Para nadie es secreto que vivimos en un mundo cada vez más interconectado. El acceso a internet ha hecho que las distancias se acorten y que podamos estar en cualquier parte del mundo con tan solo sentarnos frente a una computadora.
A este respecto, Paul Virilio, el teórico cultural francés nos hace reflexionar sobre el hecho de que nos encontramos en la sociedad de la inmediatez, donde los avances tecnológicos nos confieren cualidades casi divinas como la ubicuidad, pudiéndonos encontrar en cualquier parte del mundo en cualquier momento con el simple acceso a la red.
También nos habla de la relación proporcional que existe entre la velocidad y el poder, aduciendo que entre mayor velocidad de acción se tenga, mayor será nuestro poder de incidencia en el mundo. Esto se hace evidente en el mundo comercial cuando dos empresas se baten por ser la primera en imponer una tecnología o producto en el mercado.
Lo cierto es que Bitcoin y la tecnología Blockchain ofrecen una gran velocidad. Es precisamente esta propiedad de Bitcoin lo que ha hecho a la criptodivisa, y a la tecnología que le sirve de base, atractiva para las grandes empresas a nivel mundial.
En el mundo financiero, por ejemplo, la reducción del tiempo que se necesita para realizar una transacción se acorta enormemente al emplear bitcoin y blockchain en sus transacciones, no teniéndolas que mediar por entes centralizados que autoricen las transferencias. La rapidez en la transacción disminuye los costos, lo que le permite a las empresas redirigir ese capital que se ahorra en la inversión en más tecnología para quizás, más velocidad: más poder.
Volverse lento en adaptarse a los cambios y al ecosistema tecnológico no resulta beneficioso para ninguna compañía que aspira a seguir creciendo y no volverse obsoleta. Esto es lo que ha entendido UPS.
UPS es una de las empresas más antiguas en el mercado de transporte de paquetes. Fundada en el año 1907, dicen constituir la mayor empresa de distribución de paquetes del mundo, además de establecer como una de sus principales características su capacidad de prosperar en el cambio. Y es difícil no creer que esto sea así, cuando han debido adaptarse a los cambios que se han dado en tecnología y demás áreas a lo largo de más de un siglo.
En un artículo presentado en Longitudes, un blog creado por UPS para compartir sus ideas y fomentar el debate, se han planteado la interrogante respecto a si el actual intercambio global necesita una moneda global, una pregunta de envergadura con relación a los tiempos en los que vivimos.
Son conscientes de como el desarrollo del comercio virtual ha empoderado a los consumidores y ha cambiado el paisaje para comprar y vender bienes, así como transformar la economía a nivel mundial. Y saben que esto es apenas el comienzo.
Problemas del actual sistema financiero
Resaltan la actitud reaccionaria del actual sistema de pagos, compensación y liquidación con respecto al intercambio global y la posibilidad que ofrecen las divisas digitales para hacer aún más porosas las fronteras en el mundo. Esta reticencia al cambio se traduce en ineficiencia, mucho tiempo para concretar acuerdos y los altos costos que se derivan de esto.
Pero uno de los problemas principales es cómo el consumidor también se encuentra estancado en la era de la tarjeta de crédito para esas transacciones. La tarjeta de crédito da confianza por su antigüedad, teniendo más de 65 años en el mercado financiero global. Sin embargo, si hace 70 años las personas no hubieran tenido la suficiente valentía para enfrentarse a lo novedoso, las tarjetas de crédito tampoco existirían en la actualidad.
UPS sabe las incomodidades que pueden plantearse a la hora de realizar un viaje a un país extranjero con relación al tipo de cambio. No poseer dinero en el tipo de cambio propio del país en el que te encuentras es prácticamente casi como no tener dinero en absoluto. De igual manera, hay que estar constantemente realizando cálculos para saber cuánto dinero estás gastando al cambio.
El problema también se puede hallar en el comercio electrónico. Realizar compras en comercios de un determinado país extranjero sin poseer una cuenta de banco internacional o propia del país donde la compra tendrá lugar, puede presentar múltiples dificultades, siendo a veces hasta imposible.
Una moneda global
Vivimos en un mundo cada vez más interconectado, donde las fronteras cada vez son más invisibles pero donde aún existen una gama enorme de trabas para consolidar efectivamente esa interconexión.
Ante estos impedimentos hacia el desarrollo, la inteligencia humana siempre encuentra maneras de superar los obstáculos y seguir su avance. La existencia de una moneda global que sea utilizable a lo ancho del globo se plantea como una alternativa sumamente interesante. Entonces es donde cabe hablar sobre bitcoin y las criptodivisas.
En CriptoNoticias, compartimos la visión de UPS de que, con el tiempo, las criptodivisas serán más fáciles de utilizar, más baratas y más seguras, provocando que todo nuestro concepto del dinero y como se intercambia cambie para siempre.
El mismo UPS se encuentra interesado en la integración de este tipo de tecnología dentro de los servicios que ofrecen. Dicen solo necesitar avances tecnológicos y regulatorios para que esto suceda.
No obstante, el interés creciente de compañías aceptando Bitcoin, pudiéndose mencionar Microsoft, IBM, Dell, Amazon, así como también instituciones financieras tales como Barclays, BBVA y Santander, parece apuntar a que la creación de un tipo de cambio global es un paso lógico en el futuro de la economía global.
Por supuesto que los retos no son pocos para llegar a consolidar esta idea. Ya conocemos los distintos desbalances económicos que pueden suscitarse entre países que utilizan un mismo tipo cambiario. Además, muchos países, por cuestiones de identidad nacional o por otras razones, suelen ser muy celosos del resguardo de su propia moneda, como es el caso de Rusia.
La integración económica no es ninguna novedad. Las uniones supranacionales tales como la Unión Europea y su moneda regional, el Euro, es una prueba de ello.
Las monedas digitales tienen la posibilidad de viajar a través de las fronteras sin necesidad de múltiples intermediarios y tipos de cambio, haciendo la vida de los consumidores mucho más simple y aumentando la interconexión entre paises.