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El hashrate de Bitcoin ha descendido más de 33% desde su pico máximo este año
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La caída del precio ha influido directamente en la salida de mineros de la red
La tasa de hash (hashrate) de la red de Bitcoin ha disminuido considerablemente durante los últimos meses, lo que ha incidido en la disminución de la dificultad de minería de BTC en 21,92%, en dos meses. Este reajuste ocurre de manera automática cada 2016 bloques, elevando o disminuyendo la dificultad según haya variado el hashrate de la red.
La última vez que la dificultad de la red de Bitcoin se elevó fue el 4 de octubre y alcanzó los 7,4 Teras. No obstante, desde el 18 de octubre, esta ha ido disminuyendo paulatinamente. El 18 de octubre bajó hasta 7,2 Teras, donde se mantuvo hasta el 16 de noviembre; pero ante la caída del hashrate, la dificultad se reajustó a 6,6 T. En el último ajuste de la dificultad, esta se redujo un 15,13%, alcanzando un valor aproximado de 5,6 Teras, que se mantendrá por 2016 bloques.
De acuerdo con el bitcoiner Matt Odell, se trata de un comportamiento normal, especialmente en el contexto de la baja generalizada de los precios de las criptomonedas y la particular caída de bitcoin (BTC). Esto habría afectado la rentabilidad de la minería, de manera que algunos podrían haber decidido apagar sus equipos. No obstante, la salida de mineros hace que la actividad sea más rentable para los que se mantienen trabajando en la red.
Recordemos que, por diseño, el protocolo de Bitcoin reajusta la dificultad de minado de la red cada 2016 bloques, a fin de garantizar su estabilidad y que el esquema de incentivos mantenga su rentabilidad y atractivo. Así, el aumento de la tasa de hash, junto con la entrada de nuevos mineros o la activación de más poder de minado por su parte, implica un aumento de la dificultad luego de cada 2016 bloques minados. Este proceso pretende que la entrada y salida de mineros no ponga en riesgo el esquema de recompensas de la red, ni el funcionamiento del mecanismo de consenso, la Prueba de Trabajo (PoW).
En el caso inverso, el decrecimiento del hashrate implica la disminución de la dificultad, lo que permite que los mineros que se mantienen activos en la red puedan obtener mayores incentivos. La reducción de la dificultad es proporcional a la reducción del hashrate, de manera que la seguridad de las transacciones se mantiene. Además, es importante considerar que Bitcoin es la red con mayor poder de procesamiento que usa el algoritmo SHA-256; por lo que, un ataque de mineros maliciosos debería ocurrir desde el interior de la red. Tal escenario generaría pérdidas a los propios perpetradores.
Tras un 2018 en donde el hashrate creció de manera sostenida, esta caída, aunque se ha catalogado como la segunda más importante de la historia de la criptomoneda, pareciera natural y lógica, debido a que los mineros podrían haber sobreminado la red. Pese a la reducción en ambos baremos, las transacciones aún siguen siendo irreversibles y el valor intercambiado a través de la red es el mismo.
Actualmente la red tiene un hashrate de 36,8 EH/s, según BitInfoCharts, esto tras haber experimentado un pico de 60,4 EH/s el 1 de noviembre.
A mediados de noviembre, reportamos una primera reducción de la dificultad. Entonces, la dificultad de la minería en Bitcoin decreció más de 7%, ante la falta de mineros que proporcionen poder de cómputo. La salida de algunos de ellos, así como y la “guerra de hash” entre Bitcoin ABC y Bitcoin Satoshi Vision por el control de Bitcoin Cash, fueron posibles causas entonces.
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