Este primer trimestre del 2017 ha sido especialmente activo en lo que se refiere a introducción de propuestas regulatorias sobre bitcoin y las criptomonedas en Estados Unidos. En esta oportunidad, le toca el turno en la palestra a Alaska, donde se está esperando modificaciones regulatorias en los servicios de transmisión digital de dinero, luego de que un grupo de abogados introdujeran un proyecto de ley que buscar exigir licencia para realizar transacciones financieras a través de diversos mecanismos entre los cuales se contemplan las criptomonedas.
El proyecto HB180 tiene como objetivo, expresa el documento, requerir una licencia y registro en el Sistema de Licencia y Registro Multiestado Nacional a todas aquellas compañías encargadas de la transmisión o intercambio de monedas. Esto en búsqueda de que las mismas cumplan los requerimientos relativos a los registros de retenciones, la presentación de informes y disposiciones legales en materia de aplicación, servicios monetarios, actividades en Internet, y transmisión de valores a través de las monedas en cuestión.
Entre los servicios que serán sometidos a los requerimientos de una licencia, el plan legislativo destaca a las monedas virtuales, dotando a la ley de nuevas definiciones que entrarían en el marco legal. Se explica que las regulaciones contemplan tanto las monedas de almacenamiento centralizado, es decir, de administración de un tercero que controla el sistema de la moneda, como descentralizado, que puede ser distribuido, de fuente abierta, basado en matemática o peer-to-peer (P2P).
Sobre las monedas basadas en tecnología de contabilidad distribuida definen: “Distribuido significa que debe ser validada a través de una red distribuida de participantes que hacen funcionar un algoritmo que valida la transacción”.
El documento esboza que las aplicaciones para la licencia —la cual deberá ser establecida por el departamento encargado sobre este tema— deben contener cierta información que será requerida por el departamento, incluir información relativa a la administración de dichos servicios, información sobre la organización de las operaciones financieras, la responsabilidad monetaria, la experiencia previa, entre otras actividades no especificadas.
Asimismo, exige a las compañías una garantía de pago por si alguno de los clientes sufre perdidas por alguna causa como violación de sus parámetros de seguridad. Dicha garantía tendrá un tiempo de vida de mínimo 5 años.
También se requerirá a los negocios que presenten anualmente un reporte y una cuota de evaluación, los cuales deberán ser entregados en el formato establecido por el departamento y al día preestablecido; en caso de saltarse una de estas dos medidas se aplicaran penalizaciones.
Las medidas regulatorias también se ampararan en las leyes anti-lavado de dinero. Para evitar este delito, copiaran y reportaran todas las transacciones y actividades sospechosas realizadas por los negocios o sus clientes con la finalidad de evitar que las monedas digitales agilicen actividades criminales.
Estas medidas que podrían ser tomadas en el estado de Alaska recuerdan a la Bitlicense implementada en el estado de Nueva York, que ya en el 2015 habría creado un terrible revuelo y un duro golpe para los negocios vinculados a criptomonedas luego de haber sido aplicada, creando una retirada de compañias que trabajan con bitcoin, las cuales prefirieron no someterse a las legislaciones aplicadas por el estado neoyorquino. Conseguir la licencia bitcoin se convirtió en toda una proeza, situación que habría de afectar al estado de Nueva York que aspira ser un centro de innovación blockchain en medio de trabas legales.
New Hampshire también apostó por la licencia bitcoin en el 2015, mientras que California la rechazó tras variadas discusiones y lecturas. Igualmente, en otras partes del mundo, la licencia bitcoin también se convirtió en una posibilidad luego de que la autoridad monetaria de Singapur se propusiera la creación de un marco legal para ello. Esperamos que el caso de Alaska no presente las mismas consencuencias que se produjeron en el estado de Nueva York.
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