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Investigadores de la revista Nature evidenciaron una tendencia a la concentración de los mineros.
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Nature propone la creación de un marco global para regular la minería de Bitcoin.
La minería de Bitcoin ha tenido un crecimiento y una distribución acelerada en los últimos meses, con presencia en más del 40% de la superficie de la Tierra, de acuerdo con los resultados de un estudio científico adelantado por investigadores de la revista Nature.
Según la investigación, denominada Análisis espacial de la minería global de Bitcoin, la actividad minera fue detectada en más de 6.000 puntos geográficos de 139 países y regiones del mundo. En más detalles, en el 44,3% de la superficie de nuestro planeta ya existe huella de minería de Bitcoin, como muestra de su creciente expansión.
Algo que resalta la revista Nature es que la minería no discrimina en ubicación. De hecho, explican que más allá de los puntos ya conocidos, como China, Estados Unidos o Islandia, se detectó minería en lugares inesperados, como Tahití, en la Polinesia Francesa, o Malawi, al sudeste de África.
Además, y si se mira con detalle el mapa arriba anexado, es posible ver una importante actividad minera en América Latina, sobre todo en Venezuela y Brasil, donde hay varios puntos verdes que sugieren la detección de equipos ASIC de minería andando.
Una tendencia a la concentración
Nature resalta que la actividad minera, al estar ampliamente distribuida, cumple con los preceptos de la naturaleza descentralizada de las cadenas de bloques. Sin embargo, señalan que existe una «fuerte tendencia a la concentración espacial» de los mineros, particularmente en los lugares donde hay energía abundante y a bajos costos.
Este fenómeno, como lo llamaron, «aumenta el riesgo potencial de un ataque del 51% y hace que toda la red sea más vulnerable debido a cambios regulatorios, desastres u otras restricciones en ubicaciones específicas».
Lo que dice Nature hace referencia a los Estados Unidos o China, que son los países donde existe más presencia minera y en donde está concentrado más del 50% del poder de cómputo (hashrate) de Bitcoin.
Pero un ataque del 51% no es tan sencillo de ejecutar. Para eso, más de la mitad de los mineros deberían ponerse de acuerdo para lanzar el ataque y en Estados Unidos, aunque está la mayoría del hashrate, este está distribuido entre empresas y granjas que difícilmente se alíen para dañar su fuente de dinero.
Y si no es de esta manera, para lanzar el ataque del 51% habría que construir la maquinaria suficiente para superar la marca actual, cuya fabricación costaría miles de millones de dólares, sin contar con los precios de la energía, que también es improbable que alguien posea.
Un marco global
Nature sostiene que, en base al análisis y el estudio hecho por sus investigadores, la mejor forma para regular la minería de Bitcoin es a través de la construcción de un marco global a corto plazo, que motive a los operadores a minar donde haya abundante energía renovable y capacidad excedente de electricidad.
Dichos lugares podrían ser en Latinoamérica, donde la actividad puede ser rentable, al contar con condiciones que, en afinidad con Nature, podrían promover la masificación de la minería.
En Venezuela, por ejemplo, hay recurrentes excedentes eléctricos, que podrían usarse para mejorar el sistema eléctrico nacional, tal como lo sugirieron mineros de Bitcoin a inicios de este año.
Nature, con su investigación, no hace más que reconocer el crecimiento de la minería de Bitcoin, una actividad que, aunque está en crisis (por los bajos precios), parece no ceder y, al contrario, lo que hace es mantener su constante expansión.