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Cuando caen los precios, puede producirse una disminución de la demanda y la inversión.
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Tal situación, puede retrasar el crecimiento económico de un país o región.
Las señales de una posible recesión económica se están extendiendo por Europa. Eso alimenta la preocupación de inversionistas. La recesión técnica que ya enfrenta Alemania podría expandirse a medida que los datos de la zona euro muestran una disminución de la inflación mayor de lo esperado.
La inflación de los 20 países de la zona euro se desaceleró a un 6,1% en mayo desde un 7% en abril, por debajo de las expectativas de un 6,3%. Aunque el Banco Central Europeo (BCE) ha estado aumentando las tasas de interés para controlar los precios desbocados, la caída de la inflación podría indicar un crecimiento económico más lento de lo esperado.
Hace una semana, en CriptoNoticias, informamos sobre la recesión técnica de Alemania, la economía más grande de Europa. Ahora, el descenso de la inflación y el debate en torno a las futuras subidas de las tasas del BCE se suman a las preocupaciones sobre una posible expansión de la recesión en la eurozona.
El BCE ha elevado las tasas básicas por un total de 375 puntos básicos a 3.25% durante el último año, y se espera que realice otro aumento de 25 puntos básicos el 15 de junio debido a las presiones subyacentes de los precios. Sin embargo, el escenario económico cada vez más complicado puede alterar estos planes.
Tal como analizó este portal informativo la semana pasada, bitcoin (BTC) y los mercados de riesgo podrían verse afectados si la recesión se expande a escala continental o global.
¿Por qué aumenta el riesgo de recesión si baja la inflación?
Para comprender por qué una disminución de la inflación podría incrementar el riesgo de una recesión, es importante entender primero la relación entre inflación, tasas de interés y crecimiento económico.
La inflación es el aumento generalizado de los precios en una economía a lo largo del tiempo. Una inflación demasiado alta puede ser problemática, ya que erosiona el poder adquisitivo de los consumidores y puede llevar a una espiral de precios cada vez más elevados.
Por otro lado, si se llega a la deflación, o una disminución general de los precios, también puede ser un problema para la economía general de una nación. Cuando los precios caen, los consumidores pueden aplazar sus compras con la expectativa de que los precios seguirán bajando. Este retraso en el consumo puede llevar a una disminución de la demanda, lo que a su vez puede llevar a una disminución de la producción y el empleo y, en última instancia, a una recesión económica.
De todos modos, vale aclarar que lo que actualmente experimenta Europa no es deflación, sino una disminución en la tasa de inflación. Esto significa que los precios aún están aumentando en general, pero a un ritmo más lento. En esta situación, denominada desinflación, los precios aún suben, pero lo hacen a un ritmo más lento que antes. Aún así, si los consumidores y las empresas esperan que la inflación siga disminuyendo, pueden retrasar sus decisiones de gasto e inversión, lo cual a su vez puede ralentizar aún más el crecimiento económico.