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Existe una gran cantidad de criptomonedas inútiles en el mercado.
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¿Por qué no crear la tuya propia?
¡Bienvenido! En este pequeño tutorial aprenderás lo necesario para hacer tu propia criptomoneda inútil, a la que, libremente, podemos llamar “shitcoin”. Porque si en CoinMarketCap están listadas 2.169 criptomonedas de todo tipo, ¿por qué no incluir la tuya también?
Por supuesto, debemos tener en cuenta que en páginas como CoinMarketCap se incluyen sólo las monedas que se comercian de verdad en alguna casa de cambio de verdad y no los proyectos o las monedas imaginarias, que es casi lo mismo, si lo piensas. Algo como el Useless Token (token inútil), la Filecoin que aún no ha salido (no, esos futuros no son la oficial, ya puedes sentirte estafado), o OneCoin. Esas no están ahí porque no están listadas (¿aún?) por ninguna casa de cambio, amigo, así que es muy difícil o de plano imposible cambiarlas por dinero de verdad.
Lo que queremos lograr con nuestra shitcoin, sin embargo, es venderla para conseguir dinero de verdad, así que sería útil que alguna casa de cambio la listara. Sí, bien, muchos han comprado OneCoin de todas formas, pero simplemente digamos que no es lo mismo, aunque de ahí tomaremos ejemplo para construir la clave de todo este asunto: hablar sin decir nada, nada en lo absoluto.
La clave para vender tu propia shitcoin sin futuro es esa y nada más que esa: ocultar que se trata, de hecho, de una criptomoneda inútil sin futuro, pero detrás de un montón de palabras bellas y/o complicadas. Todo en la vida requiere de trabajo, incluso crear una shitcoin que la gente quiera comprar. Por eso, vamos a ver unos cuantos pasos para crearla.
Escoge una idea –o sólo tómalas todas
Primero lo primero: ¿cuál será tu principal oferta? Todas las criptomonedas tienen un propósito específico. Bitcoin es la prima donna, la primera en ofrecer pagos internacionales casi instantáneos; Ethereum ofrece contratos inteligentes; Ripple ofrece (¿qué es lo que ofrece Ripple, otra vez, aparte de tener que ver con Google?); Monero ofrece privacidad y Bitcoin Cash esa rivalidad divertida que necesitábamos para intentar competir contra Bitcoin.
¿Qué quieres que ofrezca tu criptomoneda? Puede ser literalmente cualquier cosa. Si existen Jesus Coin, creada por el mismísimo Jesucristo, y FiveBalance, que es para autoayuda, tú literalmente puedes ofrecer lo que sea. Aquí te dejamos unas cuantas ideas de lo que puede ofrecer tu shitcoin:
Pagos internacionales instantáneos
Ya sé lo que piensas, ¿qué no hacía eso Bitcoin o incluso Ethereum, o tal vez Dash? Ja, ¡pues no! Porque tú vas a ofrecer una velocidad mucho mayor y una moneda mucho más fácil de usar. Más, digamos, escalable, lo que quiere decir que en lugar de las ¿10 o 50? transacciones por segundo que todas las demás criptomonedas pueden hacer, tú vas a ofrecer por lo menos 1.000 transacciones por segundo. ¿Y cómo lo vas a lograr? He ahí la maravilla de crear tu propia shitcoin: no lo harás en lo absoluto. Eso no tienen por qué saberlo tus compradores, no antes de que la compren.
Tarjeta de débito de criptomonedas
Todo el mundo sueña con una cosa así. Ofrécela, di que ya tienes acuerdos con Visa, con MasterCard, con cualquier otra compañía o banco relacionado. Tal como lo anterior, esto tampoco tiene por qué ser verdad. Puedes montar un vídeo hermoso con un actor usando la supuesta tarjeta. Usar la magia del cine y la palabra a tu favor. Y recuerda, sigue evitando el “cómo”.
Contratos inteligentes
Nunca falla. A todos les encanta escuchar “contratos inteligentes” porque suena a promesa de maravillas. No por nada EOS recaudó más de 4.000 millones de dólares durante su Oferta Inicial de Moneda (ICO)… claro que EOS no es precisamente una shitcoin, y eso le da más prestigio al término “contratos inteligentes”, por lo que no estaría mal usarlo. No importa mucho si no sabes lo que es, lo importante es prometer que tu shitcoin tendrá esos contratos.
Recompensas
Otra palabra que la gente adora. “Estamos creando una plataforma que dará recompensas a los usuarios sólo por usarla”, algo así. O un airdrop: “Lanzaremos un airdrop para todos los inscritos en este documento cutre de Google”, nadie presta atención cuando le están regalando algo. Más teniendo en cuenta que ya hay plataformas que recompensan a los usuarios por calificar o crear contenido que realmente ha funcionado, como Steemit. Promete tokens inútiles y obtendrás compras con dinero de verdad.
Respaldo en otro activo
Tu shitcoin resulta que está respaldada, o sea que es una representación de lingotes de oro, barriles de petróleo, piedras preciosas, dólares o similares. ¿Dónde están todos esos activos? En un banco, en una bóveda de alta seguridad o en las minas, obviamente. Al menos, por lo que tus clientes sabrán. Nadie (casi) pide documentos en el criptomundo, duh.
Privacidad
Todos quieren transacciones privadas, lo más privadas posibles. Bitcoin y Ethereum no tienen hasta ahora una cosa así, por lo que se puede aprovechar el bug. Sí, bien, existen Zcash y Monero, pero aparte de la privacidad, ¿tienen Zcash y Monero contratos inteligentes y 1.000 transacciones por segundo? ¡No! He ahí lo que vas a prometer.
Liquidez
Que un activo sea “líquido”, quiere decir que puede intercambiarse fácilmente por otros. Así que, en este caso, puedes prometer que tu shitcoin es la vía más sencilla para cambiar a moneda fiduciaria –dinero tradicional-, que tiene una casa de cambio incorporada y/o convenios con bancos u otras criptobolsas.
Diversión
A todo el mundo le gusta reírse un rato, y, siendo honestos, por lo menos esto sí lo puedes hacer si eres creativo y sería un esfuerzo legítimo. Podrías crear una criptomoneda-meme, como Dogecoin, Jesus Coin o Garlicoin. Pero debe quedar claro desde el principio que no estás ofreciendo nada más que eso. De lo contrario, aférrate con uñas y dientes a tus otras —falsas— promesas.
Estas son sólo algunas de las ideas más comunes entre las shitcoins, y su enumeración no implica que debas obligatoriamente tomar alguna. ¡Puedes tomarlas todas y más! ¿Una criptomoneda que ofrece pagos internacionales instantáneos, una tarjeta de débito, contratos inteligentes, recompensas por referidos, respaldo en oro, confidencialidad y además está construyendo un satélite y una blockchain cuántica? ¡Bienvenida!
Escribe tu Libro Blanco —o no
Este es un paso delicado del proceso. Una vez con la idea en mente, hay que dedicarse a hacer un documento llamado “Libro Blanco”, que debería tener entre 8 y 20 páginas, más o menos. Allí se describe lo que ofrece tu shitcoin y algunos aspectos técnicos que usará para lograr su objetivo.
Esa es la parte peliaguda del proceso, porque, obviamente, no vas a construir nada real. Así que tienes que esmerarte en una buena introducción que describa los problemas de las demás criptomonedas y las critique, para luego decir que tu shitcoin ha llegado para mejorar todos esos problemas, no, para resolverlos como por arte de su avanzada tecnología.
Luego, las cosas técnicas hay que rellenarlas con una laaarga definición de blockchain, historia de Bitcoin, cómo las criptomonedas han llegado para cambiar el mundo, una definición de contratos inteligentes y, claro, otra larga lista de los beneficios de la blockchain y las monedas digitales. Nadie se va a preguntar exactamente qué tiene que ver todo eso con tu propia criptomoneda y cómo lograrás tus objetivos porque obviamente les estás explicando una tecnología avanzadísima, así que nadie quiere quedar como estúpido. Esa es la tecnología que usarás, y punto. ¡Las maravillas de hablar sin decir nada!
Por supuesto, puedes simplemente copiar y pegar el Libro Blanco de Bitcoin, Ethereum, EOS o Zcash si no quieres molestarte en escribir uno propio. Claro, tendrás que quitar todas las menciones de esas criptomonedas y poner el nombre de la tuya, o bien, puedes hacer un collage de distintos Libros Blancos para que todo se vea más impresionante. O puedes omitir este paso del todo. Porque, ¿quién rayos quiere leer un documento técnico de más de 10 páginas que no va a entender? Con lo escrito en una buena página web será suficiente. Y hablando de eso…
Lo veremos en la siguiente parte.
Descargo de responsabilidad: Esta es una obra de ficción. Los nombres, personajes, empresas, organizaciones, lugares, acontecimientos o hechos que aparecen en la misma son producto de la imaginación del autor o bien se usan en el marco de la ficción. Cualquier parecido con personas (vivas o muertas) o hechos reales es pura coincidencia.