Aunque con objetivos y ritmos distintos, los gobiernos de estas dos grandes economías asiáticas dan nuevos pasos con sus CBDC.
La compañía a cargo de la planta nuclear de Fukushima va a minar Bitcoin para sacar provecho de su excedente en energía eléctrica renovable.
La filial nipona del colapsado exchange de bitcoin promete un “plan maestro” para devolver el dinero retenido a los usuarios japoneses.
Un estudio de Sayuri Shira, profesora de la Universidad de Keio, reveló que los japoneses prefieren el efectivo.
Con el crecimiento de las stablecoins en los últimos años, los gobiernos comienzan a posar sus ojos en ellas para regularlas.
Los bancos más grandes de Japón están creando una compañía para ofrecer servicio de custodia a las instituciones que invierten en bitcoin.
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