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La Teoría del Batido de Dólar de Brent Johnson explica cómo el dólar absorbe liquidez global.
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Eric Hirsch y Pompliano ven a bitcoin con potencial frente a la incertidumbre económica global.
El sistema fiat enfrenta una crisis global, y la moneda estadounidense está en el centro de la tormenta, según la Teoría del Batido de Dólar. Mientras la riqueza mundial se erosiona, Bitcoin emerge como una alternativa para los ciudadanos que buscan soberanía financiera.
Brent Johnson, gestor de inversiones con 25 años de experiencia y creador de la Teoría del Batido de Dólar, explicó que el sistema financiero global actúa como un «batido» donde el dólar, gracias a su estatus de moneda de reserva, absorbe la liquidez mundial.
«A pesar de los problemas económicos de Estados Unidos, el resto del mundo tiene aún más», señaló Johnson. Esto fortalece al dólar frente a monedas como el yuan y el euro, beneficiando a los activos estadounidenses, aunque su poder adquisitivo interno se erosione. «No importa quién imprime el dinero, lo que importa es quién lo captura», añade.
Johnson predice que este fenómeno podría desencadenar una crisis de deuda soberana global. «El dólar podría alcanzar su máximo histórico, causando tanto caos que se necesitará un ‘reseteo’ del sistema», afirmó, evocando precedentes como el Acuerdo Plaza de 1985, cuando las principales potencias intervinieron para depreciar el dólar.
En sí, el Acuerdo Plaza fue una intervención coordinada de las principales potencias económicas para debilitar el dólar estadounidense y abordar los desequilibrios comerciales globales de la época.
El acuerdo tuvo éxito en su objetivo inmediato, es decir, el dólar se depreció significativamente en los años siguientes. Sin embargo, no solucionó completamente el déficit comercial estadounidense a largo plazo.
Posteriormente, en 1987, se firmó el Acuerdo del Louvre, que buscaba estabilizar los tipos de cambio en los nuevos niveles, ya que se temía que el dólar hubiera caído demasiado rápido.
China se refugia en oro
Ante esta incertidumbre, China acumula más de 2.200 toneladas de oro, valoradas en casi 200.000 millones, para reducir su dependencia del dólar. Sin embargo, el oro tiene limitaciones. Eso es porque está controlado por gobiernos, es difícil de transportar y no es práctico para transacciones cotidianas.
Mientras el yuan se debilita frente al dólar, las empresas chinas enfrentan deudas más costosas, y los ciudadanos, atrapados por controles de capital, buscan refugio en activos en dólares, no por confianza en EE.UU., sino para escapar de la devaluación.
Como lo apuntan algunos medios, los acontecimientos controlan los precios del oro. Suben cuando el crecimiento económico mundial se desacelera y se mantienen inversamente relacionados con la fluctuación del índice del dólar durante las recesiones. De forma similar, los precios se desploman cuando el dólar se fortalece y los inversionistas acuden en masa a los bonos en épocas de bonanza. Actualmente, mientras supera cualquier resistencia, crece la sensación de que los precios del oro ya no se rigen por factores económicos, sino por los caprichos de los compradores e inversionistas chinos.
Según el Consejo Mundial del Oro, los bancos centrales mundiales se están refugiando en el oro y podrían seguir impulsando el auge del lingote en los próximos años, debido a los crecientes riesgos geopolíticos, la intensificación de las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China y la creciente demanda de inversores institucionales y minoristas.
Bitcoin es protección ante el caos
Si bien el creador de la Teoría del Batido de Dólar advierte que un dólar demasiado fuerte podría colapsar el sistema financiero global, no está del todo convencido de que bitcoin ofrece una alternativa para los ciudadanos.
En realidad, Johnson se declaró «indiferente» sobre bitcoin, aunque no descarta que su precio alcance el millón de dólares, calificándolo como «el mayor activo especulativo de la historia». Sin embargo, mostró un fuerte escepticismo sobre su adopción por parte de los estados. «La moneda de un país es la mayor herramienta que tiene contra su gente, y no creo que vayan a renunciar a su mayor herramienta», declaró enfáticamente.
No obstante, otros analistas, como el gestor de activos Eric Hirsch, dicen que bitcoin está funcionando como activo seguro frente a la incertidumbre económica global, como lo señala durante una conversación con Anthony Pompliano en su podcast.
Hirsch señala que los compradores de bitcoin y oro son grupos distintos, pero ambos buscan activos que ofrezcan seguridad en tiempos de inestabilidad. Los inversionistas en bitcoin tienden a verlo como un activo más independiente del sistema económico tradicional, apunta.
Sobre este panorama actual también conversaron Polina Pompliano, autora de «Genio Oculto» y Anthony Pompliano, quienes concuerdan que bitcoin y el oro se benefician de la incertidumbre y la devaluación de monedas fíat, actuando como refugios seguros.
Tanto Polina como Anthony consideran que bitcoin podría consolidarse como un refugio seguro frente a las crisis, superando al oro. Además, ven en las políticas actuales, como los aranceles impulsados por Donald Trump, un catalizador para redefinir el sistema financiero global, aunque persisten desafíos clave como la incertidumbre que sacude al mundo.
Por otro lado, un panel en el que participaron bitcoiners como Natalie Brunell, conductora del Podcast Coin Story; Thomas Pacchia del bar para bitcoiners Pub Key y Marty Bent, cofundador de la plataforma especializada en criptomonedas TFTC (Tales from the Crypt), creen que bitcoin tiene las fortalezas para convertirse en moneda de reserva global, pero el camino será gradual.
Brunell abogó por un activo neutral que no dependa de gobiernos, citando a Bitcoin como el mejor candidato debido a su descentralización y política monetaria predecible. «Los bancos centrales están comprando oro, pero espero que algún día compren Bitcoin», dijo, aunque reconoció los desafíos de la deuda pública y los gastos fijos de EE.UU., que complican cualquier transición.
Mientras que, Bent y Pacchia enfatizaron la utilidad práctica de Bitcoin. Su capacidad para transferir valor globalmente con bajas tarifas lo posiciona como una alternativa viable al oro, que es «torpe» para transacciones. Incluso si Bitcoin no se convierte en una moneda global, su éxito como reserva de valor es innegable. «Si el valor de Bitcoin sube y permite a las personas preservar su riqueza, ya es un éxito», afirmó Bent, aunque añadió que su potencial como dinero transaccional —como en su uso para pagar facturas— lo llevaría más lejos.