-
La resistencia a la censura de Bitcoin funcionó para los manifestantes de Canadá.
-
Rusia podría perder el control de su propia economía si Bitcoin se masifica en su territorio.
Por primera vez, Bitcoin y otras criptomonedas están jugando un papel protagónico en el contexto de un conflicto bélico. Tras el ataque armado de Rusia a Ucrania y la aplicación de sanciones económicas para frenar las pretensiones rusas, las criptomonedas pasaron a ser el centro de diversos análisis.
Desde el inicio de las hostilidades, circularon informaciones sobre un presunto plan de Vladimir Putin, presidente de Rusia, para evadir las sanciones económicas de Occidente usando Bitcoin y otras criptomonedas. La semana pasada, el ex fiscal general estadounidense Michael Parker declaró que «sería ingenuo creer que [Rusia] no ha pensado cómo jugar en este escenario [de sanciones económicas]».
En opinión de Parker, «Rusia ha tenido mucho tiempo para reflexionar sobre estas consecuencias específicas», luego de que su economía perdiera 50.000 millones de dólares anuales, desde que le fueron impuestas sanciones por invadir la península de Crimea en el año 2014.
Otro reporte da cuenta de cómo los millonarios rusos podrían burlar los bloqueos financieros usando exchanges de criptomonedas descentralizados para movilizar sus fortunas fuera de Rusia, a través de inversiones en activos o la compra de bienes y servicios. Matthew Sigel, jefe de investigación de activos digitales en VanEck, señaló que «ni los dictadores ni los activistas de derechos humanos se encontrarán con ningún censor en la red de Bitcoin».
En tono similar el experto financiero Mati Greenspan, CEO de Quantum Economics, declaró que las sanciones no podrían impedir negociaciones entre partes que usen Bitcoin. Además, cree que los grandes capitalistas pueden protegerse de las sanciones manteniendo su riqueza en bitcoin.
De hecho, la resistencia a la censura es una de las características más valoradas por los defensores de Bitcoin. El caso del Convoy de la Libertad en Canadá, se convirtió recientemente en una prueba en caliente de que el uso de monederos de bitcoin sin custodia, puede ser efectivo para evadir este tipo de sanciones.
Rusia tendría que enfrentarse a la transparencia de Bitcoin
Sin embargo, hay analistas que difieren de la visión de las criptomonedas como válvula de escape ideal para Rusia frente a las sanciones económicas internacionales. El experto legal Andrew Jacobson no ve probable que Rusia, un gobierno autocrático, se decida por adoptar una criptomoneda descentralizada como Bitcoin.
Jacobson cree que una criptomoneda que funciona desconectada del sistema estatal, como Bitcoin, socavaría el control de Rusia sobre «su propio sistema monetario y por lo tanto afectaría su poder». Por ello sostiene que el régimen de Putin no se podría permitir el lujo de que se masifique el uso de Bitcoin en su territorio.
Otros especialistas citaron el caso de Venezuela como ejemplo de países que han intentado fallidamente evadir las sanciones económicas de EE. UU. a través de las criptomonedas. «El hecho es que estas sanciones van a ser potencialmente paralizantes y podrían volverse más paralizantes, y no hay nada que las criptomonedas puedan hacer al respecto», declaró Ari Redbord, director legal de TRM Labs.
Por su parte, el experto en sanciones de la firma legal Crowell & Moring, Robert Clifton Burns, hizo énfasis en que Bitcoin es un sistema seudónimo, basado en una red con registro público. Esto implica que existe al menos una posibilidad de que el análisis de la cadena de bloques permita identificar a las personas que transen con gobiernos sancionados.
Entre tanto, el gobierno de Estados Unidos está haciendo esfuerzos para evitar que Rusia utilice a Bitcoin y las criptomonedas como comodín para eludir las sanciones económicas.
Como reportó CriptoNoticias, el lunes la administración de Joe Biden se reunió con los principales exchanges de criptomonedas para pedirles que ayuden a bloquear los esfuerzos de Rusia por financiarse a través de criptomonedas. Algo semejante intenta el gobierno de Ucrania, tratando de presionar legalmente a los exchanges para que bloqueen a los usuarios rusos.