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Cada días más empresas del ecosistema implementan protocolos para conocer a sus clientes
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Existe la creencia de que con estas normas se viola el principio de privacidad de las transacciones
Bajo el término “conozca a su cliente” (know your customer o KYC, por las siglas en inglés) se integran un conjunto de normas que exigen a los bancos y entidades financieras que mantengan registros de identificación actualizados para cada uno de sus clientes. Mediante este proceso, incluido en las leyes financieras de muchos países, los bancos obtienen información sobre la identidad y la dirección de sus clientes.
Por ello, KYC es parte importante de los protocolos que desde hace años exigen las empresas financieras reguladas. El objetivo es evitar la participación de personas no calificadas, bien porque sean residentes ilegales, menores de edad o por tener impedimentos penales.
Con la expansión del sector de las criptomonedas, el uso de este tipo de activos se ha convertido en preocupación de gobiernos y autoridades, que han estado buscando mecanismos para establecer normas y regular el funcionamiento de las empresas del área, principalmente las casas de cambio.
Los temores provienen de una de las características que diferencian a las criptomonedas del dinero fiat, como lo es el hecho de la privacidad de sus transacciones y su funcionamiento descentralizado. Algo que por un lado se toma como un avance en cuanto a que las personas se empoderen y tomen el control de sus finanzas, pero que por otro lado es visto como un espacio abierto para la comisión de actividades ilegales.
Es por ello que, desde hace poco tiempo, las normas de “conozca su cliente” han comenzado a ser parte de los requisitos que solicitan las criptobolsas a sus usuarios para realizar operaciones. Es una tendencia que se ha hecho más común en este 2018, sobre todo entre las casas de cambio centralizadas, a partir de las presiones regulatorias que se están ejerciendo en muchos países.
Estas presiones se están haciendo más fuertes, por lo que ahora, hasta las plataformas descentralizadas están incorporando el KYC. Un ejemplo de ello son las decisiones tomadas en septiembre pasado por Changelly y ShapeShift. La primera ha comenzado a congelar los fondos de cuentas que considera de alto riesgo, en tanto que la segunda, luego de destacarse por ofrecer un servicio sin cuentas, implementó un proceso de identificación del cliente, como parte de sus programas de membresía.
Como respuesta a la molestia de usuarios, acostumbrados a registrarse y realizar transacciones sin ofrecer muchos datos, Erik Voorhees, CEO de ShapeShift, asegura preferir que la recopilación de información personal no fuera un elemento obligatorio, aunque lanzó una frase que resume el conflicto que muchas empresas del sector están enfrentando: buscamos“reducir la fricción con el marco regulatorio y proteger a los clientes”.
Falta de rigurosidad
A pesar de que cada vez es más común encontrar plataformas de intercambio que piden documentados a fin de cumplir con el conocimiento del cliente, todavía se considera que las empresas ligadas a las criptomonedas no están siendo rigurosas con los protocolos de KYC, tal como lo señala la empresa de ciberseguridad Hacken, en un reciente estudio.
Según esta investigación de Hacken, las casas de cambio que más exigen, solo piden a sus clientes el pasaporte, un certificado legal escrito y una autofoto (selfie) con el certificado y el pasaporte. Tres requisitos que forman parte de una lista de documentos más larga y de un procedimiento más complejo.
Una conclusión semejante fue emitida por un estudio producido por el equipo de la plataforma CryptoCompare, que muestra las últimas estadísticas del sector. Según este estudio “poco menos de la mitad de las plataformas de intercambio imponen estrictos requisitos de KYC, mientras que más de una cuarta parte no tienen ningún tipo de requisito relacionado con la identificación del cliente.
Como razones que explican la falta de rigurosidad, el informe de Hacken menciona los costos que el protocolo implica, que puede oscilar entre $60 a $500 anuales y requerir recursos humanos preparados, además de tecnología e insumos. A esto añade una falta de regulación clara dentro del ecosistema, y un sistema de competencia que se basa en prometer servicios rápidos a los usuarios. Por ello, para las criptoempresas tomarse el tiempo que requiere verificar datos, que lleva varios días o más, puede representar la pérdida de clientes que optarán por otra plataforma “más rápida”.
Cómo funciona el protocolo
En su informe, Hacken expone los principales requisitos que exigen las entidades financieras reguladas como parte del proceso KYC. Estos incluyen la verificación de tarjetas y cuentas bancarias, la autenticación en Google, la verificación del número de teléfono móvil, la exigencia de un recibo o factura reciente de pago de servicios, y de una declaración antilavado de dinero (AML).
En términos generales, la información recopilada debe incluir documentos de identidad, dirección, nóminas, declaraciones de impuesto sobre la renta o sociedades, listado de socios o personas con las se realizan transacciones comerciales (incluidas personas con cargos públicos).
Todos estos datos determinan el riesgo que representa el cliente en relación con el blanqueo de capitales, el financiamiento del terrorismo o la suplantación de identidad, pues permiten trazar un perfil que fija las expectativas de su comportamiento en las operaciones que realice. Estas transacciones deben ser sometidas a un seguimiento, analizando el comportamiento de las personas u organizaciones con quienes opera el usuario.
La regulación se extiende a la supervisión bancaria que realizan organizaciones intergubernamentales, como el Financial Action Task Force (FATF) contra el blanqueo de capitales. La vigencia legal del protocolo KYC fue lo que hizo posible la prohibición de mantener cuentas bancarias anónimas.
Con toda esta información bancos, administraciones públicas, notarios y abogados que intervienen en operaciones financieras elaboran una base de datos. De esta forma, estas entidades financieras tienen un registro de sus clientes, que también puede ser útil para las autoridades.
Ventajas y desventajas
Para los defensores de la aplicación de KYC en el ámbito de los criptoactivos, manejar una base de datos puede ser de utilidad para facilitar un monitoreo de la actividad y para la detección de posibles comisiones de delitos, como el lavado de dinero y el financiamiento al terrorismo.
También contribuye a identificar posibles estafas y otras acciones ilícitas dentro de una plataforma, al contar con registros de transacciones y una base de datos que ayuda a acelerar los procedimientos para dar con los responsables y minimizar los gastos que conllevan todas las investigaciones de delitos. Todo ello, de acuerdo al equipo de Hacken, tiene como ventaja añadida una mejora de la reputación del ecosistema.
Pero, el peligro radica en los riesgos de robo, fuga o pérdida de información, con lo cual los datos de los clientes pueden caer en manos de ciberdelincuentes. Se trata de una situación parecida a la que se presentó en marzo de 2018, cuando el sitio web de reservas de viajes Orbitz descubrió una posible violación de datos, exponiendo la información de la tarjeta de crédito de más de 880.000 clientes. Tal hecho ocurre porque los datos normalmente se almacenan de forma centralizada y no encriptada.
¿Sentencia de muerte para el sector?
Más allá de las posibles ventajas, muchos usuarios y miembros del ecosistema ven este procedimiento como una invasión a la privacidad y una forma de centralizar nuevamente las finanzas. Algo que va en contra de la filosofía que inspiró el desarrollo de las criptomonedas. Algunos opinan incluso de que KYC representa “una sentencia de muerte para las cripomonedas”.
Esta postura tiene base en el hecho de que, desde su origen, las criptomonedas fueron creadas bajo las premisas de seguridad, transparencia, anonimato, y la exclusión de intermediarios que pudieran entorpecer las actividades de las personas en su uso. Tal hecho podría explicar los motivos para que muchas casas de cambio no se apeguen del todo a la política KYC. Es que justamente la promesa de privacidad forma parte de sus campañas promocionales. Por eso, muchos usuarios protestaron cuando las plataformas descentralizadas implementaron KYC.
Sin embargo, integrantes del ecosistema, difieren de la idea de que las regulaciones y la exigencia de datos, lleven a la desaparición de los criptoactivos. Así lo manifiesta Chris Housser, cofundador de Polymath Network.
No estoy de acuerdo con que las regulaciones de KYC / AML (antilavado de dinero) sean la muerte de las criptomonedas (…) Creo que las criptomonedas existentes se mantendrán, y las regulaciones adicionales permitirán que florezcan más oportunidades en el espacio de blockchain.
Chris Housser
Cofundador
Algunas opciones: un punto intermedio
El dilema con la aplicación de las normas para conocer al cliente se halla en que por un lado, se teme ir contra el principio que rige al ecosistema: privacidad y descentralización, pero también se busca la aceptación, y ello pasa por demostrar que la nueva tecnología no se presta para apoyar acciones delictivas.
Sobre ello, Housser resalta que las mismas propiedades por las cuales son cuestionadas las criptomonedas, se convierten en ventajas susceptibles de ser aprovechadas en materia de seguridad. Se refiere a las críticas a la privacidad y el supuesto anónimato de las transacciones. Recuerda así que «las direcciones de blockchain son pseudónimas y es muy fácil rastrear el movimiento de activos de una dirección a otra». Es así como se hace posible para las autoridades el seguimiento de pistas, la realización de auditoría confiables y verificables.
Lo anterior no hace inviable la aplicación de KYC en el ecosistema, por lo que queda la superación de algunos de los escollos que dificultan su uso, entre ellos los costos y el tiempo que requiere la verificación de información.
Como alternativa algunas casas de cambio utilizan los servicios de terceros que ofrecen soluciones tecnológicas, basadas en tecnología de criptoactivos, para la recolección de datos y el registro de las operaciones. Una línea de acción en la que se encuentra Chainalysis y Binance, con su propuesta de de Chainalysis KYT, un nuevo software que monitoreará transacciones de criptomonedas e identificará movimientos sospechosos, en tiempo real.
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