar, Nueva York es una de las ciudades más caras para vivir en Estados Unidos y en el mundo. Según publicaciones periodísticas recientes, el costo de vida en la «Gran Manzana» es un 129% mayor al de las ciudades del resto del país.
Sin embargo, la publicación de Grayscale aclara que, pese a sus costos altos, quienes usen Ethereum pueden estar tranquilos de que seguirá siendo «el centro de gravedad» para la innovación en aplicaciones y la liquidez, dado el tamaño de su comunidad. Idéntico a lo que ocurre con Nueva York, «la ciudad que nunca duerme».
Finalmente, aunque muy ligado a los dos anteriores, el problema de la congestión. En los últimos años, con la proliferación de protocolos de finanzas descentralizadas (DeFi) y tokens no fungibles (NFT), Ethereum se ha visto colapsada a menudo por la cantidad de usuarios que intentaban operar en ella. Esto, claro, repercutía en las comisiones a los mineros y las elevaba significativamente, como reportó este medio en más de una oportunidad el año pasado, aunque se han reducido recientemente.
En la actualidad, se ve una congestión menor, que puede deberse a varios factores. Primero, a que la fiebre por los NFT ha pasado y el volumen de comercio de estos tokens viene en caída desde principios de año, como se puede ver en este gráfico de The Block Crypto.
Por otra parte, las plataformas DeFi se van «purgando» y se da un proceso de selección natural que hace que proliferen solo aquellas más seguras y eficientes. Sumado a esto, otras redes como Terra, BNB Chain (ex Binance Smart Chain) y Avalanche comienzan a disputarle el terreno. De hecho, la dominancia de Ethereum ya es menor al 55% en este ámbito, según datos de defillama.com.
¿Y qué hay de Nueva York? De acuerdo con un estudio realizado y publicado por la consultora Inrix, esta es la ciudad más congestionada de Estados Unidos. En 2020, incluso pese al confinamiento por la pandemia por Covid-19, sus habitantes perdieron en promedio 100 horas de sus vidas atascados en el tráfico de la ciudad. Así, se ubica como una de las 5 ciudades más congestionadas del mundo, ranking que lidera Bucarest, con 134 horas de retraso.
Ethereum es Nueva York, ¿y las otras redes?
Siguiendo la analogía tecnológica-geográfica, Grayscale y Dragonfly Research comparan a las demás blockchains con otras ciudades del mundo. Por ejemplo, se equipara a la red Avalanche con la ciudad de Chicago, dado que poseen «economías similares» a Ethereum y Nueva York (en funcionamiento, no en volumen), pero están menos congestionadas e implican costos menores para quienes habiten u operen en ellas.
Por otro lado, Solana se parece a la ciudad de Los Angeles. Se trata de una red «estructuralmente diferente», más rápida y enfocada en varios casos de uso. Los Angeles es una urbe también muy variada, que cuenta con edificios de lo más modernos hasta palacios y mansiones clásicas. Para todos los gustos, como se dice.
En última instancia, se compara a la cadena lateral Polygon con un rascacielos neoyorquino, que «escala construyendo hacia arriba». Polygon combina muchas transacciones de manera interna antes de asentarlas en la red principal de Ethereum. Con esto, logra darles a los usuarios la seguridad que proporciona Ethereum junto con las tarifas bajas que ofrecería una red centralizada.
En síntesis, la teoría de estos investigadores propone una forma más gráfica de entender el ecosistema de las blockchains, cómo funcionan y qué ofrece cada una. Con este panorama, puedes tomar un mapa y, cual turista que elige su destino para vacacionar, escoger aquella que más se ajuste a tus posibilidades y propósitos.