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Llamar “criptoanarquismo” a la autocustodia simplifica lo que Bitcoin logra, dijo Mallers.
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Hasta el cofundador de Ethereum, Vitalik Buterin, salió a cuestionar al fundador de MicroStrategy.
El presidente ejecutivo de MicroStrategy, Michael Saylor, está bajo el ojo crítico de algunos bitcoiners, esto luego de que el empresario manifestara en una entrevista que la autocustodia de bitcoin es equiparable con la paranoia de los criptoanarquistas, que creen que los bancos tradicionales pueden confiscar y controlar sus tenencias.
De acuerdo con Saylor, quienes piensan que los fondos en bitcoin pueden ser confiscados si están en manos de grandes empresas y corporaciones, así como de los bancos, son “criptoanarquistas paranoicos” porque es “un mito y una alegoría que se repite una y otra vez”.
Esto en referencia a la Gran Depresión de 1973, cuando se autorizó vía orden ejecutiva al Departamento del Tesoro a disponer de la moneda de oro de Estados Unidos, lo que fue un paso hacia la desmonetización del oro y la liberalización del mercado del oro.
Saylor aclara que el oro no fue confiscado: “La gente entregó el oro voluntariamente. Ellos (el gobierno) no fueron a patear las puertas de todos para arrestarlos, dispararles y quitarles el oro. Nada de eso pasó”.
Así pues, para él, no existe riesgo en que las corporaciones, como la suya, sean las que mantengan grandes cantidades de BTC. Ello, recordando que MicroStrategy es, ahora mismo, la mayor empresa pública en acumular bitcoin, con más de 250.000 monedas, según los datos de Bitcoin Treasuries.
“Creo que cuando BTC está resguardado por un montón de criptoanarquistas que no son entidades reguladas, que no reconocen al gobierno o no reconocen impuestos o los requerimientos de presentación de informes, eso aumenta el riesgo de incautación. Al final tienes una ‘criptocomunidad OG’ que es intensa sobre eso, pero el 99,99% del dinero está en la economía tradicional”, dijo.
Temblor en la comunidad de Bitcoin
Esos comentarios de Saylor encendieron a los bitcoiner maximalistas más destacados. Estos no dudaron en exponer sus argumentos en contra de quien representa a una de las ballenas de bitcoin más grandes del mercado.
Vía X, personalidades como Jameson Lopp, Max Keiser, Jack Mallers y otros más, cuestionaron los comentarios de Saylor sobre la custodia personal de bitcoin. Incluso algunos los calificaron de ser “una locura” y aclararon que más allá de ser un tema de inversiones, es parte de lo que necesita Bitcoin para fortalecerse y mejorar.
De acuerdo con Lopp, quien ha sido uno de los desarrolladores más destacados de Bitcoin en los últimos años, la autocustodia de Bitcoin no se trata solo de ser un “criptoanarquista paranoico”. Como lo ve el informático, convencer a la gente de que confíe en custodios externos “tiene muchas ramificaciones negativas a largo plazo”.
Entre esas implicaciones está, por ejemplo, que centralizar las monedas en unas pocas manos “aumenta el riesgo sistemático de pérdida y confiscación”, lo que priva a los bitcoiners de participar en actividades de gobernanza como ejecutar nodos o intercambiar bifurcaciones, señala Lopp.
Además, dice Lopp, los argumentos de osificación se fortalecen porque a las instituciones no les importan las características criptográficas más avanzadas, y la escalabilidad sin permiso pierde prioridad, ya que solo se podrá lograr a través de pagarés de terceros confiables.
Así, remata el bitcoiner, “la autocustodia no es solo importante para los tenedores individuales de bitcoin, sino también para el fortalecimiento y la mejora continua de toda la red”.
No es «criptoanarquismo»
Opiniones más asertivas fueron las compartidas por Max Keiser, otro bitcoiner maximalista y director de la Oficina Nacional del Bitcoin de El Salvador, quien considera que una mayor adopción por parte de actores más grandes “atrae a más nocoiners desesperados con sus reguladores de pago por juego”.
“Si no priorizas la autocustodia eres un shitcoiner degenerado. Y todos deberían hacer todo lo posible para garantizar que la autocustodia no sea perseguida por ninguna entidad poderosa, porque sin autocustodia, bitcoin no es peer-to-peer, no requiere permiso ni es resistente a la censura, y esos son atributos necesarios para que sea valioso. Perseguir la autocustodia es una violación de los derechos humanos”.
Max Keiser, bitcoiner maximalista.
Jack Mallers, bitcoiner maximalista y CEO de la plataforma de pagos con bitcoin Strike, fue enfático al defender la autocustodia, señalando que llamar a esa práctica “criptoanarquismo” simplifica “excesivamente” lo que bitcoin logra.
Mallers recuerda así que la autocustodia “se trata de libertad”. “Libertad de expresión, derechos de propiedad y la protección de su derecho a poseer lo que es suyo. No debemos desestimarla porque la libertad no está prometida: hay que luchar por ella y protegerla”, enfatizó.
Adam Back, criptógrafo y uno de los más grandes referentes del ecosistema de Bitcoin, fue más allá del tema de la autocustodia y se refirió directamente a los fondos cotizados en bolsa (ETF) del precio de BTC al contado, que, en esencia, son grandes entidades con una enorme cantidad de bitcoin, como las defendidas por Saylor.
Para Back, invertir en estas entidades, que acumulan entre todas casi 1 millón de bitcoins, “es lo mismo que tener acciones o un saldo bancario”. Esto significa que una orden judicial “puede confiscar” esos activos. Así, aclaró que un ETF no es una protección.
Back agregó que “la protección de activos también existe en las finanzas comerciales, con estructuras para trasladar la responsabilidad a casos judiciales frívolos y garantizar el debido proceso con leyes de decomiso”. Luego añadió que: “bitcoin simplemente reduce la barrera de entrada para usar la protección de activos (establecer y mantener dichas estructuras cuesta honorarios profesionales y de mantenimiento”.
Tanto fue el impacto de lo dicho por Saylor que incluso el cofundador de Ethereum, Vitalik Buterin, salió al paso a cuestionarlo. Para este informático, los comentarios del empresario “son una locura”.
“Parece estar defendiendo explícitamente un enfoque de captura regulatoria para proteger a las criptomonedas”, señaló. “Hay muchos precedentes de cómo esta estrategia puede fallar, y para mí no se trata de eso en las criptomonedas”, indicó Buterin.
El debate en torno a la autocustodia se convierte así en una metáfora de la batalla ideológica más amplia dentro del espacio de bitcoin: entre los que ven a BTC como herramienta para el empoderamiento individual y los que lo ven como otra clase de activos que deben ser gestionados por mecanismos financieros establecidos.
A medida que Bitcoin madure, es probable que este tira y afloja entre la centralización para la seguridad y la descentralización para la libertad se intensifique, dando forma no solo a la tecnología, sino también a los valores sociales que se deben defender en un mundo cada vez más digital.