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Cuando se desate el FOMO estatal por bitcoin, su precio no podrá hacer otra cosa más que subir.
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Bitcoin todavía está en una etapa temprana de adopción y eso es una gran oportunidad.
El sistema financiero internacional está viviendo una metamorfosis sin precedentes, y bitcoin (BTC) emerge como una pieza fundamental en este proceso.
Desde gobiernos centrales, empresas y hasta administraciones locales, están evaluando con interés las posibilidades que ofrece BTC, lo que indica que su rol en las finanzas globales podría consolidarse pronto.
Este interés, basado en las propiedades de bitcoin como un recurso estratégico y una alternativa robusta para resguardar valor frente a las monedas fíat tradicionales, está preparado para transformar su posición en los mercados.
La prisa por sumarse a esta corriente refleja el deseo de personas, compañías y estados de participar en un cambio que avanza a pasos agigantados. En este contexto, bitcoin todavía no ha permeado completamente los sistemas económicos mundiales, lo que permite a quienes toman decisiones con previsión posicionarse de manera privilegiada.
El Salvador: pionero en la adopción estatal
El Salvador marcó un hito histórico bajo la administración del presidente Nayib Bukele al convertirse en el primer país en reconocer a bitcoin como moneda de curso legal.
La Ley Bitcoin, aprobada por la Asamblea Legislativa el 9 de junio de 2021, otorgó a bitcoin la misma validez que el dólar estadounidense para transacciones dentro del país.
Desde noviembre de 2022, el gobierno salvadoreño ha implementado una estrategia de acumulación, comprando 1 BTC diario. Hasta la fecha, el país ha acumulado 6.167 BTC, posicionándose como el sexto país con más reservas de BTC a nivel global.
Por lo tanto, El Salvador no solo ha abrazado bitcoin como un medio de intercambio, sino que lo ha integrado como un componente clave de su estrategia económica.
Esta decisión ha inspirado a otras naciones y ha evidenciado que los gobiernos están comenzando a ver a BTC como un activo con un potencial transformador más allá de una mera curiosidad tecnológica.
La fiebre global por las reservas de bitcoin
El ejemplo de El Salvador no es un caso aislado. Estados Unidos lidera la acumulación de bitcoin con 198.012 BTC, seguido de China con 190.000 BTC, el Reino Unido con 61.245 BTC y Bután con 12.062 BTC, según datos de Bitcoin Treasuries.
La creación de reservas de bitcoin se ha convertido en una tendencia creciente. En Estados Unidos, el presidente Donald Trump formalizó la creación de una reserva estratégica de bitcoin, declarando su intención de posicionar al país como “la capital mundial de las criptomonedas”.
La orden ejecutiva detalla que la reserva estratégica de bitcoin se capitalizará inicialmente con BTC provenientes de decomisos civiles y penales, como los obtenidos a través de investigaciones de actividades ilícitas. Sin embargo, es importante señalar que no todos los BTC en posesión del gobierno estarán disponibles para esta reserva: en enero de 2025, la justicia de Estados Unidos instó al Departamento de Justicia a devolver 94.000 bitcoin al exchange Bitfinex, robados en un hackeo en 2016, lo que podría reducir el total de BTC disponibles para la reserva estratégica.
Además, el impulso no se limita al ámbito nacional. En Estados Unidos, 35 proyectos de ley han sido presentados en las legislaturas de 20 estados, reflejando un interés creciente en integrar bitcoin y otras criptomonedas en las políticas estatales. Jurisdicciones como Florida, Nuevo Hampshire, Texas, Misuri y Virginia Occidental han logrado avances legislativos para crear sus propias tesorerías estratégicas de bitcoin.
Estas iniciativas demuestran que bitcoin está ganando tracción no solo como una reserva de valor, sino como un activo estratégico con implicaciones geopolíticas y económicas.
Por consiguiente, la fiebre por las reservas de bitcoin está comenzando a desatarse. A medida que más gobiernos y entidades estatales reconozcan el valor de bitcoin, la demanda por este activo finito aumentará, ejerciendo una presión alcista sobre su precio. Cuando el FOMO estatal —acrónimo de «fear of missing out«, que significa «miedo a quedarse fuera»—, ese temor a perderse una oportunidad histórica, se desate por completo, el precio de bitcoin no tendrá otra opción más que subir.
La adopción institucional: empresas lideran el camino
No solo los gobiernos están abrazando bitcoin; las instituciones y empresas privadas también están desempeñando un papel crucial en su adopción.
La fiebre de las reservas de bitcoin ha alcanzado al sector corporativo, con decenas de empresas creando sus propias tesorerías de bitcoin como parte de sus estrategias financieras. Un ejemplo destacado es Strategy, una empresa de software que, bajo el liderazgo de su CEO Michael Saylor, ha acumulado más de 553.555 BTC desde 2020, convirtiéndose en la mayor poseedora corporativa de bitcoin.
Strategy ha utilizado a BTC como un activo de tesorería para protegerse contra la inflación y ha emitido deuda para financiar nuevas compras, una estrategia que ha generado retornos significativos para sus accionistas.
Otro caso notable es Metaplanet, una empresa japonesa que cotiza en bolsa y que en 2024 anunció su decisión de adoptar bitcoin como un activo de reserva. Inspirada por el modelo de Strategy, Metaplanet ha adquirido 5.000 BTC, buscando diversificar su balance y aprovechar la apreciación de bitcoin.
Esta adopción institucional refuerza la legitimidad de bitcoin y aumenta su demanda. A medida que más empresas sigan el ejemplo de Strategy y Metaplanet, la presión sobre la oferta limitada de bitcoin crecerá, contribuyendo al aumento de su precio.
El FOMO institucional, al igual que el estatal, será un catalizador clave para la próxima ola de apreciación de bitcoin.
Bitcoin: una inversión asimétrica histórica
Bitcoin ha demostrado ser la inversión asimétrica más contundente de la historia moderna, como lo señala un artículo de CriptoNoticias.
Desde sus inicios, cuando valía apenas centavos, hasta alcanzar decenas de miles de dólares, ha ofrecido retornos espectaculares. Quienes invirtieron en sus primeros años asumieron el riesgo de un activo incomprendido y criticado, pero obtuvieron ganancias que superaron cualquier otra clase de activo.
Incluso quienes ingresaron más tarde, en 2013, 2017 o después de la pandemia en 2020, han visto crecimientos que eclipsan a los índices bursátiles, los bienes raíces y los metales preciosos.
Lo que hace a la moneda digital una inversión asimétrica es la relación entre su riesgo y su potencial de retorno.
El (muy poco probable) riesgo de pérdida se limita al capital invertido, pero el potencial de crecimiento es exponencial. Esta característica sigue vigente porque BTC aún está en una etapa temprana de adopción global. Más personas han oído hablar de la moneda digital sin entenderlo que aquellas que efectivamente lo poseen.
La tesis de inversión sigue siendo asimétrica porque el mercado aún no ha internalizado por completo lo que bitcoin representa: una alternativa monetaria global, digital, descentralizada y finita en un mundo donde las monedas fíat se inflan constantemente.
La escasez de bitcoin: un catalizador de valor
Uno de los principales catalizadores del valor de bitcoin es su escasez absoluta. A diferencia del oro, cuya oferta crece a un ritmo de 1,5-2% anual, o de las monedas fíat, cuya oferta global aumenta un 14% anual, bitcoin tiene un suministro limitado a 21 millones de unidades.
Con 19,8 millones ya minados, el aumento futuro en el suministro será de apenas un 6% hasta que se alcance el límite. Hunter Horsley, CEO de Bitwise, subrayó este punto al afirmar que bitcoin es “la reserva de valor más escasa del mundo hoy en día”.
Esta escasez, combinada con la incapacidad de falsificar, embargar o restringir fácilmente las transacciones de bitcoin, lo convierte en una versión superior del “oro digital”.
Bitcoin es más portable, divisible, auditable y programable que el oro, lo que lo hace atractivo para instituciones, empresas y gobiernos que buscan una reserva de valor moderna. A medida que más actores reconozcan estas ventajas, la demanda por bitcoin aumentará, reforzando la presión alcista sobre su precio.
La oportunidad de la adopción temprana
Bitcoin todavía está en una etapa temprana de adopción, y esto representa una gran oportunidad. A pesar de su crecimiento, la mayoría de la población mundial no posee bitcoin, y muchos de quienes han oído hablar de él no comprenden su potencial.
Esta brecha entre la percepción y la adopción crea una ventana para que los inversionistas, empresas y gobiernos se posicionen antes de que la adopción masiva dispare su valor.
El FOMO estatal e institucional, ese temor a perderse una transformación financiera histórica, será un punto de inflexión.
Cuando los gobiernos, inspirados por El Salvador y Estados Unidos, y las empresas, siguiendo el ejemplo de Strategy y Metaplanet, compitan por acumular bitcoin, la oferta limitada garantizará que el precio se dispare.
Quienes inviertan ahora, mientras bitcoin sigue siendo un activo relativamente subvalorado, estarán adelantándose a esta ola. La historia de bitcoin ha demostrado que los primeros en adoptarlo obtienen las mayores recompensas, y esta dinámica no ha cambiado.
Por otro lado, la adopción estatal e institucional no solo impulsará el precio, sino que también legitimará a BTC como un componente esencial del sistema financiero global.
La integración de bitcoin en las reservas nacionales, estatales y corporativas enviará una señal clara al mercado: bitcoin no es una moda pasajera, sino una fuerza transformadora. Esta legitimación atraerá a más inversionistas, creando un ciclo virtuoso de adopción y apreciación del precio.
En definitiva, adelantarse a los gobiernos y las instituciones en la adopción de bitcoin ofrece una ventaja estratégica. Mientras los estados y las empresas comienzan a acumular bitcoin, los individuos que ya poseen este activo estarán posicionados para beneficiarse de su apreciación.
Descargo de responsabilidad: Los puntos de vista y opiniones expresadas en este artículo pertenecen a su autor y no necesariamente reflejan aquellas de CriptoNoticias. La opinión del autor es a título informativo y en ninguna circunstancia constituye una recomendación de inversión ni asesoría financiera.
