La regulación de criptomonedas y empresas blockchain o FinTech en Europa es un tema cada vez más apremiante. Así, la Autoridad Bancaria Europea (EBA), a través de su director Andrea Enría, emitió un comunicado sobre la dificultad en materia de regulación y supervisión de empresas FinTech y criptomonedas.
El comunicado de la EBA fue publicado en la página oficial de la entidad el día de ayer. En general, en el discurso pronunciado en Copenhague, Enría señaló que aunque las firmas FinTech y criptomonedas tengan ciertas similitudes con las entidades bancarias, ofrezcan servicios parecidos o incluso tengan la capacidad de competir contra estas por los mismo clientes, no necesariamente deben ser regulados, supervisados y autorizados de la misma forma.
Respecto a las criptomonedas Enría expresó reserva y preocupación debido al uso de estas y las dificultades de su regulación. La EBA plantea que es necesario un marco estricto pero crear un espacio de desarrollo necesario para que las nuevas tecnologías innoven y se pueda aprovechar todo el potencial que ofrezcan, por lo tanto resulta necesario definir hasta dónde pueden ampliarse los requisitos reglamentarios para las compañías Fintech.
Enría considera que es un campo muy nuevo o inexplorado por lo que hacen falta distinguir entre «regular y restringir», debido a que políticas prohibitivas no han dado buenos resultados en el pasado en términos de desarrollo financiero. También porque como se ha demostrado las limitaciones impuestas por los países pueden ser fácilmente eludidas en mercados abiertos internacionalmente. Explicó el director de la EBA:
Aun así, todavía no estoy convencido de que esto sea un argumento suficientemente fuerte para atraer criptomonedas bajo todo el alcance de la regulación. En 2014, el EBA esbozó un posible marco regulatorio que se requeriría para que las criptomonedas fueran reguladas de manera exhaustiva, pero sugirió que el marco entraría en territorio inexplorado y requeriría muchos años para desarrollarse.
Andrea Enría
Director
No obstante, Enría también señaló que a corto plazo podría ser preferible una estrategia regulatoria basada en tres pilares: la aplicación de reglas estrictas de identificación y obligaciones para los clientes y usuarios, en orden de enfrentar el lavado de dinero y el financiamiento del terrorismo, lo que ahora se incluye en la Directiva Contra el Blanqueo de Dinero (AMLD por sus siglas en inglés). Las advertencias pertinentes a los riesgos asociados a las criptomonedas, como la pérdida total del dinero o la alta volatilidad y especulación. Y por último, prevenir a los usuarios e inversionistas de criptomonedas que no estarán protegidos por ninguna entidad pública, ya que implicaría el «reconocimiento oficial a un sector todavía muy heterogéneo, cambiante y difícil de regular y supervisar».
Respecto a la protección de los consumidores, también se acotó que los nuevos canales y tecnologías pueden confundir a los consumidores, debido a que ofrecen productos “altamente especulativos”. Un hecho demostrado por la volatilidad del mercado de los criptoactivos.
Finalmente, la Autoridad Bancaria Europea concluyó que a menudo el debate sobre regulaciones “está cargado de prejuicios y simplificaciones indebidas”, por lo que es necesario evaluar cuáles reglas actuales pueden aplicarse para las nuevas tecnologías y que las normas y medidas deben abordarse desde varios puntos junto a los participantes del sector.
Por otra parte, ya varias entidades europeas han emitido advertencias sobre los riesgos del uso e inversión de criptoactivos. Mientras que el Banco Central Europeo expresó en febrero que no está en su competencia regular las criptomonedas, entidades como la Comisión Europea están evaluando escenarios que contemplen regulaciones de estas a largo plazo.