Hasta los momentos, muchos organismos reguladores han decidido empezar a tomar partido en lo que a Bitcoin y blockchain se refiere. Y mientras la criptomoneda consigue muchos más obstáculos en su camino que la tecnología de contabilidad distribuida, la cual ya ha sido abrazada incluso por muchos de los más grandes bancos del mundo, esto no quiere decir que ya haya conseguido borrar toda inquietud sobre ella.
Europa ha sido uno de los territorios más activos en cuanto a este tipo de regulación se refiere, y ahora su Autoridad de Valores y Mercados (ESMA por sus siglas en inglés) vuelve a demostrarlo al pronunciarse sobre la cadena de bloques, incluyendo tanto su potencial como sus posibles riesgos.
En una conferencia llevada a cabo en Londres la semana pasada, su Jefe de Análisis de Riesgo, Patrick Armstrong, no sólo detalló la aproximación de la ESMA hacia la tecnología de contabilidad distribuida (DLT), sino que especificó tres estrategias a las que este organismo podría recurrir para manejarla. Una de ellas es prohibirla debido a sus potenciales riesgos, algo que este organismo tendrá la potestad de llevar a cabo a partir de enero de 2018, cuando la nueva regulación sobre los mercados financieros (MiFID) entre en vigencia.
Semejante escenario puede sonar alarmante, pero, por fortuna, es sólo una posibilidad. Tal cual explica Armstrong, la posición de la ESMA, por los momentos, es sólo explorar esta tecnología y comprender el alcance de su potencial. La blockchain se encuentra apenas en sus primeros estadios, a pesar de las numerosas pruebas a las que ha sido sometida, por lo que, como han afirmado otros expertos, regularla ahora sería igual a sofocar su desarrollo y, por tanto, las oportunidades que tanto promete. Por ello, lo que la ESMA busca es el equilibrio entre regulación e innovación.
Creemos que es prematuro apreciar todos los cambios tecnológicos y la potencial respuesta regulatoria que podría necesitarse mientras la tecnología aún está en su infancia. Analizando las respuestas a nuestro Documento de Discusión, no hemos identificado mayores impedimentos en el actual marco regulatorio europeo que pudieran interferir con el desarrollo de la DLT.
Patrick Armstrong
Jefe de Análisis de Riesgo
Dicho documento se publicó el pasado junio con la intención de recolectar datos del mercado sobre los potenciales usos, beneficios y riesgos presentados por la blockchain. Además, Armstrong también menciona que este organismo formó desde el año pasado un grupo de trabajo dedicado a investigar sobre esta tecnología, conformado por representantes de los Estados miembros, el Banco Central Europeo y la Comisión Europea.
De modo que ya han llegado a ciertas conclusiones. La principal de ellas parece ser que la DLT podría traer numerosos beneficios a los mercados financieros, incluyendo especialmente el área de post-contratación. Sin embargo, aún debe enfrentarse a también numerosos desafíos, pues es una tecnología muy joven y podría tanto reducir ciertos riesgos como exacerbar otros.
Quizá es por esto último que Armstrong ha mencionado la posibilidad de prohibirla. Por ahora la blockchain no representa un riesgo, pero en el futuro esto podría cambiar, y desde la ESMA estarán preparados para llevar a cabo las medidas necesarias. Este, en resumen, parece ser el mensaje de la institución.
Por lo general, esta clase de inquietudes regulatorias tocan más a Bitcoin que a su estructura originaria, de la que suelen separarla con mucha asiduidad. De hecho, el Banco Central Europeo ya se ha mostrado muy reacio ante la criptomoneda, y la Comisión Europea ha propuesto registrar a todos los usuarios Bitcoin del territorio. Parece que ahora es el turno de la blockchain de estar bajo escrutinio, aunque lo cierto es que entidades muy destacadas la utilizan cada vez más. Así que es muy probable que en los próximos años logre superar esos desafíos que ahora preocupan a la ESMA.
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