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El gobierno de Joe Biden continúa su guerra contra las criptomonedas, dicen empresarios.
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El bloqueo de usuarios es lo más usado ante el auge del escrutinio regulatorio a nivel global.
A pesar del aparente cambio de enfoque que ha mostrado en los últimos meses el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, la intensa regulación contra el sector de las criptomonedas que ha marcado su administración durante casi cuatro años, continúa sin cesar.
Así lo comenta Jake Chervinsky, director jurídico de la empresa de capital de riesgo Variant Fund, quien destaca en X las nuevas estrategias que se están utilizando para enfrentar el escrutinio gubernamental, entre las cuales destaca el geofencing, término que se refiere a la práctica de impedir que los usuarios de una determinada jurisdicción accedan a un producto en línea.
Chervinsky explica que se trata de una de las alternativas que más se está utilizando en EE. UU., mientras se esperan los resultados de las elecciones presidenciales que se realizarán en noviembre próximo (y que muchos aspiran cambie el panorama para la industria de las criptomonedas).
Tal como ha informado CritpNoticias, el aumento del número de casos legales en contra de empresas y personalidades del ecosistema, ha generado la huida de muchos empresarios a otros países en los últimos dos años. Las medidas de Biden han sido criticadas por legisladores republicanos a lo interno de EE. UU. Muchos creen que serán suavizadas con la entrada de un nuevo gobernante en la Casa Blanca, pero aún falta tiempo para saber si realmente habrá cambios.
Entre tanto, como lo señala Chervinsky, el geofencing se ha convertido en parte de los esfuerzos que muchas empresas realizan para cumplir con las leyes estadounidenses. Forma parte de las opciones que se tienen a la mano, en caso de que las empresas no puedan aplicar las normativas que obligan a proporcionar información de los clientes (KYC).
Algunos ejemplos del geofencing son evidentes en las medidas tomadas por el exchange Binance al bloquear las direcciones IP de Estados Unidos; y por empresas como el protocolo de restaking de Ethereum, Eigenlayer, que impidió a usuarios de EE. UU. y otros países el reclamo de un airdrop. También lo hace el protocolo DeFi Sky, que bloqueó el acceso con VPN a su protocolo Spark.
La estrategia se utiliza como vía para evitar caer en la mira de organismos supervisores, por supuestamente contribuir al lavado de dinero, una acusación que suele hacer la Comisión de Bolsa y Valores (SEC) y la Comisión de Comercio de Futuros de Productos Básicos (CFTC) a través de demandas y sanciones, que ya han llevado a varios desarrolladores y empresarios de criptomonedas a la cárcel. Le ocurrió al famoso fundador de Binance, Changpeng Zhao, y a los desarrolladores del mezclador Tornado Cash, creado sobre Ethereum.
Estas acciones de los organismos reguladores, que en opinión de muchos miembros del ecosistema están funcionando como práctica disuasoria, están forzando a muchos empresarios a buscar otras jurisdicciones con regulaciones más amigables. De no poder hacerlo, la alternativa es el geofencing, según explica Chervinsky.
Una práctica no exenta de riesgos
El geofencing permite crear una especie de «valla virtual» alrededor de una determinada área geográfica, impidiendo que las personas que se encuentran tras ella se conviertan en clientes o usuarios de una plataforma. Aunque «es una solución bastante extrema al problema de la incertidumbre regulatoria a veces simplemente no hay otra opción«, acota el experto, agregando que su aplicación también resulta muy costosa.
No obstante, hay varias razones por las cuales se ha vuelto común en el mundo de las criptomonedas. Una de ellas es la cantidad de productos y plataformas que han surgido en el sector y que tienen características muy distintas a las de la mayoría de las empresas financieras tradicionales. Lo que hace que muchas veces sea difícil adecuar sus funciones y productos a los marcos legales existentes.
Ante ello, el geofencing se ha convertido en una táctica de cumplimiento normativo que se aplica «cuando todo lo demás falla» y los productos que tiene una empresa no pueden llenar los requisitos de las leyes, y tampoco pueden cambiarse para cumplirlas.
Se acota en ese sentido, que la táctica es válida para los organismos reguladores, mientras cumpla cabalmente con lo establecido en las normas vigentes en Estados Unidos, que eximen de cumplimiento a las plataformas que operen fuera de su territorio. De ahí la importancia de una implementación adecuada, que no deje espacio para que los reguladores digan que la empresa tiene usuarios en el país a pesar del bloqueo.
Sin embargo, el problema en EE. UU. radica en que «la SEC y la CFTC no han explicado sus puntos de vista sobre el límite territorial de su jurisdicción en el contexto de las criptomonedas», aclara el experto. Aunque estas agencias han reconocido implícitamente que el geofencing es una estrategia adecuada para evitar la aplicación de leyes estadounidenses.
Lamentablemente, evitar una jurisdicción por completo es más complicado de lo que parece. Muchos marcos regulatorios de los EE. UU. pueden aplicarse técnicamente si una empresa tiene un solo cliente o usuario radicado en el país. Algunos pueden aplicarse si la propia empresa tiene su sede en los Estados Unidos, incluso si ninguno de sus clientes o usuarios lo tiene. Algunos marcos regulatorios otorgan jurisdicción «extraterritorial» a las agencias federales, lo que les permite hacer cumplir la ley estadounidense incluso si la empresa y todos sus clientes y usuarios están en el extranjero.
Jake Chervinsky.
El geofencing crece en todo el mundo
Tomando en cuenta la cantidad de empresas que ha estado utilizando el geofencing y los riesgos que conlleva, Chervinsky no solo presenta una guía para su aplicación, sino que también recomienda el uso de otras opciones. Menciona entre ellas, operar con infraestructura fuera de Estados Unidos, minimizar el hardware y el personal basados en este país, y utilizar servidores y servicios en la nube no estadounidense.
La meta es saber aplicar la técnica adecuadamente y considerar otras opciones antes de llegar a una medida tan extrema, acota la guía de Chervinsky. Una consideración que cobra importancia, a medida que la estrategia se hace popular no solo en Estados Unidos sino en otras partes del mundo.
Tal como señalan las investigaciones de TRM Labs, la urgencia por aplicar este tipo de estrategias no solo está afectando a quienes operan en Estados Unidos, pues su uso se expande en un contexto en el que cada vez más países aplican un mayor rigor regulatorio al ecosistema de bitcoin.
En ese sentido, los datos de firma de seguridad revelan que, entre 2023 y lo que va de 2024, 17 jurisdicciones que representan el 70% de la exposición global a las criptomonedas endurecieron sus regulaciones. Una situación que está llevando a varias empresas a repensar sus estrategias operativas, en respuesta al aumento del cuestionamiento gubernamental.