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El joven de Concepción de Ataco trabaja desde que tenía 11 años recibiendo 6 dólares al día.
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Ahora dirige la educación sobre Bitcoin en su ciudad natal.
El joven salvadoreño Gerardo Morán acudió a Twitter para narrar su historia con bitcoin (BTC), sintiéndose orgulloso por lo logrado hasta ahora, ya que tiene 18 años de edad y piensa que se forja un futuro mejor.
Según su relato, Morán fue uno de los 5.000 estudiantes que la ONG Mi Primer Bitcoin formó en un mes, como parte de una gira que se desplazó por 23 municipios de El Salvador durante los primeros meses del año.
Sin embargo, la primera vez que Morán escuchó hablar de Bitcoin fue en el año 2021. “Cuando me enteré de que un dinero mágico de Internet sería declarado moneda de curso legal en El Salvador«, dijo.
Poco después vio que un sector de la población se oponía a la medida impulsada por el presidente Nayib Bukele. Agregó que, en ese tiempo, muchos salvadoreños usaban palabras negativas para referirse a bitcoin.
“Hablaban de volatilidad, estafa y política, pero algo me decía que la decisión de convertir a bitcoin en moneda de curso legal era la correcta”, señaló el joven oriundo del municipio Concepción de Ataco, ubicado al occidente de El Salvador.
Más tarde, con su aprendizaje y las lecciones recibidas de Mi Primer Bitcoin, descubrió que las personas de su país no le tienen miedo a la criptomoneda, sino que más bien le tienen pánico a lo desconocido.
“Entonces me di cuenta de que educación es todo lo que necesitan las personas de El Salvador”. Seguramente así cambiarán su percepción sobre la primera de las criptomonedas. tal como lo comentó en Twitter.
Cayendo en la madriguera del conejo
Gerardo Morán asegura que trabajaba desde los 11 años de edad como obrero en el área de la construcción o en actividades relacionadas con el turismo.
Así que, desde muy temprano, conoció uno de los grandes males que sufre la humanidad, como es el hecho de que el dinero fíat conduce a la degradación de los incentivos. Esto debido a que pierde valor a medida que pasa el tiempo, obligando a las personas a que trabajen más para cubrir sus necesidades.
De hecho, Morán llegó a reflexionar sobre esto y lo deja claro cuando apunta: “he tratado de razonar por qué la gente en mi país trabaja tanto por tan poco dinero. Él lo vivió en carne propia porque recibía un salario de 6 dólares por trabajar en el área de la construcción.
Hasta que un día decidió que esa poca asignación de recursos no era suficiente para él. “Así que renuncié sin saber que había una oportunidad por delante para mí”, agregó.
Él decidió saltar por el agujero de conejo, como se suele decir cuando una persona decide estudiar y comprender los principios que envuelven a Bitcoin.
Ese momento llegó para Morán de la mano de Napoleón Osorio, instructor de Mi Primer Bitcoin. Sucedió cuando la ONG visitó su colegio para dictar charlas a los estudiantes que quisieran conocer la primera de las criptomonedas.
Mi Primer Bitcoin se fundó en 2021 para capacitar sobre Bitcoin a las personas en El Salvador, aunque también está llegando a otros países, como México, Honduras y Estados Unidos.
Morán, no solo cursó el diplomado, sino que además aplicó de manera sobresaliente, lo cual le abrió las puertas para que, junto con otros 60 estudiantes, calificara como instructor de bitcoin en la misma organización en la que se educó.
Gerardo Morán: “mi vida cambió con Bitcoin”
“Ahora educamos con orgullo a las personas en la región occidental de El Salvador Este trabajo me ha brindado oportunidades que nunca creí posibles. Me permite trabajar, continuar mis estudios y conocer gente mientras transmito este conocimiento a estudiantes no muy menores que yo”.
Gerardo Morán, instructor de Mi Primer Bitcoin.
También Morán está educando sobre Bitcoin a un grupo de 8 profesores senior en la escuela Antonio J. Alfaro en Concepción de Ataco, donde él mismo se formó como bachiller.
“Ahora dirijo la educación sobre Bitcoin en mi ciudad natal”, agregó el joven salvadoreño, quien ahora dice seguir el consejo del reconocido bitcoiner Matt Odell: «mantente humilde y acumula sats».
Ahora sabe que bitcoin es dinero escaso, no controlado por el gobierno, ni por organización alguna. Y además, es un activo que sube de precio a medida que pasa el tiempo, catapultando los incentivos que se generan del trabajo.