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Bitcoin se está haciendo notar como un antídoto contra la devaluación.
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Debe tenerse en cuenta que bitcoin está todavía en una etapa temprana de adopción.
¿Qué habría pasado si, hace 16 años, un usuario de una red social, supongamos que su nombre era Satoshi Nakamoto, hubiera publicado que una moneda digital recién nacida, sin respaldo institucional y llamada bitcoin (BTC), se convertiría en uno de los activos más resistentes frente a una crisis financiera desatada por una «guerra de aranceles»?
Muchos inversionistas y traders se habrían reído, mientras que las redes sociales se hubiesen inundado de memes.
Y, sin embargo, aquí estamos.
Pero hagamos un breve repaso para entender por qué Donald Trump, presidente de Estados Unidos, puso en jaque al mundo, tal y como lo conocíamos, con los anuncios que realizó el pasado 2 de abril, en el marco del “Día de la Liberación”.
Como reportó CriptoNoticias, el mandatario estadounidense impuso aranceles recíprocos para decenas de países, con especial énfasis en los productos provenientes de China, Canadá, Unión Europea (UE) y toda América Latina.
Este movimiento marcó el inicio de una escalada en las tensiones comerciales globales, generando incertidumbre en los mercados y provocando reacciones inmediatas de socios comerciales como China y la UE.
En medio del crash que hubo en los mercados financieros, finalmente Trump dispuso una pausa de 90 días, excepto para China, que enfrentará gravámenes del 125%.
“Con base en la falta de respeto que China ha mostrado hacia los mercados mundiales, por la presente dispongo un aumento del arancel que Estados Unidos le impone a China al 125%, con efecto inmediato”, escribió el mandatario a través de sus redes sociales.
Las tensiones con el gigante asiático darán, seguramente, como resultado un aumento en los costos para los consumidores de Estados Unidos en materia de tecnología, zapatillas deportivas y juguetes para niños. En otras palabras: más inflación.
Este contexto, históricamente, ha sido desfavorable para los activos considerados de riesgo como acciones, bitcoin y las criptomonedas, debido a que la mayoría de los inversionistas busca refugio en otras opciones como los bonos del Tesoro, que generan menos rendimientos pero no están expuestos a las fluctuaciones de mercado.
El uso del término “históricamente” no fue azaroso sino que sirve como punto de partida para analizar qué estuvo pasando con la moneda creada por Satoshi Nakamoto, en medio de esta semana agitada para los mercados en general.
Tal como muestra el siguiente gráfico, el precio de bitcoin cayó por debajo de los 80.000 dólares entre el domingo y la mañana del lunes, tocando un mínimo de 76.000 dólares. Se trata de un nivel que no se veía desde la victoria de Trump en las elecciones presidenciales de Estados Unidos, en noviembre de 2024.
Al momento de la publicación de esta nota, la cotización de BTC es de 81.760 dólares, lo que representa una caída semanal del 1,60%.
Ahora bien, quizás el lector, a esta altura del artículo, se esté preguntando: ¿Cuál es la fortaleza, si BTC cayó al igual que los mercados globales?
Y sí, es cierto. La moneda digital también retrocedió. Pero ¿qué pasa si comparamos su rendimiento con el de otros activos, como las acciones de empresas tecnológicas, los bonos o incluso el oro?
Uttam Dey, inversionista y analista de mercados financieros, explicó en uno de sus últimos informes que la guerra de aranceles causó “una tendencia bajista animal de proporciones épicas en los mercados de todo el mundo”, y aseguró: “No había lugar donde esconderse, y casi todas las clases de activos terminaron la semana pasada en números rojos”.
Sin embargo, reveló que siguió acumulando bitcoin y detalló que hizo estos movimientos financieros con base en el siguiente gráfico, que compara el rendimiento de BTC frente a otros activos como Gold Futures (Futuros del oro), Dow Jones Ix (Índice Dow Jones de Estados Unidos), NASDAQ100 Ix (Índice NASDAQ 100 de Estados Unidos), Japans Nikkei Ix (Índice Nikkei de Japón), Oil Futures (Futuros del Petróleo) o Silver Futures (Futuros de la plata).
Si ponemos la lupa en lo ocurrido al inicio de esta semana, el precio de BTC retrocedió a niveles similares a los de noviembre. En cambio, el índice bursátil estadounidense S&P500 (SPX), que agrupa a gigantes como Apple, Microsoft y Amazon, cayó a valores que no se veían desde enero de 2024.
Al respecto, Marija Matić, analista de la compañía Weiss Rating, señaló: “Bitcoin todavía se ha comportado mejor que las acciones durante el último mes. Antes de la recuperación, las métricas de rendimiento mensuales mostraban que el S&P500 en realidad tenía un rendimiento inferior al de BTC, con caídas del 12,06% y el 10,09%, respectivamente”.
Asimismo, señaló: “Las métricas de esa semana (la del 2 de abril) revelaron un patrón similar: el S&P500 y el Nasdaq cayeron aproximadamente un 8,22% en comparación con la caída del 6,9% de BTC”.
Sin embargo, hay otras voces como la de Max Molter, especialista en mercados financieros, que sostiene que “la actual caída del mercado probablemente refleja un cambio en los fundamentos, y no una oportunidad de compra, con inversionistas institucionales vendiendo y una perspectiva negativa a mediano plazo para BTC”.
Su argumento se basa en que, a pesar de que BTC mostró una mayor fortaleza en medio de esta turbulencia económica, los indicadores no reflejan un entorno de aversión al riesgo.
Una muestra de ello es que los fondos cotizados en bolsa (ETF) de bonos del Tesoro a más de 20 años (TLT) apenas superan su media móvil (EMA) de 200 días, lo que indica que no hay una fuerte huida hacia activos refugio.
Para él, la divergencia de BTC respecto al mercado es una señal bajista a mediano plazo. Además, dijo:
“A medida que el mercado cae, los inversionistas intentarán reducir su exposición al riesgo, lo que probablemente presione a la baja el precio de BTC. Para el SPY, esta situación puede significar que la reciente caída fue solo un ajuste en los fundamentos, lo cual no implicaría un crash, pero tampoco una oportunidad de compra. En caso contrario, si el mercado entra en una fase bajista, el SPY podría seguir siendo una mejor opción que BTC”.
Max Molter, trader y analista de mercados financieros.
Sin embargo, hay una cuestión que Molter no está poniendo en la balanza: el comportamiento de los inversionistas que tienen más de 1.000 BTC, más conocidos como “ballenas”.
Oportunidad de compra
Como ha informado CriptoNoticias, datos de la firma de análisis on-chain Glassnode indican que las ballenas con más de 10.000 BTC han estado acumulando de forma sostenida desde mediados de marzo. De hecho, hacia finales de ese mes, alcanzaron un puntaje de acumulación perfecto (1,0), y si bien la intensidad ha bajado levemente, la tendencia se mantiene claramente compradora.
El gráfico refleja que las ballenas con más de 10.000 BTC redujeron levemente su ritmo de compra en marzo, pero siguen acumulando de forma constante, con un puntaje de 0,65 en la métrica de Glassnode. En la parte inferior de la imagen, se observa el rendimiento de precio de BTC.
Por su parte, los inversionistas más pequeños (menos de 100 BTC), están vendiendo con mayor intensidad, con puntajes entre 0,1 y 0,2 que reflejan una clara presión vendedora.
Este comportamiento demuestra que las manos fuertes del mercado están utilizando el entorno de incertidumbre para fortalecer sus tenencias de BTC, posiblemente anticipando una recuperación futura o reconociendo el valor de bitcoin como reserva de valor.
Antídoto contra la devaluación
Si bien es cierto que los activos de riesgo suelen verse presionados en contextos de caída, la acumulación sostenida por parte de las ballenas podría ser una señal de fondo alcista que desafía la idea de que SPY es una mejor opción en el actual ciclo de mercado.
Cuando los grandes no venden, sino que compran, tal vez el riesgo no esté en tener bitcoin, sino en no tenerlo.
Y motivos no faltan. Es que para muchos inversionistas, la moneda digital es considerada como “oro digital” por sus similitudes con el metal precioso.
Tal como explicó CriptoNoticias, BTC tiene un suministro limitado en 21 millones de unidades, cuya emisión se reduce cada 4 años en un evento conocido como el halving.
Otra cuestión para destacar es que, a diferencia del dinero fíat, BTC no se devalúa como consecuencia de la emisión monetaria y las políticas de los bancos centrales.
Su escasez inherente y su descentralización son lo que genera interés entre los grandes y pequeños inversionistas.
Si estos argumentos no fueron fueron suficientes, quizás sea necesario citar uno de los informes de BlackRock, la gestora de activos más grande del mundo, que calificó a BTC como un “activo diversificador único”.
Aunque todavía esté en sus primeras etapas de adopción, para el gigante financiero “las características únicas de BTC pueden convertirlo en una cobertura contra riesgos que los activos tradicionales no pueden abordar, particularmente en tiempos de mayor incertidumbre geopolítica y económica”. Además, BlackRock resalta:
“A medida que más inversionistas entiendan y aprecien la naturaleza de ‘oro digital’ de bitcoin, es razonable esperar que continúen utilizando esta herramienta. Esto puede sostener o aumentar el precio a largo plazo”.
BlackRock, empresa de inversiones.