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R.Y. aprendió que la familia siempre es más importante, incluso cuando se trata de Bitcoin.
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Para R.Y. el desarrollo de Bitcoin rindió mayores frutos que las estrategias de trading.
Las cosas en la vida de R.Y. eran bastante monótonas en el 2017. Era desarrollador y había pasado años estudiando el código de Bitcoin. Sin embargo, lo hacía solo para avanzar en el desarrollo de tecnología financiera de su compañía.
No se había interesado en la tecnología de Bitcoin de lleno, aunque compartía sus ideales de descentralización. Hacía su trabajo para una empresa privada como un autómata, traicionando sus principios cypherpunk. Sin embargo, despertó cuando vio que el precio del criptoactivo no paraba de subir. R.Y. era padre de dos hijos y su pareja era enfermera. Entre ambos realizaban turnos dobles, para poder pagar las cuentas.
R.Y. invirtió en BTC en el último trimestre del año y obtuvo ganancias que su trabajo, con un salario bastante injusto, no le había dado hasta entonces. A pesar de tener conocimiento del funcionamiento de Bitcoin, en ese momento lo vio netamente como un negocio. Decidió dejar su empleo en el mes de noviembre de 2017.
Las gráficas se mostraban favorables para el precio de BTC y sus ganancias haciendo trading eran un motivo suficiente para pensar que la época de bonanza no se detendría. Sin embargo, quería que sus hijos tuvieran la mejor navidad de todas, así que tomó una decisión precipitada que cambiaría por completo el rumbo de su vida. Sin consultarle a Sophie, tomó las escrituras de la casa en que vivían, que había heredado en el centro de la ciudad, y la hipotecó por un valor de 7 mil dólares.
Con el dinero de la hipoteca, una parte de los ahorros y las ganancias obtenidas previamente, reunió un total de 0,5 BTC en su cartera fría. Para el 17 de diciembre de 2017, con BTC valiendo USD20mil, estos se traducían en 10mil dólares. Planeaba muy pronto duplicar la cifra.
No obstante, de 20 mil, BTC bajó a 19 mil en un día. R.Y. pensó que era un pequeño revés en el precio, como había ocurrido el 10 de diciembre, cuando Bitcoin pasó de valer 17 mil a cerca de 13 mil. Así que sería cuestión de tiempo para que BTC se recuperara y rindiera frutos. Detuvo sus operaciones de trading y se dedicó a ser holder (aquel que conserva sus criptoactivos en espera de un aumento considerable en su precio) mientras bitcoin hacía lo suyo.
Aquella navidad todo se desenvolvió con normalidad, los niños recibieron su regalo con lo que quedaba de los ahorros y Sophie no sospechó que estarían a punto de perderlo todo. Sin embargo, R.Y. no aguantó la presión y confesó todo a finales de enero del 2018. Para entonces, BTC ya estaba en 11 mil dólares. Sophie se llevó a los niños a casa de su madre, antes de que los sacaran a la calle por no poder pagar la hipoteca.
R.Y. se deprimió profundamente y estuvo a punto de quitarse la vida, pero el amor que sentía por sus hijos pudo más que esa voluntad. Tenía que hacer algo para recuperar a su familia. Como tenía experiencia en el desarrollo de tecnología financiera, aceptó un trabajo de desarrollo de Apps de código abierto para una empresa que le daría un salario por encima de los USD 4mil al mes.
Cuando finalmente el gobierno embargó la casa, su amigo Jhon le permitió quedarse a dormir en uno de los muebles de su sala. Veía a los niños los fines de semana, y a pesar de que Sophie todavía lo amaba profundamente, ella solo le dirigía las palabras necesarias relativas al cuidado de los niños.
Jhon, que se preocupaba por la estabilidad mental de R.Y., costeó el tratamiento psiquiátrico con un especialista en pérdidas financieras. Por recomendación de este, R.Y. continuó tradeando, pero esta vez no con bitcoin sino con altcoins. R.Y. también dejó los comportamientos erráticos, como apostar todo su dinero a un único criptoactivo, cuestión que había sido fatal para él.
R.Y. utilizó la estrategia de scalping, que busca ganancias pequeñas en operaciones que duran un tiempo muy corto. Para realizarlas, utilizaba la técnica del apalancamiento. Esta consiste en operar con más dinero del que realmente se dispone. Para ello, el bróker otorga un préstamo temporal. Esto permite operar con posiciones mayores que los fondos que posee en su cuenta.
Para que el apalancamiento sea seguro, era necesaria una adecuada gestión del riesgo, que R.Y. no dudó en implementar. Así, R.Y. programó su bróker con stop loss («detener pérdidas» en español) para que el sistema supiera cuánto estaba dispuesto a perder. Sin embargo, las ganancias de este tipo de estrategia resultaban muy reducidas en un mercado de criptoactivos con una tendencia bajista, que caracterizó al 2018.
R.Y. no dejó de opinar que el trading se trataba de un buen negocio, pero intentó otra cosa. Como había pasado años estudiando el código de Bitcoin, decidió dedicarse a su desarrollo. Durante meses, diseñó una Propuesta de Mejora de Bitcoin (BIP), que discutieron en la lista de correos de Bitcoin Core en la Fundación Linux. Una vez discutida, se creó en GitHub su borrador formal que fue revisado por la comunidad, por los mantenedores y se envió al editor de las BIP. La propuesta, que no implicaba un cambio irreversible en el software, pasó esta última etapa y le fue asignado un número, una categoría, y se integró en el repositorio de Bitcoin.
Como R.Y. demostró un profundo conocimiento del código de Bitcoin, así como una legítima preocupación por su mantenimiento, llamó la atención de un laboratorio de desarrollo fundado en el 2014. Constituido por otros desarrolladores de Bitcoin Core, este laboratorio habría sido diseñado para apoyar y mantener Bitcoin y otros sistemas de intercambio entre pares de manera descentralizada. R.Y. fue contratado por esta compañía, que le ofreció un ingreso estable.
El dinero obtenido era suficiente para tener una buena calidad de vida y al cabo de dos años, Sophie y los niños ya estaban junto a él. Se reunieron frente al árbol de navidad que el embargo no se había llevado. Sobre la mesa se enfriaba una pizza a medio terminar que a los niños no les había gustado por el sabor de las anchoas. En un compartimento secreto en una de sus patas aguardaba una cartera fría con 4 BTC. Nuestro protagonista comenzó a contar a sus hijos cómo ambos elementos le recordaban que sus malas decisiones financieras estuvieron a punto de quitarle lo que era realmente importante.
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