Los fondos provenientes de donaciones han sido fuente de polémica durante años por los múltiples casos de malversación de fondos que se han suscitado en distintas organizaciones benéficas. El nuevo caso de fraude con donaciones en la palestra pública nuevamente involucra a la organización internacional Cruz Roja, quienes reportaron la desaparición de seis millones de dólares que estaban destinados a combatir el ébola.
Este último caso se dio a conocer recientemente. La desviación fraudulenta de $6 millones, fondos donados para combatir el brote de ebola en África entre 2014 y 2016, parece haber sido tomado por parte de propios empleados de la ONG. Esta desviación pudo suceder por la forma poco segura en la que suelen manejarse las donaciones, y seguramente se hubiese podido evitar de haber utilizado tecnología blockchain para el registro de transacciones.
Las investigaciones arrojaron que la desviación de fondos no sucedió de una sola manera, pues los registros de pagos a proveedores eran alterables y en la mayoría de los casos se utilizaron métodos de pagos poco rastreables como el dinero en efectivo.
Uno de estos casos de malversación tuvo lugar luego de una “probable conspiración» por parte de los empleados de la Cruz Roja con trabajadores bancarios de Sierra Leona para mover a distintas cuentas $2.3 millones destinados a financiar la campaña contra la epidemia.
Otro de los casos de fraude en la campaña se realizó a través de la inflación de los precios de artículos de primeros auxilios, así como también en el proceso de pago de incentivos a los voluntarios y nómina. Este modus operandi resultó en el desvío de 2.7 millones de dólares; ejemplo que refleja las fallas de los sistemas de registro que permite la edición y sobreescritura, dependiendo del caso, incluso manuales.
Hay que tener en cuenta que esta campaña dedicada a combatir la enfermedad que costó la vida de 11.000 personas en Sierra Leona, Guinea y Liberia, recibió más de $124 millones durante la epidemia, y la asignación de los fondos se realizó “de forma apresurada” por no contar con una rápida respuesta de los gobiernos, y debido a que la Cruz Roja fungió como el único organismo encargado de minimizar la epidemia. Tal panorama dio pie a malversaciones, pues la utilización de dinero en efectivo en manos de terceros acarrea un alto riesgo para las ONG.
Conscientes de que los sistemas de donaciones tradicionales son poco confiables, y que los donantes cada vez están más reacios a aportar su dinero debido a la reincidencia de los miembros de ONG’s en este tipo de prácticas, las organizaciones vinculadas a causas humanitarias cada vez más están estudiando y adoptando a la tecnología blockchain.
Un ejemplo de esto es la iniciativa de la propia Cruz Roja, AID; un sistema basado en la cadena de bloques dedicado a convertir el proceso de donación en un acto caritativo transparente, al mismo tiempo que busca disminuir los niveles de corrupción dentro de las ONG.
AID diseñó su propia cadena, la cual permite al donante rastrear el recorrido de su dinero cuál cadena de suministros. Es importante destacar que este proyecto ya se encuentra en su etapa de aplicación, y fue probado por la Cruz Roja en el Líbano para refugiados sirios, con el objetivo de comprobar la autenticidad de los vouchers repartidos en el campamento.
Esta no es el único caso de adopción blockchain, pues existen diferentes iniciativas que impulsan el uso de blockchain y hasta monedas digitales para la caridad y la filantropía, como BitGiven, BitTrack y Alice.
Blockchain ha demostrado brindar posibilidades de adaptabilidad para casi cualquier sector de la economía, pero también ha puesto a prueba su lado humanitario. Conocer en todo momento qué se hace con los fondos que decidiste donar, tener seguridad y transparencia, así como la eliminación de los intermediarios, son características de blockchain que pueden beneficiar a las organizaciones sin fines de lucro que busquen aumentar la credibilidad en sus operaciones y así no verse involucrados en casos de fraude.
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