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Carstens: la elevada expectativa en torno a las criptomonedas surge porque se trata de algo nuevo.
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Las criptomonedas no tienen ninguno de los atributos propios de las monedas fiduciarias.
El director general del Banco de Pagos Internacionales (BPI; en inglés Bank for International Settlements o BIS), el mexicano Agustín Carstens, afirmó, en una entrevista concedida la semana pasada al diario Basler Zeitung, que las criptomonedas no tienen ninguno de los atributos propios de las monedas fiduciarias y aconsejó a los jóvenes desistir de los intentos de «crear dinero». El BPI, considerado como «el banco de los bancos centrales», mantiene un bajo perfil en la escena financiera internacional. Fue creado en 1930 por un grupo de bancos centrales que hoy consta de 60 miembros. Carstens, quien fue ministro de finanzas y gobernador del banco central en México, preside el BIP desde diciembre de 2017 y es el primer director general de esa institución que proviene de una economía emergente. Como gobernador del Banco de México, Carstens ya había emitido opiniones desfavorables hacia las criptomonedas, al indicar que no reconocía ni a bitcoin, ni a otros criptoactivos como monedas digitales, debido a que no eran emitidos por un banco central. En esta oportunidad, en la entrevista mencionada –transcrita y publicada por el BIP– el ejecutivo retoma el tema de las monedas criptográficas al responder a una pregunta del diario suizo sobre si las criptomonedas son realmente dinero:
No, no son dinero; son una forma de inversión, un activo. No pueden asumir la función del dinero por la forma en que son creadas. Los que producen estos activos son los que tienen mayor interés en las llamadas criptomonedas, los mineros. A cambio, ellos mantienen la infraestructura que las soporta, pero este incentivo no maximiza la utilidad del dinero. Las criptomonedas no satisfacen ningunos de los propósitos del dinero. No son un buen medio de pago, ni una unidad de cuenta, ni tampoco son una reserva de valor. Fracasan dramáticamente en las tres instancias.
Agustín Carstens
Director general
Las elevadas expectativas en torno a las criptomonedas surgen porque se trata de algo nuevo, asegura Carstens, y porque se podrían lograr beneficios significativos en poco tiempo. Pero si se les examina en detalle, dice el ejecutivo «…las criptomonedas son, en resumen, una burbuja, un esquema Ponzi y un desastre ambiental». Esto último, acota, es por el alto consumo de energía eléctrica que se requiere para mantener la infraestructura de las redes de criptomonedas.
Otra de las preguntas a Carstens se refiere a que si ha transcurrido casi una década desde el surgimiento de Bitcoin, ¿por qué el BIP da a conocer su opinión sobre las criptomonedas ahora? Por un largo período, responde Carstens, el bitcoin no fue un tópico significativo, pero a medida que más gente se interesó y ocurrieron las fluctuaciones importantes de precio, se incrementó, a su juicio, el potencial de ser dañino. «Además, han habido malinterpretaciones sobre las criptomonedas que pueden llevar a decisiones erróneas. Así que sentimos la necesidad de ser categóricos y poner el fenómeno en perspectiva», respondió Carstens.
El director general de BIP, señala que en el pasado se vieron obsesiones por crear oro o dinero a partir de nada, pero que nunca funcionó. Es enfático al dirigirse a los jóvenes entusiastas de las criptomonedas: «Deben detener los intentos de crear dinero».
Opiniones favorables a las criptomonedas
En contraste con esta posición en contra de las criptomonedas por parte de Agustín Carstens, hay opiniones favorables a este tipo de activos de otras autoridades financieras, por ejemplo, Mark Carney, gobernador del Banco de Inglaterra y presidente de la Directiva de Estabilidad Financiera (FSB, por sus siglas en inglés), quien dijo en marzo pasado que “los criptoactivos no representan riesgos para la estabilidad financiera global en este momento”, en una carta dirigida a los ministros de finanzas y presidentes de bancos centrales del G20.
Por otra parte, Lael Brainard, miembro de la junta de gobernadores de la Reserva Federal, afirmó en una conferencia celebrada en Nueva York el pasado mes de abril, que los criptoactivos como bitcoin (BTC) no pueden catalogarse como una amenaza para la estabilidad de la economía estadounidense, aunque presenten numerosos riesgos para los inversionistas individuales.
Además, en marzo pasado, el Banco de Pagos Internacionales emitió un reporte en el que planteaban la posibilidad de que bancos centrales emitieran criptomonedas, señalando dos tipos posibles de monedas criptográficas: un tipo de criptodivisa para la población en general y otro para los mercados financieros.
En cuanto a si las criptomonedas tienen o no los atributos del dinero, cabe señalar que hay un número creciente de personas que usan las criptomonedas como reserva de valor e indirectamente como medio de intercambio a pesar de no ser emitidas por bancos centrales, como se evidencia en la comercialización de bitcoin en países afectados por la inflación, como Venezuela y Argentina.
Imagen destacada por International Monetary Fund / Licencia CC BY-NC-ND 2.0