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La guerra de aranceles desatada por Donald Trump provocó caídas en bitcoin.
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Bitcoin tiene potencial para apreciarse en este contexto macroeconómico conflictivo.
El precio de bitcoin (BTC) ha estado moviéndose alrededor de 85.000 dólares durante las últimas 24 horas.
Por ahora, el mercado está rechazando los precios por debajo de 80.000 dólares a los que BTC había caído la semana pasada y que hacían pensar que el ciclo alcista podía estar terminado.
Pero todavía no es tiempo de gritar victoria. Bitcoin debe atraer mayor volumen de compra para superar con fuerza la zona de 85.000 dólares y así definitivamente aniquilar los temores sobre recaídas mayores.
Como puede verse en el siguiente gráfico, provisto por TradingView, el cruce de medias móviles de 10 y 20 períodos (clásico y básico indicador de tendencia) todavía no termina de confirmar tendencia alcista. Eso recién ocurrirá cuando la línea verde (media móvil exponencial de 10 días) cruce por arriba de la línea roja (media móvil exponencial de 20 días), lo que podría ocurrir en 2 días aproximadamente, suponiendo que bitcoin continúe mostrando impulso alcista.
Este leve impulso de bitcoin contagió al mercado de criptomonedas. Como puede verse en la imagen a continuación, hay varias altcoins del top 100 por capitalización de mercado que están con números en verde a nivel semanal.
Para que bitcoin consolide una tendencia alcista sostenida y supere con claridad la barrera de los 85.000 dólares, varios factores clave deben alinearse, especialmente en el contexto macroeconómico dominado por la guerra arancelaria entre Estados Unidos y China.
Según los reportes de CriptoNoticias de la última semana, el comportamiento del precio de BTC está intrínsecamente ligado a las señales que emanan de este conflicto comercial y a la percepción del mercado sobre su evolución.
El evento más relevante fue el anuncio del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, el 9 de abril, de una pausa de 90 días en los aranceles impuestos a casi todos los países, con la notable excepción de China, que enfrenta gravámenes acumulados de hasta un 145%.
Esta decisión marcó un punto de inflexión para los mercados, que habían estado bajo presión tras el denominado “Día de la Liberación” arancelario, cuando BTC cayó a un mínimo de 74.000 dólares. La pausa fue interpretada como una señal de descompresión, lo que impulsó un rebote de BTC a 84.000 dólares a mitad de semana.
Para que bitcoin continúe su ascenso, el mercado necesita percibir que esta tregua no es solo temporal, sino un preludio a negociaciones exitosas. Si estas negociaciones prosperan en los próximos 90 días, la incertidumbre macroeconómica disminuirá, lo que podría liberar capital hacia activos considerados «de riesgo» como bitcoin, las criptomonedas o las acciones bursátiles. Un escenario donde los titulares reflejen avances concretos en las mesas de diálogo —por ejemplo, reducciones de aranceles al acero, aluminio o automóviles— sería un catalizador alcista para BTC.
Por otro lado, China juega un papel crucial. El gigante asiático elevó sus aranceles a productos estadounidenses al 125% el 11 de abril, pero acompañó la medida con un mensaje conciliador, asegurando que no planea escalar más por ahora.
Este compromiso de no intensificar las represalias fue clave para que bitcoin recuperara terreno. Sin embargo, cualquier indicio de nuevas tensiones podría revertir rápidamente las ganancias. Por ejemplo, un escenario donde China restrinja aún más las exportaciones de tierras raras o donde Estados Unidos imponga sanciones adicionales generaría pánico en los mercados, empujando a BTC, quizás, hacia los 70.000 dólares nuevamente.
A todo esto se le suma que bitcoin tiene razones propias para subir de precio. Un factor que podría impulsar el precio de BTC es la consolidación de su narrativa como “oro digital” en un contexto de inflación potencialmente desatada por los aranceles.
CriptoNoticias señaló que, aunque la pausa arancelaria ha aliviado la presión inmediata, los gravámenes ya en vigor —especialmente los aplicados a productos provenientes de China— podrían elevar los costos de bienes importados, desde electrónicos (lo que incluye equipos de minería de Bitcoin) hasta productos agrícolas. Si la inflación global se acelera, los inversionistas podrían buscar refugio en activos no correlacionados con las políticas monetarias tradicionales, y BTC está bien posicionado para beneficiarse si la narrativa de «oro digital» se expande.
Esta narrativa es reforzada por figuras como Michael Saylor, quien tuiteó el 3 de abril: “No existen aranceles en Bitcoin”. Su mensaje subraya una ventaja estructural: mientras las monedas fíat y los mercados tradicionales están sujetos a las decisiones de gobiernos y bancos centrales, BTC opera en un sistema descentralizado que trasciende las barreras comerciales.
Para que esta percepción se traduzca en un aumento de precio, los grandes inversionistas institucionales necesitarían incrementar su exposición a BTC. Un indicador clave sería un aumento en los flujos hacia los ETF de Bitcoin en Estados Unidos, que han mostrado entradas modestas pero no explosivas en lo que va del año.
En conclusión, hay un camino alcista para bitcoin, pero no estará libre de obstáculos. Por ahora, el mercado se está tiñendo de verde, pero la verdadera victoria alcista dependerá de cómo se desarrolle este complejo ajedrez geopolítico y cómo sea percibido bitcoin en este contexto.
Descargo de responsabilidad: Los puntos de vista y opiniones expresadas en este artículo pertenecen a su autor y no necesariamente reflejan aquellas de CriptoNoticias. La opinión del autor es a título informativo y en ninguna circunstancia constituye una recomendación de inversión ni asesoría financiera.