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La Comisión de Valores aseguró que en 2020 habilitará el espacio experimental.
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El organismo apunta a estimular la "adopción de modelos alternativos" tecnológicos.
La Comisión de Valores de Brasil (CVM) trazó su hoja de ruta para lo que será el 2020 y entre sus prioridades figura la creación de un sandbox o espacio regulatorio experimental que incluiría proyectos con criptomonedas. El organismo había anunciado en 2019 que estaba trabajando sobre el tema, pero sin definir cuándo se activaría.
La autoridad encargada de regular el mercado de valores de Brasil elaboró una agenda de trabajo con nueve puntos que, según el organismo, requirieron revisiones internas cautelosas en 2019. A través de un comunicado, divulgado este lunes 6 de enero, la CVM destacó, aunque sin mencionar los términos criptomonedas, tokens o blockchain, que buscan adoptar «modelos alternativos».
«La creación de un entorno regulatorio experimental, conocido como sandbox regulatorio, es fundamental para estimular aún más la adopción de modelos alternativos enfocados en el uso de tecnologías potenciales, que pueden traer grandes beneficios al sector, especialmente en la reducción de costos para los regulados y otros participantes», explicó la comisión citando a Antonio Berwanger, superintendente de Desarrollo de Mercado.
El punto que intenta destacar el organismo regulador es que se abra una consulta pública estructurada que permita la mayor participación posible en el mercado. Es decir, la CVM lo que busca es generar un espacio para evaluar y ajustar las normativas vigentes a los nuevos recursos financieros que incluirían a las criptomonedas, los tokens y hasta la tecnología de contabilidad distribuida (DLT) o blockchain.
Desarrollo de las criptomonedas
La CVM ha sido clara en el pasado al decir que no impedirá el desarrollo de los proyectos relacionados con criptomonedas. De hecho, en junio del 2019, en conjunto con la Secretaría Especial de Hacienda del Ministerio de Economía, el Banco Central de Brasil y la Superintendencia de Seguros Privados, se hizo pública por primera vez la intención de crear un sandbox regulatorio.
La decisión obedeció al uso de tecnologías como las blockchains o cadenas de bloques, inteligencia artificial y gestores financieros automatizados (robo advisor), que han dado surgimiento a nuevos modelos de negocios que inciden en la oferta de productos y servicios. En esa ocasión la comisión sí mencionó directamente los proyectos DLT relacionados con el mundo de las finanzas.
Las deliberaciones sobre el sandbox comenzaron en agosto del año pasado cuando la CVM abrió una convocatoria sobre criptoactivos, blockchains e inteligencia artificial. El ente regulador indicó en ese entonces que los debates surgían para darle un uso apropiado a los avances de la tecnología y que se ajustarían a las normativas establecidas.
Ahora con el anuncio de este lunes, la Comisión estaría comprometiéndose a darle forma y fondo al espacio experimental para establecer potenciales normativas que se transformen en lineamientos que regulen todo lo relacionado con las criptomonedas en el país amazónico.
Un sandbox, o «caja de arena» en español, se refiere a un espacio o entorno de pruebas controlado en el que se realizan evaluaciones de tipo técnico. Se hace de esa forma para acelerar las regulaciones y tratar de alcanzar los avances tecnológicos que usualmente vuelven obsoletas parte de las legislaciones de los países. En el caso de los sandboxes regulatorios se trata de espacios para probar nuevos modelos de negocios que aún no están resguardados por las regulaciones vigentes.