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La iniciativa impone un período forzoso para mover fondos a direcciones resistentes a la cuántica.
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Una bifurcación dura requiere consenso entre participantes de Bitcoin, complejizando su adopción.
El pasado 11 de febrero, Agustín Cruz, un desarrollador bitcoiner chileno, presentó en el Bitcoin Development Mailing List (bitcoindev), un foro de discusión gestionado a través de Google, una propuesta destinada a proteger a Bitcoin (BTC) de las futuras amenazas que podría representar la computación cuántica.
Denominada «Protocolo de migración de direcciones resistente a la computación cuántica» (QRAMP), esta iniciativa busca anticiparse a un escenario en el que los avances tecnológicos pongan en jaque la seguridad criptográfica que sostiene a la red Bitcoin, planteando una migración obligatoria de fondos hacia direcciones resistentes a ataques cuánticos.
El debate sobre la amenaza cuántica
CriptoNoticias ha informado previamente que el impacto de la computación cuántica en Bitcoin es un tema recurrente entre analistas y expertos. La mayoría coincide en que, aunque los avances en esta tecnología son reales, su capacidad para comprometer el sistema de seguridad criptográfico de Bitcoin, conocido como ECDSA, aún parece lejana.
En ese sentido, por destacar un ejemplo, Adam Back, cofundador de Blockstreams, aseguró que para que una computadora cuántica tenga el potencial de romper el cifrado de Bitcoin faltan «1 o 2 décadas» No obstante, otros expertos apuntan a un tiempo mucho más cercano al presente, como un período de «2 a 5 años».
En adición, otros proyectos anti-cuánticos han surgido para Bitcoin, como la idea de Jameson Llop, un ingeniero de software bitcoiner, quien pretende «quemar los BTC vulnerables a la cuántica».
Una migración forzada como solución
La iniciativa de Cruz, detallada en un documento alojado en GitHub, pone el foco en un objetivo claro:
«El objetivo de esta propuesta es proteger a Bitcoin contra posibles ataques cuánticos futuros al imponer un período de migración obligatorio para los fondos en direcciones Bitcoin heredadas (aseguradas por ECDSA) hacia direcciones resistentes a lo cuántico”.
Agustín Cruz, desarrollador bitcoiner.
ECDSA, o Algoritmo de Firma Digital de Curva Elíptica, es el mecanismo que Bitcoin emplea para asegurar que las transacciones sean firmadas únicamente por los propietarios legítimos de las claves privadas, garantizando la integridad y la autenticidad de cada movimiento de fondos en la red. Sin embargo, la posibilidad teórica de que computadoras cuánticas eventualmente rompan este sistema ha motivado propuestas como la de Cruz.
La propuesta establece un período de migración obligatorio durante el cual los usuarios deberían transferir sus fondos desde direcciones ECDSA tradicionales a las nuevas direcciones post-cuánticas. Una vez concluido este plazo, las direcciones antiguas quedarían obsoletas, y los fondos que no hayan sido migrados podrían volverse vulnerables en un escenario cuántico futuro.
El planteamiento parte de una premisa técnica: las computadoras cuánticas, mediante algoritmos como el de Shor, podrían en el futuro descifrar las claves privadas a partir de las claves públicas expuestas en la red, algo que hoy es prácticamente imposible con computadoras clásicas. En Bitcoin, las claves públicas se revelan solo al gastar fondos, lo que significa que las direcciones no utilizadas, protegidas únicamente por un hash, permanecen seguras por ahora.
El desarrollador chileno argumenta que, aunque la amenaza cuántica no es inminente, actuar de manera proactiva es esencial para preservar la seguridad de Bitcoin como red y la confianza en bitcoin como activo.
Direcciones basadas en criptografía anti-cuántica
Cruz propone una bifurcación dura (hard fork) que implemente un nuevo tipo de dirección basada en criptografía post-cuántica. Este cambio implicaría reemplazar ECDSA por algoritmos presuntamente resistentes a ataques cuánticos, como los basados en retículos o firmas hash, que no dependen de los problemas matemáticos que las computadoras cuánticas podrían resolver eficientemente.
En su propuesta en GitHub, Cruz destaca entre las firmas basadas en hash al XMSS (Esquema de Firma Merkle Extendida) y al LMS (Sistema de Firma Leighton-Micali). Estos algoritmos emplean estructuras de árboles de Merkle, una técnica que organiza firmas o claves en una jerarquía verificable mediante hashes.
«Este BIP introduce un nuevo tipo de dirección diseñado para ser seguro frente a las amenazas de la computación cuántica, asegurando que Bitcoin siga siendo una reserva de valor confiable a largo plazo.», explica Cruz en su documento.
Detalles técnicos y desafíos
El documento de Cruz no solo plantea el cambio criptográfico, sino que también aborda las implicaciones técnicas de su implementación. Los algoritmos post-cuánticos, aunque más seguros frente a la computación cuántica, tienden a generar firmas y claves más grandes que las actuales.
Esto podría incrementar el tamaño de las transacciones en Bitcoin, afectando la su escalabilidad. Para mitigar ese inconveniente, Cruz sugiere optimizaciones que podrían desarrollarse durante el proceso de consenso comunitario.
Otro desafío señalado por el desarrollador es la necesidad de un amplio acuerdo entre los participantes de la red. «El éxito de esta propuesta depende del consenso de la comunidad y de la acción coordinada entre mineros, operadores de nodos y proveedores de billeteras», afirma Cruz.
Una bifurcación dura, por definición, requiere que todos los nodos actualicen su software, y la falta de apoyo podría fragmentar la red, un riesgo que Bitcoin ha enfrentado antes, como en el caso de Bitcoin Cash en 2017.
Aunque el consenso en la comunidad bitcoiner sobre la urgencia de este cambio está lejos de alcanzarse, el chileno sostiene que actuar con anticipación es la clave. «La fortaleza de Bitcoin radica en su adaptabilidad, y prepararse ahora para las amenazas cuánticas garantiza su supervivencia como un sistema descentralizado», concluye en su propuesta.