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Hoy se cumplen 10 años de la publicación del Libro Blanco de Bitcoin.
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A continuación traemos una historia de cómo Bitcoin cambió la vida de Daniela.
Dicen que en las crisis hay oportunidades. La situación en Venezuela ha llevado a muchos profesionales a poner en práctica sus competencias transversales en áreas de trabajo distintas a su campo laboral, así como también a explotar habilidades que tenían dormidas.
Esta es la historia de una joven que hoy celebra, por segunda vez, el aniversario del Libro Blanco de Bitcoin (que hoy está cumpliendo una década de su lanzamiento). Propone que la identifiquen como Daniela, un seudónimo para preservar su identidad, al mejor estilo de Satoshi Nakamoto.
Daniela empieza comentando que hace un par de años no tenía la menor idea acerca de Bitcoin, y mucho menos de la magnitud de su impacto en las finanzas personales. Había leído que había juegos online que realizaban pagos en BTC y que había monederos electrónicos, como Xapo, que servían para guardar esos activos.
La crisis económica de su país la llevó a buscar alternativas de trabajo incluso fuera de su profesión y país. Daniela había trabajado a través de plataformas para freelancers, donde retenían considerables porcentajes de sus pagos por trabajos realizados, por lo que le resultaba poco rentable. Además de que los pagos no eran liberados inmediatamente, así que debía esperar el tiempo estipulado por la plataforma para tener acceso a su dinero.
Lo que no sabía era que conseguiría una oportunidad de trabajo que marcaría un antes y después en su vida. Allí, en su nuevo trabajo, conoció realmente qué es Bitcoin y recibió sus primeros BTC.
Su nuevo trabajo se convirtió en un espacio de aprendizaje. Quizás en su momento, Daniela no lo vio así, ya que no trabajaba exactamente en lo que había planeado hacer tras culminar su carrera universitaria. Reconoce que lo hacía principalmente porque necesitaba el empleo.
Al poco tiempo y al comprender el valor de esta tecnología, Daniela lo vio todo claro, estaba donde tenía que estar: aprendiendo y enseñando de Bitcoin, tecnología que hoy considera como el invento más prometedor de los últimos 10 años. Siente que la oportunidad le permitió adelantarse a conocer acerca de algo que muy pocos en su entorno sabían antes de que bitcoin llegara a rozar la cotización los 20.000 US$.
Daniela recalca que no forma parte del grupo de mileniales que se hicieron ricos gracias a Bitcoin. Pero que eso no significa que Bitcoin no la haya enriquecido de alguna manera. Jamás pensó que se interesaría y que sería capaz de entender un lenguaje tecnológico, afirma.
Daniela ha sufrido y reído con el rally de precios de bitcoin, tomó el riesgo de ahorrar en criptomonedas a pesar de la volatilidad de este experimento, y le ha salido caro, viendo cómo sus ahorros disminuyeron drásticamente. Sin embargo, considera estas experiencias como un proceso de enseñanza personal y recalca que el valor de Bitcoin está mucho más allá de su precio.
Señala que hoy son muchísimas las personas que más que ver al proyecto Bitcoin como una forma de generar dinero, creen y aportan de alguna forma u otra para que Bitcoin se consolide como un sistema de pago peer-to-peer que descentralice las finanzas, así como también que sea lo más amigable posible con el ambiente.
«Sigo siendo una aprendiz del criptomundo. Trato de entender y explicar, en palabras sencilla,s lo que descubro día a día, para así poder enseñarle a otros. Este es un viaje fascinante e interminable». Recalca su admiración por el trabajo y la genialidad de los desarrolladores que día a día se esfuerzan por mejorar a Bitcoin.
Daniela aún no ejerce su carrera profesional, pero ya eso no le preocupa tanto como antes. Descubrió que la vida le presentó la extraordinaria oportunidad de conocer a Bitcoin, la tecnología pensada para devolver el poder de las finanzas al ciudadano común, sin intermediarios, sin censura y con la posibilidad de hacer transacciones transfronterizas sin mayores complicaciones.
Daniela también reconoce con preocupación y tristeza el uso que actores maliciosos le han dado a las criptomonedas, aprovechándose de las bondades de la tecnología, y cómo esas acciones han empañado el historial de Bitcoin.
Si hoy le preguntan a Daniela qué es Bitcoin, prepárese para una charla de horas. Ahora, no para de hablar del tema en su círculo social. Además, cuando escucha a alguien mencionar a las criptomonedas, le resulta inevitable entablar una conversación.
Daniela ha aprendido a combinar a Bitcoin con su profesión en su trabajo. Y es que esta tecnología es tan transversal como las competencias que permitieron a Daniela experimentar fuera de su zona de confort. No hay ámbito laboral que no se pueda ver favorecido por la cadena de bloques de Bitcoin, afirma.
Justamente una crisis económica, la razón por la cual nació Bitcoin, llevó a Daniela a conocer a la criptomoneda. Hoy celebra dos años de aprendizaje continuo sobre Bitcoin, y también la primera década de dicha tecnología, la cual cree que se consolidará como un sistema financiero mundial.
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