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Hace dos días el hash rate cayó de 98 EH/s a 67 EH/s, una variación del 32%.
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La clave para evitar cálculos errados podría ser observar periodos de hash rate más largos.
El 24 de septiembre, la tasa de hash de Bitcoin dismunuyó 30% de manera preocupante, causando exclamaciones de miedo en todo el mercado y un pánico generalizado en relación a que quizá la red no es tan segura.
Pero, no hay por qué preocuparse, hay una explicación simple —solo que resulta un poco complicado de explicar—.
La tasa de hash (o hash rate) de la minería de Bitcoin es una medida de la cantidad actual de potencia computacional gastada para agregar nuevos bloques al historial de transacciones, de modo que se pueda obtener una recompensa de bitcoins. Los mineros analizan estas cosas llamadas hashes, tratando de encontrar uno que cumpla con un criterio establecido. Al mismo tiempo, la potencia computacional que se gasta en esto asegura la cadena de bloques de Bitcoin y procesa las transacciones en la red.
Recientemente, el hash rate de Bitcoin había establecido nuevos máximos, superando los 100 EH/s (que es mucho, porque equivale a 100 trillones de operaciones computacionales en un segundo). Hace dos días, sin embargo, cayó de 98 EH/s a 67 EH/s, una variación del 32%. Pero todo se reduce a cómo se miden los datos.
Dado que la red de Bitcoin está descentralizada, cuando alguien se refiere a la red, está hablando de miles de personas individuales con equipos informáticos que van desde discos duros hasta almacenes llenos de computadoras diseñadas específicamente para la minería de Bitcoin. Por lo tanto, para conocer realmente el hash rate actual de Bitcoin, tendría que preguntar a todos y cada uno de ellos cuántos hashes procesan. Esto, obviamente, no es práctico.
En cambio, los proveedores de datos trabajan hacia atrás y utilizan técnicas estadísticas para llegar a una estimación de la tasa de hash actual. En este caso, observan la velocidad con la que se minan los bloques de Bitcoin, en combinación con el nivel de dificultad actual de la red. Y tomando esto en conjunto, con un poco de conocimiento estadístico, llegan a una estimación razonable. Pero no es perfecta.
El modelo supone que los bloques se crean cada 10 minutos en promedio. Pero si los bloques se encuentran más rápido o más lento que esto, por pura casualidad, no por un cambio de hash rate, esto podría alterar esa tasa de procesamiento estimada. Entonces, si los mineros continuamente enfrentaban mala suerte y los bloques tomaban más tiempo, parecería que el hash rate caería desde un acantilado.
Es difícil saber si esto es exactamente lo que sucedió, como hemos dicho, porque sería necesario preguntar a todos los mineros, pero es el tipo de evento que podría explicar la caída de hace dos días.
La clave es que se debe observar la tasa de hash durante un período de tiempo más largo para evitar anomalías. El CSO de Blockstream, Samson Mow, dijo a Decrypt: «solo los cambios prolongados de hash rate durante períodos estadísticamente significativos -tal vez dos semanas- tienen sentido».
Pero, ¿qué lo causó?
Sunny Aggarwal, investigadora de Cosmos, una plataforma que utiliza prueba de participación en su blockchain, tenía un par de teorías sobre la aparente caída.
«Puede haber sido un problema extraño», dijo. «Esto parece posible, pero soy un poco escéptico porque fue un aumento sostenido del tiempo requerido para encontrar un bloque que duró muchas horas, no solo unos pocos bloques».
Aggarwal sugirió que también es posible que «un pool/granja de mineros tuviera un problema técnico o estuviera haciendo una migración que los hizo detener un poco la minería. Esto parece ser lo más probable para mí”, argumentó.
Pero la verdad es que nunca lo descubriremos, a menos que los propios mineros de Bitcoin nos digan lo que saben.
Versión traducida del artículo de Nawaz Sulemanji, publicado en Decrypt.