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La moneda digital se ve en gran manera impactada por el entorno macroeconómico.
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En el mediano y largo plazo, perduran las expectativas alcistas.
Los inversionistas en bitcoin (BTC) y criptomonedas comenzaron 2025 con grandes expectativas. Con la confirmación de que Donald Trump sería el próximo presidente de Estados Unidos, y con su nueva postura pro-bitcoin, todo parecía listo para que el precio de BTC se disparara a nuevas alturas, en una especie de «bull-run infinito».
Por aquellos días, analistas de la firma de inversiones, Bernstein, pronosticaban que bitcoin llegaría a 200.000 días este mismo año.
Con un poco más de moderación, pero a la vez con mucho optimismo, el especialista en trading, Iván Paz Chain, comentaba que 140.000 dólares por BTC era su target de precio.
Michael Saylor, presidente de Strategy (por aquel entonces llamada «MicroStrategy»), había dicho que —según su predicción— bitcoin iría a 180.000 dólares en 2025, para luego tener una gran caída hacia la zona de 140.000 dólares. Cuando eso ocurriera, Saylor pronosticaba que la gente «se volvería loca».
Toda esa gran expectativa se había esparcido como un virus por todo el ecosistema bitcoiner. 2025 definitivamente estaba destinado a ser el año del «súper ciclo alcista» para BTC.
Pero… ¿Qué pasó luego? Tal como puede verse en la imagen a continuación, ese entusiasmo no logró mantenerse (o, al menos, no logró provocar que la demanda supere a la oferta).
Como puede verse en la imagen, al momento de esta publicación bitcoin ha marcado hoy mismo su precio más bajo en lo que va de 2025.
Entonces, ¿Qué está tumbando al precio de bitcoin? Hay factores macroeconómicos y políticos que juegan un papel determinante. Uno de los más relevantes es la guerra de aranceles impulsada por la administración de Donald Trump.
Si bien Trump había prometido un entorno favorable para las criptomonedas, sus políticas comerciales han generado un efecto adverso en los mercados financieros, incluyendo los activos volátiles como bitcoin.
La guerra de aranceles, que incluye la imposición de fuertes gravámenes a importaciones provenientes de países como China y la Unión Europea, ha desatado incertidumbre global.
Debido a estos aranceles, hay riesgo de que las empresas internacionales vean caer sus márgenes de ganancia y los costos de producción se eleven. Por tales motivos, los inversionistas han comenzado a buscar refugio en activos más tradicionales, como bonos del Tesoro o incluso el dólar estadounidense, que sigue siendo percibido como un bastión de estabilidad en tiempos de turbulencia.
En este contexto, los mercados volátiles —acciones tecnológicas, materias primas especulativas y, sí, también bitcoin— han sufrido una presión bajista significativa.
Lejos de ser un catalizador para el «súper ciclo alcista», las políticas de Trump han contribuido a un clima de cautela que afecta incluso a los activos que él mismo dice apoyar.
A esto se suma la postura de la Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos, que —tal como CriptoNoticias lo ha reportado— ha dejado claro que no tiene ninguna prisa por bajar las tasas de interés.
Durante los últimos años, las tasas altas han sido una herramienta clave para controlar la inflación, pero también han encarecido el acceso al crédito y reducido la liquidez en los mercados.
Cuando el dinero es caro y escaso, los inversionistas tienden a alejarse de activos considerados «de riesgo» como bitcoin, prefiriendo opciones que ofrezcan rendimientos más predecibles o que estén respaldadas por garantías gubernamentales.
La Fed, en sus últimas declaraciones, ha indicado que las tasas podrían mantenerse elevadas hasta que haya señales claras de que la inflación está bajo control total, lo que podría extenderse por varios meses más en 2025.
Este escenario es un golpe duro para bitcoin, que históricamente ha prosperado en entornos de dinero barato y alta liquidez, como ocurrió durante los estímulos masivos de la pandemia.
Pero hay algo más en juego aquí: la percepción del mercado sobre qué es bitcoin. Para los bitcoiners más apasionados, BTC es «oro digital», un activo diseñado para ser una reserva de valor a largo plazo, inmune a la inflación y a la manipulación de los bancos centrales.
Sin embargo, el mercado en general no lo ve así. A pesar de sus fundamentos técnicos y su narrativa libertaria, bitcoin sigue siendo tratado como un activo de riesgo, correlacionado con índices tradicionales como el S&P 500 o el Nasdaq.
Cuando las bolsas caen, bitcoin tiende a caer con ellas; cuando la incertidumbre global aumenta, los inversionistas no corren hacia BTC como lo harían con el oro físico, sino que lo abandonan en favor de refugios más convencionales. Esta correlación, que muchos bitcoiners consideran injusta, es una realidad que ha quedado en evidencia en lo que va de 2025.
¡Firmes y adelante, bitcoiners!
Desde la perspectiva bitcoiner, este momento de debilidad no es una derrota, sino una oportunidad.
Los precios bajos son un regalo para quienes creen en el potencial a largo plazo de bitcoin. En el argot de la comunidad, esto es un chance para «acumular más sats» (satoshis, la unidad más pequeña de BTC) a precios de ganga.
Porque, aunque el mercado no lo reconozca aún, los fundamentos de bitcoin siguen intactos: su oferta limitada a 21 millones de unidades, su descentralización que lo hace resistente a la censura, su seguridad respaldada por una red global de nodos y mineros, y su diseño como un sistema monetario que no depende de intermediarios ni de la voluntad de los gobiernos.
Estas características son las que eventualmente harán que el mundo «despierte» y entienda el verdadero poder de bitcoin.
Cuando ese día llegue —y para los creyentes es cuestión de «cuándo», no de «si»— el precio de BTC explotará al alza, dejando atrás las predicciones de Saylor, Bernstein y Paz Chain como meros puntos de referencia conservadores.
Quienes hayan aprovechado estos precios bajos para acumular, estarán en una posición privilegiada. Porque, en el fondo, el sueño bitcoiner no se trata solo de ganancias rápidas, sino de ser parte de una revolución financiera que promete cambiar las reglas del juego.
Por ahora, el mercado puede seguir viendo a bitcoin como un activo especulativo más, pero para sus defensores, cada caída es solo un escalón hacia un futuro donde su valor será indiscutible.
Tenemos paciencia, pero… ¿Hasta cuándo?
Y, a todo esto, la gran pregunta es… ¿Cuándo volverá el impulso alcista para bitcoin? Por supuesto que predecir el futuro con certeza absoluta es imposible, pero, permítaseme una «profecía»: el ciclo alcista de bitcoin no ha terminado con esta corrección y en 2025 se verán nuevos precios máximos históricos.
¿Qué sustenta esta visión optimista en un contexto de precios estancados? No se trata de fe ciega, sino que hay evidencias concretas que apuntan a un rebote.
Primero, el historial post-halving de bitcoin ofrece pistas claras. El último halving ocurrió en abril de 2024, y los ciclos anteriores muestran que los picos alcistas suelen llegar entre 12 y 18 meses después. Si este patrón se repite, en 2025 podríamos ver nuevos récords, posiblemente superando los 110.000 dólares.
Además, la adopción institucional —favorecida por la aprobación de los ETF de bitcoin en Estados Unidos en 2024— sigue firme. Con cada vez más empresas incorporando BTC en sus tesorerías (muchas de ellas siguiendo una estrategia similar a la de Strategy, de Michael Saylor) hay una constante presión compradora que en cierta forma estabiliza a bitcoin e impide que tenga caídas mucho mayores.
Como factor alcista para bitcoin también puede mencionarse la creciente emisión de dinero fíat en todo el mundo. Tal como CriptoNoticias lo reportó, la oferta monetaria mundial ha alcanzado máximos históricos, con bancos centrales inyectando billones para estabilizar economías golpeadas por conflictos comerciales y desaceleración. Este exceso de liquidez fíat, que devalúa las monedas tradicionales, podría ser el catalizador que impulse a los inversionistas hacia bitcoin cuando la incertidumbre arancelaria de Trump se atenúe y las tasas de la Fed eventualmente cedan (cosas que podrían ocurrir más adelante, este mismo año).
Si a esto añadimos las promesas pro-criptomonedas de Trump —como un marco regulatorio claro que podría concretarse antes de 2026—, el terreno está preparado para un despegue.
La corrección actual no marca el fin del ciclo, sino una pausa antes del próximo gran movimiento. Todos los datos aquí mencionados apuntan a lo mismo: probablemente 2025 aún tenga guardados nuevos máximos para bitcoin, y quienes resistan la tormenta estarán listos para cosechar los frutos.
Descargo de responsabilidad: Los puntos de vista y opiniones expresadas en este artículo pertenecen a su autor y no necesariamente reflejan aquellas de CriptoNoticias. La opinión del autor es a título informativo y en ninguna circunstancia constituye una recomendación de inversión ni asesoría financiera.