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El economista José Antonio Bravo explica qué deben hacer los declarantes que usan criptomonedas.
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La declaración del IRPF es obligatoria en España y acarrea sanciones si no se cumple.
La campaña de la renta 2025 en España arrancó el 2 de abril, iniciando un periodo clave para los contribuyentes que poseen bitcoin (BTC) y otras criptomonedas, quienes enfrentan nuevas reglas y obligaciones fiscales este año.
El economista tributario José Antonio Bravo señala que la declaración del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) y del Patrimonio de 2024 incluye cambios específicos para los usuarios de criptoactivos, con datos fiscales que reflejan movimientos realizados en exchanges situados en España.
Esta declaración, obligatoria para todos los residentes fiscales, debe presentarse antes del 30 de junio, y su incumplimiento puede derivar en sanciones económicas que van desde multas leves hasta recargos significativos, dependiendo de la gravedad de la omisión.
Bravo explica que, desde el 2 de abril, los contribuyentes encontrarán en sus datos fiscales la referencia CR3, que identifica ventas y permutas de criptomonedas realizadas en plataformas locales. A esto se suman las notificaciones CR1, vinculadas a operaciones con exchanges desde cuentas bancarias españolas, tanto de entrada como de salida, y CR2, que indica saldos mantenidos en exchanges nacionales.
Estos datos, proporcionados por las plataformas a la Agencia Estatal de Administración Tributaria (AEAT), reflejan un mayor control sobre las transacciones con criptoactivos, tomando en cuenta que España rastrea la totalidad de los movimientos en exchanges locales, tal como lo ha reportado CriptoNoticias.
En la declaración del IRPF, los contribuyentes deben reportar ganancias y pérdidas patrimoniales derivadas de criptomonedas, clasificadas por tipo de activo y operación. Bravo detalla que esto incluye transacciones de criptomonedas a moneda fíat, como euros, conversiones entre criptomonedas, intercambios por otros criptoactivos, o pagos por bienes y servicios con activos digitales.
Cada movimiento debe valorarse en euros al momento de la transacción, utilizando precios de mercado verificables, lo que exige un registro exhaustivo de las operaciones realizadas durante 2024, explicó Bravo. Además, en la declaración del Patrimonio, los usuarios deben consignar el saldo en euros de cada criptomoneda al 31 de diciembre, junto al número total de unidades poseídas, consolidando todos los activos en un reporte global.
La temporada de renta comenzó el 2 de abril y se extenderá hasta el 30 de junio, plazo durante el cual los contribuyentes deben presentar el Modelo 100 para el IRPF y, de ser necesario, el Modelo 714 para el Patrimonio. Este periodo, regulado por la AEAT, aplica a todos los residentes fiscales en España, incluidos aquellos con criptoactivos, independientemente de dónde se custodien.
Como lo ha reportado CriptoNoticias, las ganancias patrimoniales por criptomonedas tributan entre el 19% y el 28%, según el monto, mientras que el Impuesto al Patrimonio grava saldos superiores a 700.000 euros, con tasas progresivas que varían por comunidad autónoma. Estas obligaciones refuerzan la necesidad de cumplir con la normativa para evitar problemas legales.
La declaración del IRPF es obligatoria para quienes superen ciertos umbrales de ingresos o movimientos patrimoniales. No presentarla acarrea sanciones que inician con multas de 200 euros por incumplimiento leve, pero pueden escalar al 50% o 150% de la cuota defraudada si Hacienda detecta dolo o fraude, además de intereses de demora.
Bravo enfatiza que la AEAT cuenta con información directa de los exchanges españoles, lo que facilita la identificación de omisiones y eleva el riesgo para quienes intenten eludir sus responsabilidades fiscales.
¿Cómo declarar correctamente?
El contexto regulatorio en España se ha endurecido en 2025, con un foco claro en la fiscalidad de criptoactivos. Las plataformas locales están obligadas a informar a Hacienda sobre saldos, operaciones y datos de usuarios, un mecanismo que complementa las declaraciones individuales y permite cruces de información.
Esto significa que, aunque los activos se mantengan en wallets personales o exchanges extranjeros, cualquier vínculo con entidades españolas genera un rastro fiscal detectable. Los contribuyentes deben, por tanto, preparar sus registros con antelación, utilizando herramientas como calculadoras fiscales o asesoramiento profesional para cumplir con exactitud.
Para declarar correctamente, los usuarios deben identificar cada operación en el Modelo 100, detallando fechas, valores en euros y resultados patrimoniales, mientras que en el Modelo 714 se reportan los saldos al cierre del año. Bravo recomienda revisar los datos fiscales enviados por Hacienda, ya que errores u omisiones en la información de los exchanges pueden requerir correcciones manuales.
Este proceso, aunque complejo, busca garantizar que las ganancias con criptomonedas se integren al sistema tributario español, alineándose con las normativas europeas sobre transparencia fiscal.
El plazo hasta el 30 de junio ofrece tiempo suficiente para organizar la información, pero la creciente vigilancia de la AEAT sugiere que la declaración de criptomonedas será un punto crítico en 2025.
Con sanciones que pueden superar miles de euros en casos graves, y un sistema que combina datos de exchanges con reportes individuales, los contribuyentes enfrentan un escenario donde la precisión y el cumplimiento son imprescindibles.