Emma tan solo era una niรฑa y no querรญa huir de casa. Pero no podรญa soportar el desagradable olor de su tutor por las noches, cuando entraba a hurtadillas en su cuarto. En esas noches las botas sucias del hombre no hacรญan mucho ruido y su inocencia se escapaba cabalgando en un unicornio por la ventana. Emma era tan solo una niรฑa cuando escapรณ de casa.
Las calles no fueron un lugar amable para ella, como no podรญan serlo para ningรบn niรฑo al que obligaban a crecer de golpe. Para cuando Emma conociรณ a Sara (una descendiente de italianos adicta a las drogas y con cabello hasta la cintura) ya las hormonas habรญan hecho lo suyo con su cuerpo, y se dedicaba a pagar las cuentas con รฉl.
Sara era una genio con los negocios, y habรญan creado una organizaciรณn de damas de compaรฑรญa que aceptaba pagos en criptomonedas.ย Gracias a ello, sus clientes eran particularmente excรฉntricos, pero dispuestos a pagar altas sumas, y podรญan darse una vida modestamente lujosa.
Vivรญan en un anexo muy pintoresco en Sabana Grande, en el que por las tardes pintaban, danzaban o navegaban por la web, y en las noches se ataviaban con vestidos de telas no tan valiosas y maquillajes comprados en los locales de inmigrantes asiรกticos que pululaban en toda la ciudad.
La risa de Emma era conocida en todo el boulevard, y era la protegida de las otras trabajadoras que habรญa en los alrededores. Ellas siempre aguardaban a la entrada de los locales de bebidas alcohรณlicas donde bailaban y vivรญan la mayor parte del tiempo. A Emma no le gustaba que supieran donde era su casa, y por eso esperaba a que sus clientes la recogieran en el Gran Cafรฉ.
En esa misma esquina la pasaba buscando un presuntoย hacker que se hacรญa llamar HN4. รl nunca revelรณ ningรบn dato personal y siempre llegaba en carros distintos, con vidrios oscuros y con la luz apagada, como si usara una VPN cada vez que contrataba los servicios de Emma. Ella estaba muy intoxicada como para recordar la cara de HN4 cuando los semรกforos rebotaban su luz ambarina contra รฉl, y Sara le habรญa reprochado esto en mรบltiples ocasiones.
A HN4 no le gustaban los encuentros con una chica que estuviera en sus dรญas. Por esta razรณn, cuando el hacker la contactรณ para un quinto encuentro, Emma bajรณ con Sara hasta el Cafรฉ, y, luego de unos minutos, lo convenciรณ de que su compaรฑera era mucho mejor en el amor que ella.
La noche estaba especialmente oscura y amenazaba con llover. La chica decidiรณ ir a casa temprano y dormir hasta la maรฑana siguiente. Se levantรณ temprano y descubriรณ una aplicaciรณn de contratos inteligentes que servรญa para establecer los tรฉrminos del encuentro sexual. Sonaba bien, asรญ que decidiรณ incluirla como una opciรณn en la pรกgina web y descargarla en su telรฉfono inteligente.
Se antojรณ de desayunar en un sitio de esos caros que frecuentaban las universitarias de su edad y fingir que era una de ellas. Pero no querรญa ir sola, asรญ que se dispuso a despertar a Sara, sin importarle que ella sรญ hubiera trabajado la noche anterior.
Su corazรณn se acelerรณ al ver que Sara no habรญa llegado todavรญa. Tenรญan la costumbre de avisar con cuรกntos clientes pasarรญan la noche, y HN4 no era de los que se llevaban a las chicas por mucho mรกs de cinco horas.
Pasaron cuatro meses y Sara no volviรณ a la casa. Emma no podรญa reportarlo a las autoridades porque no sabรญa nada de รฉl y no querรญa arriesgarse, asรญ que todo ese tiempo se dedicรณ a investigar en las calles y en la web por sรญ misma. Lo รบnico que pudo saber, sin embargo, fue que Sara se habรญa ido con HN4 y nunca mรกs habรญa vuelto. รl tampoco volviรณ a contactarlas, y ella no pudo rastrearlo porque este pagaba con Monero, una de las monedas preferidas por los clientes debido a su privacidad.
Emma estaba devastada. En todo ese tiempo tan solo se vio con seis clientes habituales en los alrededores y bajรณ mucho de peso. Una noche, uno de los hombres que la frecuentaba le dio la terrible noticia de que sabรญa quรฉ habรญa pasado con Sara.
La muchacha tenรญa un tatuaje de un diamante que resaltaba notablemente en uno de sus glรบteos, y el hombre lo habรญa reconocido en unas fotos que vendรญan por algunas criptomonedas en la Deep Web.
Emma dio con las fotos y, efectivamente, se trataban de imรกgenes perturbadoras de Sara inconsciente en el asiento de atrรกs de una camioneta. Luego de horas analizando las fotos logrรณ dar con la locaciรณn que se veรญa al fondo. Se trataba de los caminos verdes de la ciudad, muy cerca del Parque Nacional.
Una cuadrilla de damas de compaรฑรญa, vendedores de drogas y transexuales revisรณ toda la zona durante unos dรญas, pero el cuerpo sin vida de Sara no apareciรณ. Al cabo de un aรฑo Emma ya podรญa vivir con la ausencia de su amiga, y se mudรณ a un piso a solas cerca del mismo lugar, porque no querรญa abandonar a quienes se habรญan portado bien con ella.
Ella y sus socias habรญan abandonado la web fundada por Sara por motivos de seguridad, y lo de los contratos inteligentes habรญa funcionado bien en los รบltimos tiempos. Aquel cliente que se negaba a llenar el formulario con los tรฉrminos y condiciones de lo que se harรญa en el dormitorio no recibรญa ningรบn tipo de servicio, y el nombre de las chicas fue forjรกndose una buena reputaciรณn en la comunidad.
Una noche, Emma recibiรณ una solicitud que se negaba a firmar el contrato, pero algo le susurraba al oรญdo que aceptara. Quizรกs se trataba de la รบltima persona que habรญa visto a Sara aquella vez. HN4 no se inmutรณ cuando Emma subiรณ al auto y lo reconociรณ. Ella intentรณ golpearlo, pero con un movimiento rรกpido รฉl dejรณ inconsciente a la chica.
Emma despertรณ con las delicadas manos de Sara poniรฉndole compresas frรญas sobre la frente para que no le doliera tanto el golpe. Sara estaba vestida de blanco y se veรญa sorprendentemente tranquila. La habitaciรณn tambiรฉn estaba inmaculada y a la chica le costรณ habituar sus ojos a tanta luz. Su amiga le explicรณ que la elegida habรญa ido ella, pero al reemplazarla aquella noche, Sara habรญa tenido el honor de ocupar su lugar.
Emma escuchรณ palabras de Sara diciendo que su vientre no era el ideal para albergar tantos huevos, asรญ que era imperativo recogerla, pero no entendรญa nada. Se sentรญa muy dรฉbil. Continuรณ escuchando a Sara decir que sabรญa que su amiga no dejarรญa de buscarla, y que habรญa brindado la sugerencia de subir las fotos a la Deep Web.
La voz de Sara se oรญa distante en ocasiones mientras describรญa unas instalaciones secretas construidas bajo el cerro que bordea la ciudad por el norte, donde operaba una sociedad secreta y se cultivaban humanos genรฉticamente superiores. Los huevos eran incubados gracias al calor generado por mรกquinas que minaban criptomonedas.
Los ojos desorbitados de Emma no distinguรญan bien las formas. Pensรณ que se trataba de un ยซmal viajeยป generado por las drogas que usaba antes de ver a sus clientes. Tocaba a Sara, comprobando de que efectivamente su cuerpo se encontraba frente a ella. Sara estaba tranquila, y con una sonrisa seรฑalรณ a una figura que se encontraba en la esquina de la gran sala.
Poco a poco fue acercรกndose y Sara le indicรณ que se trataba de HN4. รl nunca habรญa mostrado su rostro, y al estar bajo tanta luz, Emma pudo notar caracterรญsticas similares a las de una serpiente. Quiso correr, gritar o golpearlo, su aspecto le causaba repulsiรณn. Mas se dio cuenta de que no podรญa mover ningรบn mรบsculo de su cuerpo aunque lo intentara con todas sus fuerzas.
HN4 le explicaba muy lentamente cรณmo de manera secreta la habรญa elegido como su compaรฑera de vida: Emma era tan bella y tan dulce que lo habรญa cautivado desde el primer momento. Le pedรญa disculpas por la manera en que la habรญa recogido la รบltima vez y le seรฑalaba que no podรญa expresar las emociones con ningรบn tipo de expresiรณn facial.
Al oรญr a esa criatura dirigiรฉndose a ella, tan sรณlo lรกgrimas pudieron brotar de los ojos de Emma, mientras sentรญa que todo su cuerpo se iba durmiendo poco a poco. HN4 secรณ las lรกgrimas de la muchacha con una manga de su tรบnica y le indicรณ que en su vientre habรญa una camada que debรญa ser extraรญda para seguir con la incubaciรณn. Al sentir la mano de HN4 en su abdomen bajo, Emma no soportรณ mรกs y se desvaneciรณ de nuevo.
Emma nunca mรกs pronunciรณ una palabra ni usรณ los perfumes que tanto le gustaban. Hasta el รบltimo dรญa en que respirรณ pensรณ en alguna manera de escapar, atrapada entre una perpetua sensaciรณn de sueรฑo y manos y flashes y risas distantes, pero la luz del sol no volviรณ a tostar su piel.