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Entre algunos que han decidido tokenizarse estan Kerman Kohli y Alex Masmej.
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Los compradores deben tener cuidado, ya que estos tokens no ofrecen garantías seguras.
La tokenización se acaba de volver postmoderna. Los llamados miembros de la comunidad DeFi se están tokenizando a sí mismos en la blockchain de Ethereum.
Estos tokens, acuñados con el nombre de la persona que los creó, están siendo lanzados como acciones de las marcas o “comunidades digitales” de sus tokens. Cuando no prometen un dividendo del salario del tokenizador, estos tokens pueden ser canjeados por servicios como, por ejemplo, hablar con el tokenizador o alquilar su tiempo profesional.
En lugar de cobrar en efectivo por estos servicios, o ETH o BTC, o pedir un préstamo si necesitan el dinero rápidamente; estos intrépidos tokenizadores están lanzado ventas de “tokens personales”. Lo que uno de ellos llama “una herramienta de utilidad para su comunidad digital”.
Esta maniobra es parecida al peor comportamiento que alimentó el boom de las ICO en 2017, dijo David Hoffman, COO de la plataforma inmobiliaria de tokens RealT. Excepto que este modelo de venta de tokens de “auto engrandecimiento” es aún peor, porque la gente está comprando un token que tiene aún más utilidades y garantías dudosas que los llamados tokens de utilidad que inundaron el ecosistema de Ethereum en 2017.
Estos tokens son respaldados por la reputación de un individuo. Es exactamente lo contrario de lo que se trata toda la industria de las criptomonedas; en la que se elimina a propósito la confianza. El valor de estos tokens está colateralizado por la confianza en el individuo.
David Hoffman, COO de RealT.
Un token con cero garantías
De hecho, tomemos como ejemplo el token KERMAN, del desarrollador y creador de contenidos Kerman Kohli; que puede ser intercambiado para acceder a su grupo de Telegram, subscribirse a su canal de noticias DeFi, requerir su tiempo profesional o solicitar un retweet en su cuenta de Twitter.
La utilidad básicamente gira en torno a poder pagar a Kohli para hablar con él, o incluso pagar por sus principales decisiones de vida, cómo comprar un auto. El token de Alex Masmej, como su propio nombre, también le garantiza a los usuarios acceso a su tiempo y votar —sin compromiso— sobre las decisiones de su vida.
Al menos para Kohli, el otro punto de venta, además de comprar el privilegio de hablar con su creador, es crear una escasez artificial. Kohli dijo que quemaría los tokens usados para comprar su tiempo, y también tiene planeado volver a comprar tokens circulantes con el 5% de las ganancias de su canal de noticias. En su blog, Kohli afirma sobre la creencia de que su token “no es un contrato de inversión o de seguridad, y que es puramente la redención de su tiempo”.
Masmej fue más atrevido en su entrada de blog. Una acción en ALEX, promete Masmej en el anuncio, te da “el 15% de todos los ingresos que haga en los próximos tres años, con un límite de USD 100.000″, distribuidos trimestralmente, en DAI o su equivalente en stablecoin. El describe el token personal puntualmente como: “una mezcla entre un acuerdo de reparto de ingresos y una IPO humana”.
Tal vez muy acertado, piensa Hoffman. Las promesas de Masmej y las afirmaciones de Kohli parecen jerga de inversión. Como él dijo, “esto es literalmente un libro de oferta de valores ilegales”. Uno que les ofrece a sus compradores “ningún resguardo regulatorio, protección al inversionista o recurso de ningún tipo”, destacó.
Cuando usas Bitcoin o Ethereum, te apoyas en las garantías de la blockchain; cuando compras un valor te apoyas en las garantías del sistema regulatorio de Estados Unidos. Pero con los tokens personales las garantías de liquidación que tienes están basadas en la confianza, por lo que es exactamente lo contrario de las criptomonedas reales. Todo el sistema se basa en la confianza en el tokenizador.
David Hoffman, COO de RealT.
La creación del «dinero social»
Incluso si los tokens puedan suponer un riesgo de seguridad, eso no ha detenido a las plataformas DeFi de crearlos. Roll, una plataforma DeFi que les permite a los usuarios lanzar “una oferta de comunidad digital”, según un representante, no cree que estos tokens representen un contrato de inversión o seguridad de ningún tipo.
Más bien, son un mecanismo de crowdfunding que le permite a los compradores de tokens acceder al contenido de los tokenizadores en plataformas, tal como Patreon. En esencia, según Roll, es una plataforma para la auto-monetización.
“La economía de la web se está inclinando hacia los creadores de contenido”, dijeron, añadiendo que la misión de su plataforma era darles a estos creadores un lugar para tokenizar su tiempo como “dinero social” y usar esta “moneda generada por usuarios” para construir sus comunidades. También expusieron: «La moneda generada por usuarios es la próxima oportunidad de más de USD 100.000 millones y el futuro del mercado será integrado profundamente en la red social, de ahí el nombre de dinero social».
Ambos tokenizadores han lanzado sus experimentos autoproclamados en la startup, y Roll ha comprado acciones en ambos tokens. Un representante de Roll dijo que son “el principal proveedor de liquidez para ALEX en Uniswap, y están haciendo lo mismo para KERMAN.
En su reciente venta de tokens, Kohli está vendiendo 1.500.000 KERMAN con la esperanza de recaudar USD 30.000 a un precio de USD 0,02 por token. Alex alcanzó su objetivo de USD 20.000 durante su venta de tokens a principios de abril, vendiendo 1 millón de tokens a “30 accionistas” a USD 0,02 por token, su suministro en circulación, aproximadamente USD 4,2 millones, también existe entre un gran suministro de USD 10 millones.
Los compradores deben ser cuidadosos
La auto-tokenización es un concepto relativamente nuevo. En una de sus primeras iteraciones, el fundador de Spankchain, Ameen Soleimani, lanzó un token que la gente puede canjear por retweets del prolífico desarrollador de Ethereum; un obvio precursor de una de las utilidades propuestas de KERMAN. Sin embargo, Hoffman resaltó que el token de Soliemani era diferente ya que demuestra una clara utilidad, no ofrece garantías, y, más importante aún, no se solicita como una inversión.
Incluso el plan de Spencer Dinwiddie de tokenizar su contrato, posiblemente una fuente de inspiración para otros, es un caso diferente. Dinwiddie no solo planea vender los tokens como una oferta de valores de Regulación D, sino que realmente pagaría dividendos a sus poseedores, y si no lo hiciera, intervendría la ley de valores.
Volviendo al problema principal con el modelo de tokens personales, Hoffman volvió a enfatizar que las garantías y utilidades que vienen con los tokens de Soleimani y Dinwiddie no existen para los poseedores de KERMAN y ALEX. «Lo arriesgado de esta inversión es que está completamente definido por Kerman. En su descargo de responsabilidad, dice “esta es una inversión muy arriesgada, y que podrías perder todo tu dinero” apunta Hoffman, para luego agregar: «Eso algo terrible para decir, ya que con “tokens personales”, el emisor tiene control total sobre exactamente cuán arriesgada es la inversión en realidad. Depende mucho de ellos si hay riesgos o no».
Versión traducida del artículo de Colin Harper, publicado en Forbes.