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Ordinals propició que 40% de las ganancias mineras provinieran de las comisiones.
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Los mineros de Bitcoin aspiran a que las transacciones on chain sean más costosas.
Es imposible seguir ignorando el fenómeno que surgió con el desarrollo de Ordinals, un protocolo que permite inscribir datos arbitrarios en el archivo contable de Bitcoin. No solo por su impacto sobre cuánto dinero estamos dispuestos a pagar para validar una operación en Bitcoin, sino porque los mineros de la red ven en Ordinals, desde hace tiempo, una especie de bote salvavidas que les permitirá generar más ingresos.
Es cierto que, en términos generales, existe desconocimiento sobre qué es Ordinals y cuál es su incidencia en los negocios que rodean e incluso sostienen a Bitcoin. La faceta mejor conocida de Ordinals es el efecto que tiene en las comisiones, que durante dos semanas alcanzaron marcas desorbitantes y produjeron ganancias a los mineros equivalentes al 40% del total de sus ingresos por minería. En su punto álgido, hasta 2,499 BTC de comisiones por bloque. Pero no es evidente que el surgimiento de Ordinals representa un cambio en la forma de usar Bitcoin, estemos o no de acuerdo con el uso que esas personas hacen de este método para crear tokens o NFT.
Para estar en contexto, hay que comprender primero que los mineros de Bitcoin visualizan en el futuro un mercado de comisiones más alto. Su principal argumento es que el archivo más seguro del mundo debería ser el más costoso. Cualquiera que quiera añadir algo a la contabilidad de Bitcoin debe estar dispuesto a competir por el espacio de bloque, que ya está bastante limitado. Y, más allá de las expectativas actuales del gremio de los mineros, llegará un día en que esa actividad, que es la columna vertebral de Bitcoin, requerirá un mercado de comisiones lo suficientemente valioso para sostener una infraestructura que todavía podría crecer más. En la medida que la recompensa de Bitcoin se reduzca por el halving y la competencia por las ganancias de minar Bitcoin se incremente, será necesario encontrar valor en alguna parte, porque los mineros necesitarán una fuente de ingresos importante.
Es aquí donde entra Ordinals en la ecuación. Justo cuando la red se había vuelto más eficiente por la adopción de mejoras como SegWit, y más flexible por la llegada de Taproot, llega este método que permitió crear en cuestión de meses un mercado de tokens, cuya contabilidad se registra en el archivo de Bitcoin. De hecho, el crecimiento del mercado de NFT en Bitcoin durante los primeros 200 días superó al de redes como Ethereum y Solana (por supuesto, también en sus primeros 200 días). De cara al futuro inmediato, el volumen de trading de tokens en Bitcoin podría llegar a USD 725 millones a finales de 2023. Además, en este momento, Ordinals aporta a la economía de los mineros de Bitcoin la mayor parte de las ganancias por comisión, que se ubican entre USD 7 millones y USD 13 millones al día.
Si tuviésemos que hacer un ejercicio de imaginación para comprender el valor de las comisiones de red en Bitcoin en la actualidad, para ser equivalentes al pago de la recompensa de 6,25 BTC por cada bloque minado, tendríamos que suponer que una comisión promedio debería costar al menos USD 55 (y los bloques deberían estar llenos de 4.000 transacciones). Es lo que se necesitaría hoy para que las comisiones de red sustituyan en términos monetarios el valor de la recompensa de Bitcoin, que durante estos años ha sido el estímulo para que la red de transmisión y archivado de las transacciones se mantenga segura (de manera que los mineros puedan invertir poder de cómputo y electricidad en ejecutar el protocolo de Bitcoin). Si seguimos con el ejercicio de imaginación, un aumento de precio afectaría ese mínimo necesario de USD 55; pero si el precio baja, ese número sería todavía más alto.
Con esta perspectiva, es lógico que los mineros de Bitcoin piensen en la posibilidad de que los mercados emergentes, como los de tokens BRC-20 en la actualidad o los NFT a comienzos de año, proporcionen las condiciones económicas para que la industria se mantenga rentable.
Sin embargo, no existe un acuerdo sobre qué debería ser Bitcoin ahora o en el futuro, puesto que una parte de la comunidad piensa que solo debería atender una función de sistema monetario y otra parte considera que podría utilizarse como una base de datos. Este dilema es importante, porque las personas que usan y desarrollan Bitcoin son quienes deciden su destino y el camino que tomemos afectará el futuro del flujo de dinero que obtienen los mineros de la red.
Entre quienes defienden el uso de Bitcoin como base de datos de otros proyectos o mercados emergentes se esgrimen distintos argumentos. Por ejemplo, como sostienen varios mineros y creadores de mercados de Ordinals, muchas esperan que, en algún momento, en 5 o 10 años, sea común que las personas hagan las transacciones importantes de su vida en Bitcoin, como comprar una casa o muebles (algo que de hecho ya ocurre). Esta idea apunta a que en el futuro Bitcoin podría convertirse en un sistema de meramente de liquidación, algo que por ahora se conjuga con la transmisión de dinero y el almacenamiento de datos arbitrarios.
Otro ejemplo es que podríamos utilizar Bitcoin como una base de datos para almacenar páginas web (Permawebs), libros sagrados o instrucciones para construir casas sostenibles. Con esta perspectiva, la idea de usar Bitcoin como base de datos cobra valor. Y, por lo tanto, lo que vemos en la actualidad con Ordinals es una muestra de que es posible utilizar su tecnología para muchas más cosas que transferir dinero electrónico efectivo.
De hecho, quienes defienden el protocolo Ordinals, argumentan que ya desde el bloque génesis Bitcoin se perfilaba como un sistema para transferir dinero electrónico y almacenar datos arbitrarios. La prueba que utilizan es que Satoshi Nakamoto dejó constancia en ese primer bloque de un texto que alude a un momento preciso de la historia, que coincidió con el origen de la contabilidad de Bitcoin y al mismo tiempo exponía, a modo de crítica, el estado de las políticas económicas que condujeron a la crisis de 2008.
Por lo tanto, podemos ver el fenómeno de Ordinals como una muestra de que el archivo de Bitcoin es capaz ofrecer un lugar seguro para cierto tipo de información, como testimonios de personas que se encuentren en países donde no existe libertad de expresión. Además, podría solucionar problemas de seguridad de otros mercados. Por ejemplo, el de los NFT que se almacenan fuera de la cadena. A mediados de año, vimos a mineros como Luxor invertir en un marketplace para estos tokens.
Hay una perspectiva sobre que Bitcoin podría evolucionar hacia este tipo de funciones, más allá de solo transmitir dinero electrónico. Si distintos mercados y bases de datos adoptan Bitcoin como método para preservar su contabilidad, en el futuro podríamos experimentar las condiciones necesarias para que las comisiones de red se eleven, tal como esperan los mineros de Bitcoin, en detrimento de los usuarios que utilizan el sistema como medio de pago.
Sin embargo, me llama la atención el doble discurso que presentan los mineros de la red y los partidarios del uso de Ordinals. Por un lado, se habla de que Bitcoin debe ser una red de liquidación de cosas importantes y por otro es evidente que estos tokens o NFT de Ordinals no aportan valor utilitario a la red. ¿Qué es realmente valioso para los mineros de Bitcoin en el futuro? Si nos circunscribimos a los mercados especulativos de tokens sin utilidad, que básicamente adquieren valor porque están en Bitcoin, y no al revés, solo las comisiones. Pero un mercado de ese tipo no se sostendrá a largo plazo al menos que haya un valor real en los proyectos que se suman.
Mi opinión es que es legítimo aspirar a que Bitcoin sea solo una red de liquidación, pero Ordinals contradice eso y se usa con un propósito distinto. De hecho, quienes emiten tokens en Bitcoin usan la red principal para cosas que podrían estar en otro lado, según el argumento de “Bitcoin como red de liquidación”.
Una de las consecuencias de Ordinals podría ser el desarrollo de segundas capas o de contratos inteligentes en Bitcoin. Si en el futuro parte de la comunidad quiere que Bitcoin sea una red de liquidación de múltiples mercados o con otros propósitos contables, es necesario apoyar proyectos más valiosos a largo plazo, que aporten utilidad y funciones que no están disponibles en Bitcoin. En lugar de crear mercados infinitos de Ordinals, que a largo plazo desmotivarán a muchos usuarios que usan la red para transacciones cotidianas o para enviar remesas, sería interesante ver más participación, sobre todo de los mineros de Bitcoin, en discutir, crear o desarrollar las instancias para que se ejecuten estas cosas, y otras, sin congestionar la red.
Para mí, la respuesta es evidente. Bitcoin podría convertirse en una red de liquidación que sostendría simultáneamente la contabilidad de distintos mercados o programas que requieran evadir la censura de gobiernos y Estados. Pero para llegar a ese punto resulta necesario crear y desarrollar una infraestructura que soporte la potencial demanda de seguridad que puede proveer Bitcoin. Y, hay que decirlo, que la congestión actual de Bitcoin obligue a las personas a usar la red Lightning no es ni positivo ni la solución.
La red Lightning no resuelve todo el problema de la congestión de Bitcoin en su estado actual, porque su desarrollo está incompleto. Además, parece necesario incentivar otros desarrollos que permitan que Bitcoin sea más flexible (al menos que alivie la demanda de espacio de bloque para almacenar datos arbitrarios). Por ejemplo, BitVM, RGB, Taproot Assets y cadenas laterales como Liquid y RSK que tienen años desarrollándose, que aportarían nuevas opciones para ejecutar transacciones con bitcoin u otros activos. La mayoría de estos proyectos necesita, de hecho, administradores de redes, que bien podrían ser los mismos mineros de Bitcoin, debido a que ya poseen la potencia de cómputo y la experiencia para implementarlos.
A propósito, creo que los mineros podrían ser el eslabón que falta para que muchos proyectos que ayudarían a escalar Bitcoin se consoliden. Mientras los mineros solo se preocupen de la actualidad de sus ingresos, sin pensar en el futuro, será muy difícil construir la infraestructura necesaria para sostener el crecimiento que proyecta Bitcoin.
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