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Olmos afirma que recomendaciones del GAFI son “grandes lineamientos” a considerar por las empresas.
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Es probable que las regulaciones alcancen a los exchanges y otros operadores descentralizados.
«Grandes lineamientos que las empresas relacionadas al mercado de las criptomonedas deben observar si verdaderamente quieren perdurar en el ecosistema». Esa es la visión del economista venezolano, director CEO de Olmos Group, Aarón Olmos, sobre la reciente guía del GAFI para regular a bitcoin (BTC) y los demás criptoactivos.
En una entrevista exclusiva con CriptoNoticias, el también profesor universitario del Instituto de Estudios Superiores de Administración (IESA) en Caracas, consideró que las recomendaciones hechas por el Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI) para enmarcar jurídicamente al mercado de las criptomonedas, responden a la incursión de los activos digitales a un entorno empresarial y gubernamental, que necesariamente amerita regulación.
Ahora mismo, los prestadores de servicios de activos virtuales (PSAV) están fungiendo de intermediarios de datos digitales que representan volúmenes muy importantes de dinero.
Y, por si fuera poco, están saliendo del mercado tradicional de ellos, el peer-to-peer (P2P), y están entrando en un espacio «donde hay mucho más dinero» y donde necesariamente «tiene que venir un control, una regulación por parte de los entes regulatorios».
De alguna manera, las empresas, desarrolladores, creadores, usuarios, deben entender que en la medida en que el mundo y los criptoactivos salgan del mercado P2P y se conviertan en un espacio de desarrollo de oferta y demanda de empresas y gobiernos, necesariamente tienen que venir regulaciones.
Aarón Olmos, economista experto en criptomonedas.
Pero esas regulaciones, aclara, tienen que emanar, en un principio, de los entes de control nacionales, que estén conscientes de los volúmenes que se manejan en dinero fíat equivalente a criptomonedas en estas plataformas.
El GAFI, una institución internacional de gran relevancia que asesora los gobiernos en materia financiera, publicó la semana pasada la actualización de su guía de regulación de criptomonedas, en donde se reflejan recomendaciones estrictas para intentar controlar el mercado.
Una de ellas es, por ejemplo, que los exchanges presenten equivalentes a informes de transacciones monetarias (como un estado de cuenta bancario) o hasta una regla de mantenimiento de registros relacionados a esas transferencias, como parte de las acciones que — según el GAFI — sirven para mitigar los riesgos de delitos ligados al lavado de dinero, financiamiento al terrorismo y otros.
importantes de dinero. Fuente: NOMBRE DEL AUTOR / pixabay.com
Dejaron atrás el precepto de Satoshi Nakamoto
Olmos recordó que las mayores empresas ligadas al ecosistema, como Binance, LocalBitcoins, Coinbase y otras, se alejaron de la «visión originaria criptoanarquista» de Bitcoin, fundamentada en el hecho de la privacidad, el pseudoanonimato y el derecho a tener operaciones sin que un tercero confiable participe.
El tema, insiste, es que cambiaron, pero para poder perdurar en el ecosistema, el cual se mantiene en constante expansión y crecimiento.
Al final de cuentas, muchas empresas que nacieron con una visión criptoanarquista de descentralización, pensada para personas naturales, con el paso del tiempo y crecimiento del mercado dejaron de ser eso y se han convertido en grandes empresas tecnológico-financieras. Algunas de ellas han solicitado licencias para convertirse en bancos. Muchas empresas abandonaron esos preceptos, en el entendido de que tenemos una deformación de la idea original de Satoshi Nakamoto.
Aarón Olmos, economista experto en criptomonedas.
Sugiere, además, que estas empresas están del lado de las actividades parafinancieras y parabancarias, porque hay compañías de tecnología que no son bancos «y mueven más dinero que un banco». «Necesariamente en los gobiernos y países, su legislación estará enfocada en controlar y regular», apuntó.
Empresas tienen que colaborar en el desarrollo de las normas
Olmos advirtió del riesgo que supone que las autoridades de cada país avancen en la regulación del ecosistema sin previo conocimiento. A su juicio, el mercado puede desaparecer con las medidas equivocadas.
«Si los reguladores quieren imponer normas sobre el mundo cripto y no conocen de qué va, lo más probable es que se termine generando un documento legal que, lejos de darle forma y ayudar a que el mercado crezca, lo constriña, lo reduzca y prácticamente lo desaparezca», opina.
De hecho, en Argentina se elevó a consideración del Congreso un proyecto de ley que buscaba regular a bitcoin, presentado por la diputada del Frente de Todos Liliana Schwindt, el cual fue catalogado de «mamarracho» y como una legislación «sin pies ni cabeza» por el CEO de la firma Signatura, tal como lo registró CriptoNoticias.
Justo por eso, Olmos llama a los que conforman el ecosistema, como usuarios y otras compañías ligadas a las criptomonedas, a abrirse ante recomendaciones como las del GAFI «ya que están entrando en un mundo de empresas y gobiernos, abandonando el mundo P2P».
Las empresas que quieran perdurar en el mercado de las criptomonedas, deben observar las recomendaciones del GAFI y, al mismo tiempo, observar y sumarse a la posibilidad de participar en el desarrollo de normas y regulaciones para ayudar a darle una forma correcta al mercado.
Aarón Olmos, economista experto en criptomonedas.
¿Las recomendaciones son entonces un peligro?
De acuerdo con Aarón Olmos, no. Son simples proposiciones de un organismo multinacional (de peso) hacia los países. El problema, dice, está en los gobiernos.
«El verdadero peligro son los gobiernos de los países, sobre todo por el desconocimiento de la actividad que pretenden normar y regular», precisó. Y reiteró que por eso, «muchas empresas de tecnología han entendido que para poderse mantener, deben jugar el mismo juego burocrático».
«Cuando abandonas la lógica de una red de conocidos y pasas a grandes empresas y gobiernos, ya te pones en la vista pública de los entes de supervisión», expuso.
¿Migración hacia los DEX?
Consultamos a Olmos sobre una posible migración hacia exchanges descentralizados (DEX), como Bisq o Uniswap, a partir de las recomendaciones restrictivas del GAFI. Dijo que sí, aunque ve inevitable que la regulación termine alcanzando a este tipo de mercados. De hecho, ya ha pasado: el caso de Aave, el protocolo de código abierto que en mayo se lanzó por probar una «DeFi» centralizada para instituciones, alineada con las regulaciones del GAFI.
Pudiese existir un proceso de migración de plataformas, sin embargo, más temprano que tarde, los gobiernos de los países, las entidades financieras, los bancos centrales, elementos contralores, entes multilaterales; llegarán también a las DEX solicitando información, verificación de datos, enfoques basados en riesgo; porque muchas de estas plataformas no complementan esos elementos.
Aarón Olmos, economista experto en criptomonedas.
Insiste en que, si bien la descentralización es la naturaleza «y la gloria» del mercado de las criptomonedas, «eso era cuando estábamos bajo la lógica anarquista de una red P2P de personas naturales».
Incluso, alerta que, poco a poco, se ve que los exchanges con alguna visión distinta o contestataria, están empezando a desaparecer, pues no se han ubicado dentro de la línea general asumida por la gran mayoría de las empresas: adecuarse a la regulación.
Un deseo de centralizar la libertad
El GAFI, el organismo que ha insistido en todas sus fuerzas en intentar controlar a bitcoin, vuelve a hacer «recomendaciones» que remarcan el deseo de centralizar algo que nació libre.
Fuente: WorldSpectrum / pixabay.com
Es cierto que el GAFI no tiene voz ni voto en las naciones, pero un país que no considere sus medidas, se estará sometiendo al aislamiento internacional. Justo por eso, se hace imperioso el trabajo mancomunado entre gobiernos y representantes de la industria de las criptomonedas, con el objetivo de lograr la convivencia entre ecosistemas.
Si habrá una adopción masiva o no a nivel institucional en un futuro, resulta difícil de vaticinar, pero las experiencias registradas hasta la fecha sugieren un porvenir brillante, de interconexión entre las compañías y estos activos, sin hablar del comercio intrapersonal.
De ahí también tendrá que denotarse una regulación clara, no invasiva o interventora, que permita el libre desenvolvimiento y consecuente expansión del mercado.