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La consulta pública recibió más de 8 mil respuestas en tres meses.
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Según directivo del Banco Central europeo, esto es un número elevado y evidencia un "gran interés".
Privacidad en los pagos, seguridad y alcance continental, son las tres características más solicitadas por los europeos para la versión digital del euro.
Estos datos se desprenden de una consulta pública efectuada por el Banco Central de Europa (BCE). El proceso comenzó el 12 de octubre de 2020 y al cierre del mismo participaron 8.221 ciudadanos, empresas y asociaciones del sector financiero.
El 41% de las personas y entidades que participaron eligió la privacidad como la característica principal que debería tener la moneda; el 17% considera que la seguridad es lo más importante; y el 10% sostiene que lo prioritario es que pueda usarse en todo el continente.
La privacidad que podrían tener las monedas digitales de los bancos centrales (o CBDC, por sus siglas en inglés) de ninguna manera implica anonimato. Un informe elaborado por 8 entidades bancarias, entre las que se encuentra el BCE, explica que estas monedas se basarán en libros contables centralizados y que será cuestión de política nacional decidir quién puede acceder a qué partes y en qué circunstancias.
El euro digital podría estar disponible entre 2023 y 2025, según informó CriptoNoticias. De acuerdo con el BCE, «esta forma electrónica de dinero podría ser usada todos los ciudadanos y empresas como los billetes, pero en formato digital para realizar sus pagos diarios de manera rápida, fácil y segura».
A mediados de 2021, el BCE decidirá si es posible o no lanzar el proyecto, según los resultados de la consulta pública y otros estudios. En caso de aprobarse, se iniciará una fase de investigación sobre los requisitos de usuarios y proveedores de servicios para la moneda digital.
Directivos del BCE hablan de «gran interés» por el euro digital
Para Fabio Panetta, miembro del Comité Ejecutivo del BCE y presidente del Grupo Especial sobre el Euro Digital, «el elevado número de respuestas a la consulta muestra el gran interés de los ciudadanos europeos y empresas en dar forma a la visión de un euro digital».
La entidad bancaria había informado que la idea de la encuesta y otros estudios que se realizarán en las fases previas al lanzamiento es poder identificar un producto viable que pueda cumplir con los requisitos y estándares propuestos.
El grupo de trabajo comisionado para la ejecución de estos estudios reúne a expertos del BCE y de 19 bancos centrales de Europa. Entre los escenarios que, de acuerdo a sus conclusiones, requerirían el uso de un euro digital se encuentran: una mayor demanda de pagos electrónicos; una disminución significativa en el uso de efectivo; la aceptación de monedas digitales emitidas por otros bancos centrales; y el lanzamiento de medios privados globales de pagos.
Sobre este último punto, más específicamente sobre Bitcoin, se pronunció días atrás la presidenta del BCE, Christine Lagarde. Ella está convencida de que esta y otras criptomonedas, a las que considera solo como «activos especulativos» deben ser reguladas de un modo más estricto porque, de lo contrario «claramente se usarán con fines ilícitos».