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A nombre del BDE se publicó recientemente una nota informativa sobre los criptoactivos.
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La publicación posee errores de comprensión acerca de las criptomonedas.
El Banco Central de España (BDE) publicó este mes una nota informativa sobre las criptomonedas, donde las autoridades afirmaron que estas no serán un sustituto para el dinero fiat. No obstante, aunque el objetivo de la publicación del BDE era profundizar sobre las características, riesgos y definiciones regulatorias de los criptoactivos, el documento resulta en su lugar desinformativo.
La nota publicada en el Portal del Cliente Bancario del BDE posee errores de comprensión sobre las criptomonedas en general y algunas aseveraciones que no son del todo ciertas. Debido a ello, para ser una publicación informativa, no brinda el contenido necesario para que los usuarios de criptomonedas residenciados en España estén informados sobre el uso y los alcances de los criptoactivos en el sistema financiero.
En el informe se comienza diciendo que el uso del término «moneda» para definir a los criptoactivos es errado y que estas herramientas financieras no sustituirán a las monedas de curso legal, acotando que su denominación ha evolucionado hacia la palabra «criptoactivo» o «activo virtual». Sin embargo, más adelante la publicación se contradice cuando reconoce que el Banco de España fue la primera institución financiera europea en reconocer a los criptoactivos como un tipo de dinero en el 2012.
Ante estas dos afirmaciones se genera una duda: ¿Son o no son los criptoactivos una forma de dinero? Es cierto que no todos activos criptográficos entran en la categoría de dinero, ya que los mismos también pueden ser acciones o propiedades. Debido a la multiplicidad de su uso, han generado un cambio en el paradigma monetario, por lo cual la denominación «criptoactivo» resulta más conveniente para reconocer tanto su valor monetario como de herramienta. En este punto el BDE ha resaltado una característica importante de las criptomonedas para entenderlas. No obstante, cuando afirma que el uso de la palabra moneda es «ciertamente equivoco» entra en pugna con aquellos criptoactivos que son utilizados como dinero electrónico, como es el caso de Bitcoin.
Bitcoin es considerado dinero no sólo porque el mismo fue ideado como una moneda electrónica, sino porque posee tres funciones básicas propias del dinero de uso cotidiano. Bitcoin es un medio de intercambio, ya que este criptoactivo se puede cambiar por bienes o servicios. Asimismo, es una unidad contable en vista de que permite calcular o comparar el costo de un producto. Por último, Bitcoin es utilizado como depósito de valor en muchos países del mundo donde la moneda nacional sufre de devaluaciones.
En el informe del Banco de España se asegura que el único valor de los criptoactivos es que la gente está dispuesta a cambiarlos por otras monedas: «El valor de las monedas digitales depende únicamente de que haya otros usuarios dispuestos a adquirirlas». Las criptomonedas como Bitcoin están respaldadas en la confianza de sus usuarios en su tecnología. Es decir, son sus posibilidades técnicas las que les dan valor, a diferencia de las monedas fiduciarias que se encuentran respaldadas en la confianza de los ciudadanos en los gobiernos. Cabe recordar que ningún sistema monetario en la actualidad trabaja respaldado en el patrón oro, el cual fue derogado hace 45 años atrás.
Aquí entra en juego otra de las afirmaciones realizadas en la nota del BDE: «Las monedas virtuales se emiten a través de entes privados y están denominados en su propia unidad de cuenta». La denominación «entes privados» puede prestarse a malos entendimientos, aunque un sujeto privado no tiene porque ser necesariamente una empresa, el uso de estas palabras se puede interpretar como tal. En este sentido, es importante hacer la salvedad de que las criptomonedas descentralizadas, como Bitcoin, son emitidas por medio de las actividades de minería y no a nombre de una compañía.
Otros desaciertos
Además de los conceptos erróneos, en el texto también se hacen aseveraciones que no son ciertas. Por ejemplo, en el documento se afirma que las criptomonedas son la consecuencia del desarrollo de las tecnologías. Aunque los criptoactivos forman parte del desarrollo tecnológico de los últimos años, esta herramienta financiera nace como consecuencia de economías y gobierno que han defraudado a sus ciudadanos, específicamente, durante la crisis financiera de los subprime.
Ante la mala gestión de bancos y gobiernos en el pasado, Bitcoin puso tres características principales sobre la mesa: descentralización, privacidad e inmutabilidad. Descentralizando la información financiera, los usuarios pueden participar en la confirmación de sus transacciones sin necesidad de acudir a un tercero de confianza. Asimismo, transacciones privadas permiten garantizar el derecho de las personas a preservar su información financiera, limitando el poder que otros -como gobiernos y ladrones- puedan ejercer sobre ellos. Y la inmutabilidad permite que haya una mayor transparencia en las comunidades, puesto que se tiene plena certeza que el registro contable suscrito, no se va a modificar según la voluntad de otro. Es decir, son características que revolucionan los sistemas de gobierno cuyas administraciones son centralizadas.
«En la actualidad, no hay ningún Estado en el que moneda virtual alguna sea de curso legal», se destaca en otro párrafo de la nota informativa. Es cierto que ninguna entidad regulatoria financiera ha reconocido a Bitcoin, por mencionar el criptoactivo más popular del mercado, como moneda nacional. No obstante, la creación de «criptomonedas nacionales» ha permitido que en términos legales se le reconozca como monedas de curso legal. Un modelo de ello es el Petro en Venezuela, que aunque se ha puesto entredicho sus alcances como criptomoneda, su introducción en el sistema económico venezolano permitió el lanzamiento de una ley de criptoactivos que los reconoce como moneda de curso legal. Asimismo, Bitcoin ha sido reconocido como medio de pago en Japón e incluso como medio de intercambio en el estado de Florida, EEUU.
La nota finaliza diciendo que uno de los mayores riesgos de los criptoactivos es que los mismos no son tan seguros como los sistemas financieros tradicionales. «La seguridad en las transacciones con monedas virtuales no es la misma que en sistemas de pago tradicionales», plantea. Bitcoin que nunca ha sido hackeado. Y las vulnerabilidades encontradas en su código han sido arregladas antes de ser explotadas. En todo caso, las casas de cambio de criptomonedas son las que han sido vulnerables a ataques. Pero dichas casas de cambio son sistemas centralizados en su mayoría, como un banco o corredores en línea. De ahí su vulnerabilidad.
Como puede verse, el artículo del Banco de España revela falta de comprensión del funcionamiento de los criptoactivos, basando sus afirmaciones principalmente en prejuicios heredados del sistema financiero tradicional. Hay que tener cuidado al momento de leer este tipo de artículos pues puede llevar a confusiones que alejen de los beneficios que ofrecen este tipo de tecnologías.
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