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Las autoridades se muestran tolerantes a bitcoin y las fintechs pero con regulaciones.
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No consideran necesario lanzar una moneda digital de banco central.
La llegada de bitcoin (BTC) a Centroamérica como moneda de curso legal de la mano de El Salvador, tras la promulgación de una ley que permite el uso de la criptomoneda en la economía de esa nación, ha hecho que países cercanos como Costa Rica expongan sus posturas sobre los criptoactivos.
En ese sentido, Rodrigo Cubero, presidente del Banco Central de Costa Rica, emitió un documento llamado «Algunas consideraciones en torno a las monedas digitales y los criptoactivos». Entre otras cosas, asegura que el ministerio de Hacienda de ese país, no ve viable el uso de criptomonedas para el pago de obligaciones tributarias, de acuerdo al ordenamiento jurídico actual.
Para reforzar la idea del Ministerio, Cubero considera que tampoco sería «deseable», por una razón financiera y fiscal, debido a la «alta volatilidad mostrada por el valor de los criptoactivos, frente a las monedas de curso legal».
El funcionario costarricense también expuso que la volatilidad representa un «fuerte inconveniente» para el uso de criptomonedas como unidad de cuenta; es decir, para expresar el precio de bienes y servicios.
Sin embargo, Cubero explica que el uso de bitcoin está permitido en su país, aunque este no represente dinero de curso legal. Quien desee adquirir criptoactivos lo hace bajo su propio riesgo.
Gobierno de Costa Rica sobre bitcoin: «una tolerancia vigilante»
Además, advirtió que las personas que utilicen las criptomonedas, no cuentan con el apoyo del Banco Central ni están cubiertos por mecanismos de garantía. En definitiva, las autoridades se muestran tolerantes ante la existencia y circulación de las criptomonedas, igualmente, apoyan la innovación tecnológica para permitir el surgimiento de la industria Fintech.
«El enfoque del Banco Central es, pues, uno de tolerancia vigilante: se tolera la existencia y circulación de los criptoactivos, y se da espacio a la innovación tecnológica para permitir el surgimiento de la industria Fintech. (…) Se introducirá regulación cuando ello sea necesario. Por ejemplo, bajo la coordinación del Instituto Costarricense sobre Drogas (ICD) y con la participación de las autoridades reguladoras y supervisoras del sistema financiero, se está preparando un proyecto de ley que permita cumplir con los 9 requerimientos del GAFI en materia de combate a la legitimación de capitales y el financiamiento del terrorismo».
Rodrigo Cubero, presidente del Banco Central de Costa Rica.
Postura sobre la adopción de bitcoin en El Salvador
El presidente del organismo financiero costarricense, también se pronunció con respecto a la Ley Bitcoin de El Salvador, promulgada el pasado junio y que reconoce a bitcoin como moneda de curso legal en el país, poniendo a ese país como uno de los primeros países del mundo en reconocer a bitcoin como dinero.
Al respecto, Cubero expresó que concuerda con las recomendaciones hechas por el Fondo Monetario Internacional y otros organismos, al considerar que se «requerirá una cuidadosa regulación prudencial y fiscal» en El Salvador.
En su momento, CriptoNoticias informó que Gerry Rice, vocero del FMI indicó que la adopción de bitcoin planteaba en el país centroamericano representaba «una serie de problemas macroeconómicos, financieros y legales».
La CDBC en Costa Rica
En el documento, Cubero también se expresó sobre las monedas digitales de los bancos centrales (CBDC) y aseguró que en su país se ha estudiado el tema, concluyendo que no es necesario incursionar en el lanzamiento de una moneda digital.
El funcionario sostiene que en Costa Rica ya existe inclusión financiera y provisión de pagos digitales seguros, ágiles y de bajo costo bajo el Sistema Nacional de Pagos Electrónicos (Sinpe). Es decir, los principales beneficios potenciales de una CBDC ya lo han alcanzado de manera centralizada, asegura Cubero.
Aunque no descartan que, en el futuro, de ser necesario puedan lanzar una moneda digital de banco central. Según el funcionario ya cuentan con una plataforma tecnológica en la que basar ese instrumento financiero.