-
China usa almacenes de oro en el extranjero para fortalecer el yuan.
-
Trump promete bajar los aranceles del 145%, pero Pekín advierte contra tácticas de presión.
En el tablero global del poder económico, China está haciendo una jugada maestra al abrir las puertas al diálogo comercial con Estados Unidos mientras esconde un as reluciente. Mientras los aranceles amenazan con sacudir los mercados, Pekín está reescribiendo las reglas del juego con almacenes de oro en el extranjero para fortalecer al yuan, su moneda nacional.
El portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, Guo Jiakun, manifestó hoy la disposición de Pekín para el diálogo, pero no sin una advertencia. «No queremos pelear, ni tenemos miedo de pelear», afirmó en una rueda de prensa. «Si es necesario, lucharemos hasta el final. Pero la puerta para las conversaciones está abierta».
Sus palabras llegan en respuesta a las señales de la administración de Donald Trump, quien el martes prometió reducir «sustancialmente» los aranceles del 145% impuestos a las importaciones chinas, calificándolos de «muy altos», pero necesarios para proteger la economía estadounidense.
La retórica de Trump, más suave de lo habitual, siguió a una advertencia del secretario del Tesoro, Scott Bessent, quien calificó el enfrentamiento comercial como «insostenible». Los mercados, ansiosos por señales de desescalada, reaccionaron con un alza de más de un 2% en los índices bursátiles estadounidenses. Sin embargo, Guo dejó claro que cualquier intento de Washington de combinar negociaciones con tácticas de «máxima presión» será contraproducente. «No se puede buscar la cooperación mientras se recurre a la coerción», subrayó.
Mientras las miradas están puestas en un posible acuerdo comercial, China está moviendo fichas en un tablero más amplio. El lunes, el Banco Popular de China, junto con otras agencias reguladoras, anunció un plan para fortalecer la infraestructura financiera de Shanghai, con un enfoque en la internacionalización del yuan. Una de las medidas más audaces es permitir la entrega física de productos negociados en la Shanghai Gold Exchange en almacenes ubicados en el extranjero, una estrategia destinada a la desdolarización y a reducir la dependencia de los sistemas financieros estadounidenses.
Al desarrollar una infraestructura para un sistema de comercio de metales preciosos liderado por China, el objetivo es mitigar el riesgo de que las reservas de oro estén demasiado concentradas en EE.UU.», explicó Shen Meng, director de Chanson & Co, un banco de inversión con sede en Pekín. Actualmente, el Banco de la Reserva Federal de Nueva York alberga la mayor reserva de oro para bancos centrales y gobiernos, una posición que China percibe como una vulnerabilidad en un escenario de escalada comercial.
Desdolarización en marcha: China apuesta por el oro y el yuan
El plan de China también incluye promover precios de referencia denominados en yuan en los principales mercados internacionales y aumentar las transacciones transfronterizas en yuan, que en 2024 alcanzaron casi 30 mil millones de yuanes (4.000 millones de dólares) en Shanghai, un aumento del 30% interanual. Según Dan Wang, director para China de Eurasia Group, estas iniciativas permiten que «el yuan se use para comprar oro directamente desde almacenes en el extranjero», con la idea de consolidar su rol como moneda global.
Mientras tanto, la Iniciativa de la Franja y la Ruta de China se fortalece como un contrapeso, buscando aliados económicos en un mundo donde los socios comerciales tradicionales negocian nuevos acuerdos con EE.UU. durante una pausa arancelaria de 90 días.
La jugada de China es clara. En sí quiere dialogar con EE.UU. para calmar los mercados y evitar una recesión global, pero al hacerlo no quiere ceder terreno en su ambición de reconfigurar el orden financiero mundial. Como señaló Lu Lei, vicegobernador del Banco Popular de China, «en un entorno externo de cambios profundos, mejorar la conveniencia de los servicios financieros transfronterizos es más significativo que nunca».
Por ahora, lo que queda más claro es que, mientras el mundo espera que cese la batalla comercial, la verdadera apuesta de China está en el oro y el yuan, un as que podría cambiar las reglas del juego. Esto es porque el oro y el yuan, combinados, ofrecen a China una herramienta para erosionar el dominio del dólar, diversificar los riesgos geopolíticos y fortalecer su influencia económica en un mundo polarizado.
Un nuevo orden financiero: ¿El fin de la supremacía del dólar?
El enfoque dual de China —diplomacia para apaciguar el presente y una infraestructura financiera alternativa para dominar el futuro— posiciona a China como un actor que no solo responde a las acciones de EE.UU., sino que redefine las reglas del sistema económico global. Si tiene éxito, este plan podría marcar el inicio de un orden financiero multipolar, donde el yuan, el oro y bitcoin desafíen la supremacía del dólar, alterando el equilibrio de poder económico por décadas.
Por otro lado, la audacia de China cobra un matiz aún más intrigante ante las crecientes dudas sobre las reservas de oro de EE.UU. A finales de febrero, Elon Musk, jefe del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE) y figura influyente en la administración Trump, cuestionó el estado de las reservas en Fort Knox.
Sus comentarios, acompañados con los de Trump, reavivaron teorías conspirativas que durante décadas han cuestionado la integridad de las reservas estadounidenses. Fort Knox, el principal depósito de oro de EE.UU. desde 1937, no se ha auditado exhaustivamente desde 1974, y el secretismo del gobierno ha alimentado especulaciones sobre si el oro fue usado para financiar operaciones secretas o dilapidado en crisis económicas. Si estas dudas ganan tracción, podrían desencadenar una venta masiva de dólares y una migración hacia activos alternativos como bitcoin o el yuan.
Frente a este desequilibrio, la macroeconomista Lyn Alden propone un sistema monetario más equilibrado, en el que monedas como el yuan o el euro ganen peso y activos neutrales –bienes no controlados por ningún gobierno, como el oro o Bitcoin– sirvan como reservas globales.
De tal manera que Estados Unidos tendría en bitcoin una salida, ya que «surgiría como una herramienta para países e individuos, especialmente en un mundo donde ninguna moneda fíat es lo suficientemente grande para liderar sola».
Lyn Alden, autora del libro Broken Money.
Añade que, a diferencia del oro, que requiere una capa de crédito para funcionar como medio de intercambio, lo posiciona como un complemento al oro en un mundo financieramente fragmentado.