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Líderes tecnológicos del mundo influyen de más en el futuro de la humanidad.
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El debate propicia una búsqueda por la metapolítica de Bitcoin frente al mundo.
Las declaraciones recientes de Vitalik Buterin, fundador de Ethereum, respecto a la reducción de la población mundial y las soluciones que propone, aparte de darme mucha grima, me han motivado a escribir este artículo y emprender una búsqueda para enarbolar una metapolítica de Bitcoin.
Esto es, cómo deberíamos pensar ciertos acontecimientos sociales desde los parámetros con los que Bitcoin parece funcionar y sostenerse como tecnología. Pero, antes de caer en las opiniones de Vitalik, ampliemos e introduciré el concepto de metapolítica y qué se propone esta disertación.
¿Qué es metapolítica y qué relación guarda con Bitcoin?
Son frecuentes los comentarios que afirman que las criptomonedas son inclusivas y que particularmente en el ramo político, no son discriminatorias. Es cierto, no hay que ser de una u otra tendencia política para usarlas; pero sí pienso que su lógica de funcionamiento, y su aproximación hacia sí mismas y también el mundo que les rodea se corresponde con una u otra corriente de pensamiento político.
Después de todo, los mecanismos de consenso bajo los que funcionan estos protocolos, requieren diálogo e interacción, y procesos para tomar decisiones para el colectivo, y allí está presente el hecho político.
Ahora, hablar y pensar sobre política no es necesariamente ejercerla, pero sí es el proceso que establece las bases o premisas para ello. De esa manera, el voto no es el único mecanismo que existe para fijar o expresar una posición, indistintamente de la forma de organización política bajo la que se desarrolle.
“Metapolítica” es el término adecuado para referirnos a la discusión y pensamiento sobre política. Son todos aquellos componentes discursivos fuera del ejercicio práctico de la política que nos conducen a ejercerla.
Para sentar las bases conceptuales de lo que entiendo por «metapolítica», usaré una de las citas de Alain Badiou, filósofo francés (marxista crítico, por cierto), en referencia a este término, como sale recogida en su libro Metapolítica (Verso, 2005).
“Por «metapolítica», entiendo los efectos que una filosofía puede obtener, en sí misma y por sí misma, del hecho que las políticas reales son pensamientos. La metapolítica se opone a la filosofía política, según la cual, puesto que las políticas no son pensamientos, es al filósofo a quien le corresponde pensar lo político”.
Alain Badiou, filósofo.
Pensar la política no es un ejercicio exclusivo para ‘pensadores’ o filósofos. Cualquier persona que se proponga participar de algún tipo de organización o evento social lo hace con una postura política, indiferentemente de estar al tanto de ello o no.
Así, en este, y posiblemente en otros artículos en el futuro, me propongo explorar las metapolíticas de Bitcoin, contraponiéndolas ocasionalmente con las de Ethereum, pues considero a ese protocolo como la antítesis o el referente más inmediato de lo que Bitcoin no es.
¿Cómo abordar la reducción de la tasa de natalidad desde Ethereum y Bitcoin?
Empecemos, entonces, esta discusión metapolítica con unas recientes declaraciones de Vitalik Buterin, respecto al aparente declive de la población mundial, las tasas de natalidad y fertilidad.
Creo que es pertinente comparar su perspectiva en este tema respecto a la posición que, en mi opinión, un bitcoiner debería tener en relación armónica con la criptomoneda que utiliza, Bitcoin.
Las declaraciones de Vitalik se dieron a raíz de unos tuits de Elon Musk, fundador y CEO de Tesla y SpaceX, y Sahil Lavingia, fundador de Gumroad, sobre este tema en el siguiente diálogo:
Elon: Deberíamos estar mucho más preocupados por el colapso de la población.
Sahil: Deberíamos invertir en tecnología que haga que tener hijos sea mucho más rápido/más fácil/más barato/más accesible, úteros sintéticos, etc.
Vitalik: Las disparidades en el éxito económico entre hombres y mujeres son mucho mayores una vez que el matrimonio y los hijos entran en escena. Los úteros sintéticos eliminarían la alta carga del embarazo, reduciendo significativamente la desigualdad.
En este diálogo participan el hombre más adinerado del mundo, un inversionista de capital de riesgo y el fundador de una criptomoneda con una capitalización que supera los 380 mil millones de dólares.
En dicho diálogo discuten medidas para regular la población mundial, la manera en que se puede hacer «más barato» el tener hijos, y Vitalik asoma que el embarazo es «una carga» que hace a los hombres y mujeres económicamente desiguales. Que en cierto sentido lo es, ya que muchas mujeres deben dejar de trabajar o cursar sus estudios para atender su embarazo, pero pueden existir otras soluciones que no sean los úteros artificiales.
Un bitcoiner, entendido como alguien que trata de ejercer su pensamiento metapolítico alineado con el funcionamiento de Bitcoin, tal vez no debería comulgar con estas nociones retorcidas de la vida y la familia.
El hecho es que la economía fíat y la planificación centralizada ha borrado las perspectivas de futuro de muchas personas en el mundo, eliminando los incentivos para sostener una familia e hijos, ya que no es atractivo traer una nueva vida cuando esta no va a poder acceder a oportunidades que le permitan crecer y desenvolverse en términos relativamente aceptables para los tiempos que corren.
Elon, Sahil y Vitalik son parte de esta misma cadena de privilegios. Aunque no le resto los méritos tecnológicos aeroespaciales al primero, Musk ha sido uno de los principales beneficiados de los créditos energéticos gubernamentales, que sabemos son artificiales (impresión de dinero) y son un castigo contra la población en tanto suponen inflación y destrucción del trabajo de los más vulnerables.
Sahil es fundador de Gumroad, una de las plataformas de creación y venta de contenidos más exitosas, y que ciertamente ha enriquecido a muchos creadores; pero Sahil también es inversionista de capital de riesgo en empresas y criptomonedas. En otras palabras, un especulador y vendedor de relatos que huirá con el dinero cuando dichos proyectos de startups y criptomonedas fracasen.
Vitalik no es muy diferente a los dos personajes anteriores, en tanto acumula promesas incumplidas con el desarrollo de Ethereum, cambia la narrativa o dirección del proyecto cada año y claramente es la figura que más influye en las decisiones de todo ese ecosistema.
Así, pareciera que podemos establecer un paralelismo interesante entre el funcionamiento de Bitcoin y el de Ethereum, respecto a las opiniones aquí expresadas por estos líderes de la tecnología.
Tener y criar hijos, formar una familia unida y exitosa, es una Prueba de Trabajo (Proof of Work), mientras que fabricar humanos en incubadoras o ‘úteros’ artificiales es una Prueba de Participación (Proof of Stake), y que nos remite a escenarios distópicos y aterradores como los del libro Un Mundo Feliz o las películas Matrix y Blade Runner.
La misma aproximación que tiene Vitalik al desarrollo tecnológico de Ethereum es la misma que propone para el mundo real: buscar soluciones desde el pensamiento lineal y literal, que no denota verdadera inteligencia y ni un gramo de empatía.
Su razonamiento no busca crear condiciones para que los humanos podamos comprar o construir una casa, establecer un hogar, formar una familia y educar a nuestros hijos con plena libertad.
Vitalik y Sahil proponen automatizar la procreación, en un proceso administrado por tecnócratas y corporaciones en colaboración con los gobiernos del mundo, perpetuando el mismo sistema corrupto al que Bitcoin se contrapone, pero con matices de innovación y buenismo tecnológico.
De hecho, aquellos que tengan suficiente poder y dinero tendrían ventajas, como por ejemplo tener acceso a la manipulación genética, haciendo que sus hijos salgan potencialmente más inteligentes, más altos de estatura, con mejores cualidades de belleza.
Lo aberrante está en que estarán interviniendo en la forma en que los humanos nos reproducimos como especie, desechando cualquier principio de ética biológica y científica. Al menos la ética a la que pienso deberíamos apegarnos.
Por ello rechazo un futuro donde los únicos que tengan derecho y capacidad de tener un hogar, familia e hijos sean Elon, Sahil y Vitalik, aunque al parecer, la única oportunidad de Sahil y Vitalik para tenerlos es fabricarlos artificialmente.
Señores de la tecnología, los nuevos amos del mundo
Históricamente, los sabios e inventores han sido personas influyentes en las políticas de los estados. Sin embargo, el referente más cercano ha sido Bill Gates, quien pasó de ser un desarrollador de software exitoso, a un consultor en los más variados temas: desnutrición infantil, calentamiento global, crecimiento poblacional, globalización, educación, epidemias, vacunación y más.
¿Es un genio o un estratega adinerado? ¿A cuenta de qué le confiamos los asuntos más cruciales a estas personas? ¿Por qué el destino de miles de millones de personas depende de su opinión y criterio?
Tal vez si Bitcoin fuera una persona, se opondría a que los empresarios, inventores y cualquier tipo de líder, a pesar de su sabiduría y méritos, se les tenga permitido ser amos y señores del mundo, con la potestad y autoridad de cambiar la vida de las personas desde los aspectos más básicos de su existencia.
Si Bitcoin fuera una persona, estaría en contra de los úteros sintéticos, y a favor de que exista igualdad económica y financiera para que cada ser humano decida qué hacer con su vida y cómo tener hijos, sin preocuparse por las dificultades que suponen la repartición desacertada de capital en el mundo a través de la emisión de créditos ilimitados, que solo ayudan a los bancos y grandes inversionistas y endeudan a las futuras generaciones antes de nacer.
Satoshi sabía que esta era la orientación correcta para el éxito de Bitcoin y por eso se retiró de la vida pública. Y aún si regresara, un bitcoiner probablemente debería ignorar o rebatir su opinión.
El mismo código de conducta que requiere Bitcoin de parte de su comunidad para mantener la integridad del protocolo, deberíamos implementarlo también en temas cruciales para la humanidad, y allí encuentro la razón metapolítica de Bitcoin.
Si Bitcoin como protocolo no trasciende a las esferas sociales y políticas, se verá reducido solamente a una herramienta de utilidad limitada y altamente específica, perdiendo su potencial de defender las causas por las que se creó.
Bitcoin devuelve el poder a los individuos y canaliza la energía e incentivos que requiere cualquier forma de asociación y organización entre estos. Si aún con Bitcoin, la sociedad prefiere delegar el control poblacional a empresarios depredadores como Sahil, Elon y Vitalik, they’re not gonna make it (ngmi)…
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